Soportando un discurso. Por Manolo Pozo. 1990/prisión Combinado del Este, La Habana.
Leerte u oírte me da igual, aunque prefiero verte (siempre lo he preferido) Desde tu apología a los compañeros presentes hasta cuando padeces presentando al Exelentísimo o a su Majestad en los salones que te exhiben como infractor de museo. Prefiero verte para tantear lo que aquellos no alcanzan: "distinguidos invitados" y los que preparan tu funeral desde aquel Enero en donde vives sin vísceras degollando el más leve temblor que te apaga. Son cuatro horas que revuelven mi espacio -mi espacio que es luz obscena en tu desdicha- y te veo siempre cual locuaz enfermizo sonriendo en fecha de dolor, recitando la calamidad del mundo y evitando el mañana. Le cobro uñas a la ansiedad cuando acomodas tributos en la escena empeñado en ser fantasma hasta el último momento. Te decubro verdugo contornando muecas inconfundibles y ladrando mentiras de hombre viejo. Te descubro (eso es) llenando de altares la ciudad, altares apócrifos como vigas del reino en su descalabro. Oigo otro cuento -irracional relato que excretas del pecho sellado- sermón de escasez, basura sin confundible obscenidades al yanqui a nosotros a los tuyos... pánico de tu delirio. Desvariado comunista omnipresencia que nos deja la noche en las pupilas -in artículo mortis- patria con socialismo y muerte no son consignas terrenales. Leerte u oríte me da igual aunque si es por las Américas prefiero ver como no cabes en ella.
*
PD/ del poemario "Entre Mercedes y Otros Tiempos", publicado por la editorial Irizarry. Austin, Tx 1995
_________________________________________
|