"Los imitadores del Castrismo". Por Andy P. Villa.
El Castrismo como dictadura funciona, y muy bien, por eso a Hugo Chávez le ha resultado el sistema, a pesar de no haber podido aplicar todas las leyes del Castrismo a cabalidad. Pero incluso este método instaurado a medias como dictadura es efectivo, no por gusto el Castrismo es la dictadura más larga de la historia de la humanidad con 54 años de poder continuo y absoluto.
Pero no solo hay imitadores del Castrismo a nivel internacional, también los hay dentro de Cuba, dictadorzuelos imitadores que gracias a que han aplicado los mismos preceptos que desarrolló Fidel Castro a nivel nacional, han logrado perpetuarse en el poder por décadas en su especialidad, dominando y avasallando a quienes tienen bajo su control. Me referiré en este artículo a algunos de ellos que conocí muy bien.
Dentro de Cuba probablemente cada asociación de personas interesadas en un mismo objetivo (legalmente establecida o no) tenga su propio dictador, un caudillo que se apropia de un tema para sacar provecho económico para sí mismo y para ello hará lo que sea por mantener el poder. Pero si para cumplir su objetivo imita al dictador mayor, tiene el éxito garantizado.
Un buen ejemplo de esto son los clubes de perros de pura raza. La mayoría de estos clubes han tenido el mismo presidente desde hace varias décadas y aunque han cometido una infinidad de arbitrariedades, han robado, han extorsionado, han engañado, han estafado hasta la saciedad, todavía se mantienen como amos y señores de todo lo que tiene que ver con la cría de sus razas, con la bendición del Ministerio de Justicia (MINJUS) que les da el carácter legal, el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) que los apadrina, y la Federación Cinológica Internacional (FCI) que mientras les paguen su tajada se hacen de la vista gorda, importándoles un comino la preservación de las razas ni la ética.
Este asunto de las organizaciones internacionales que apoyan a dictadores de organizaciones cubanas también tiene su similitud a nivel de Estado, destacándose la Iglesia Católica con su relación cordial con los Castro.
También está la OEA desesperada por volver a incluir a Cuba como sistema anacrónico entre el resto de las democracias, y la ONU que ha elegido a Cuba para formar parte de la Comisión de Derechos Humanos, etc...
Y el colmo, ya como cosa de risa, una universidad mexicana le dio a Fidel Castro un Honoris Causa por sus contribuciones a la agricultura...
Un amigo en Cuba, muy inteligente por cierto, me dijo hace años que mientras que Fidel Castro estuviera en el poder jamás podríamos quitar de presidente de algún club a esos dictadores, por una sencilla razón: ninguna autoridad del Gobierno se atrevería a ir en contra de un presidente de alguna organización que hace lo mismo que el Presidente del país, pues sería como reconocer que Cuba se gobierna de mala manera y que puede haber otra forma mejor de hacerlo y más justa.
Entre los presidentes vitalicios de clubes de perros de pura raza se destacan dos en especial. Uno de ellos es el Presidente del Club Cubano del Perro Pastor Alemán (CCPPA), llamado: Juan Montenegro Vidal.
Éste se aprovechó de las importaciones de perros que hizo en varias ocasiones el Ministerio del Interior (MININT), con dinero del Estado, para apropiarse de los mejores pie de cría, reproducirlos y mandarle al MININT las crias de peor calidad y venderle los mejores cachorros a los miembros del club a precios exorbitantes en pesos cubanos y en dólares a los extranjeros. Durante décadas hizo y deshizo a su gusto; estafó a decenas de personas, tanto cubanos como extranjeros; organizó cursos donde prometió diplomas que nunca entregó; se robó miles de dólares cuando fue presidente de la Federación Cinológica de Cuba (FCC); hizo negocios ilícitos de todo tipo, y cuando alguien lo amenazaba con denunciarlo le recordaba que era amigo íntimo de varios generales del MININT. Hasta alardeaba de la valla de gallos "clandestina" que tenía en el patio de su casa en la calle San Mariano, esquina con la Avenida de Acosta, en Lawton, que era visitada por los generales que lo protegían.
Pero el colmo de dictador al estilo Castrista es el presidente del Dobermann Club de Cuba: Agustín Egurrola Álvarez. Este lo primero que hizo fue asegurarse de que todo el mundo creyera que era un excombatiente del Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad, para que le tuvieran respeto y miedo.
Se llenaba la boca para decir que era más comunista que Fidel Castro y que cuando Fidel aún no sabía ni que era el Comunismo ya él era comunista. Este hombre ha sido tan inteligente que ha imitado a Castro minuciosamente, hasta le roba las frases de sus discursos. En 1991, clausurando una exposición nacional del Club Dobermann en el Estadio Juan Abrantes de la Universidad de La Habana, cerró su largo discurso con la siguiente frase:
"Porque cada miembro del Club Dobermann, cada militante, debe decir: ¡Yo soy el Club!"
No había pasado ni una semana que Fidel Castro había pronunciado en un discurso televisado la frase:
"Porque cada hombre, cada revolucionario debe decir: Yo soy el Ejército, yo soy la Patria, yo soy la Revolución"
Agustín Egurrola instauró en el Club Dobermann las categorías de miembros "simpatizantes" y "militantes". Los que se daban cuenta de sus fechorías y se le oponían eran catalogados de "disidentes". Al Círculo Dobermann de Guanabacoa, que nunca pudo legalizarse por las presiones de Agustín, lo catalogó durante años como equivalente a la Fundación Nacional Cubano Americana; y Jorge García Más, su presidente, en la mente retorcida de Agustín Egurrola equivalía a Jorge Mas Canosa, aprovechándose del parecido en los nombres.
Ningún miembro tenía carnet para que no pudiera demostrar legalmente su membresía o derecho a votar las pocas veces que se hicieron elecciones amañadas.
El Club Dobermann de Cuba era el único club que no expedía pedigree a sus perros para que los propietarios no tuvieran ninguna forma de demostrar la pureza de sus ejemplares y no pudieran inscribirlos en los eventos internacionales de la Federación Cinológica de Cuba.
El presidente era el único que podía decir quien participaba y quien no, también decidía que perro se reproducía y cual no, y, por supuesto, tenían vía libre para aparearse las perras de su propiedad y eran vetadas la mayoría que pertenecían a otros miembros.
Los pocos machos reproductores todos eran propiedad del dictador, para así garantizar el negocio, y todos los cachorros machos que nacían eran asesinados al salir del vientre de la madre, por ahogamiento o pegándoles con un palo en la cabeza. Calculo que hasta el año 2005 se habían asesinado a sangre fría como mínimo 2,000 dobermanns machos para preservar el negocio del caudillo y con la bendición del Ministerio de la Agricultura de Cuba.
Como buena imitación del Castrismo, el presidente y dueño del Club Dobermann ha acabado con la raza Dobermann en Cuba y ha mandado al "exilio" del Club a la mayoría de sus miembros. El día que los cubanos logremos librarnos del Castrismo también desaparecerán los Agustín Egurrola y los Juan Montenegro que proliferan por la isla.
andy@100yaldabo.com
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