Venezuela: ¿desaparecerá la última televisora opositora? Autor: Evan Romero-Castillo- Editor: Diego Zúñiga Deutsche Welle 13 de abril de 2013
Guillermo Zuloaga, presidente de Globovisión: “un Gobierno todopoderoso quiere vernos fracasar”.
De los canales de televisión que hicieron oposición al Gobierno de Chávez, el único que queda es Globovisión. Por ahora. Su dueño anunció que tirará la toalla y lo venderá después de las elecciones del 14 de abril.
No son pocos los Estados que salieron mal retratados en el informe publicado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) al concluir su más reciente reunión semestral: en México, ni las autoridades federales ni las regionales actúan para evitar que los comunicadores sean secuestrados o asesinados; los ataques contra la prensa se han vuelto más frecuentes en Perú y Colombia; y una decena de gobiernos incurre en prácticas antidemocráticas para presionar a los periodistas y medios que no comulgan con el oficialismo.
Según la SIP, la libertad de prensa y el derecho a la información se ven restringidos de diferentes maneras y en distintos grados en Bolivia, Chile, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua y Panamá. Pero las críticas más severas de este organismo están dirigidas hacia los líderes y las instituciones de Argentina, Ecuador, Honduras y Venezuela, en donde han entrado en vigor o están por decretarse leyes que se usan o pueden usarse para fomentar la autocensura, acosar y controlar a las empresas mediáticas privadas o acallar las voces disidentes.
“Enemigo de la revolución”
Protesta estudiantil en Caracas por el cierre del canal de televisión opositor RCTV en 2010. Aunque Cuba estaría en primer lugar, si se elaborara un ranking sobre la base de estos abusos de poder, Venezuela sobresaldría en esa tabla por una razón de peso: en su territorio sólo queda un canal de televisión dispuesto a criticar abiertamente las políticas del partido de Gobierno y, ahora, ese medio está por esfumarse. Manuel Silva-Ferrer, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín, explicó a DW por qué la desaparición de Globovisión está lejos de ser un incidente irrelevante.
“Desde 2005, todos los medios audiovisuales en Venezuela –que son los que ejercen mayor influencia sobre la opinión pública– están alineados con el Gobierno. La única excepción es Globovisión. Las otras televisoras que le hicieron oposición al presidente Hugo Chávez y al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) terminaron cediendo a la presión oficialista, como Venevisión y Televen, o perdiendo sus permisos de transmisión, como RCTV”, cuenta este colaborador del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco) de Caracas.
“Treinta y cuatro radioemisoras han sido cerradas por el Gobierno. Y los periódicos opositores que quedan tienen un impacto mínimo sobre la opinión pública porque su distribución es muy reducida y solo son leídos por una élite”, acota Silva-Ferrer. Pese a que Globovisión transmite en señal abierta en apenas dos ciudades venezolanas –Caracas y Valencia–, los canales de televisión por suscripción le permiten llegar a todos los rincones del país. Su línea editorial llevó a Chávez a tacharlo de “enemigo de la revolución bolivariana” en 2001.
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