EE.UU-CUBA: Gobierno cubano podría estar tras millonarios desfalcos al Medicare. La mayoría de los fugitivos buscados por cometer fraude al mayor servicio público de salud de EEUU (Medicare) son cubanos que huyen y se refugian en la isla. (Video)
18-08-2011
Gobierno cubano podría estar tras millonarios desfalcos al Medicare. Por Vanessa Ruiz.
La mayoría de los fugitivos buscados por cometer fraude al mayor servicio público de salud de EEUU (Medicare) son cubanos que huyen y se refugian en la isla. Algunos informes indican que el gobierno cubano lo sabe y los protege. No hay pruebas, pero el FBI está tras la pista.
El nivel de estafa al servicio del Medicare que ha llegado a casi mil millones de dólares, se maneja como un negocio de familia donde “hemos visto a padres a cargo, luego involucran a sus hijos como secretarios, a los tíos, a los primos, etc,” según asegura la agente especial del FBI, Frances Szczepanski.
La mayoría de los acusados y fugitivos de la justicia estadounidense son cubanos que llegan al Sur de la Florida, registran clínicas para dar servicios a las personas de la tercera edad, y luego facturan al Medicare millones de dólares por supuestos servicios médicos que nunca se dan.
A la hora de comparecer ante la justicia, los acusados desaparecen del país, terminando, la mayor parte de ellos, buscando refugio en La Habana. Ya son cerca de 100 los cubanos acusados que han huido y que, según las autoridades federales, se encuentran en Cuba.
Según informes, el propio gobierno de los Castro podría estar entrenando a estas personas para realizar este tipo de fraude y luego regresar a la isla con los bolsillos llenos.
Las autoridades, sin embargo, aclaran que aun no tienen pruebas concretas sobre estas acusaciones.
“Con la Interpol, trabajamos con ellos, hacemos lo que se llama una alerta roja. También se sella la orden de arresto, para que el individuo no sepa que está siendo buscado y tal vez regrese a los Estados Unidos. Una vez que eso sucede, los arrestamos,” dijo.
Sólo en los últimos nueve meses, el fraude ha costado a los contribuyentes estadounidenses unos 360 millones de dólares.