El ruido de los oráculos. Por Alberto Gutiérrez Barbero.
No, no me encuentro en Delfos esperando una respuesta que solucione la opresión y la miseria en Cuba. Sólo que después de tantos años de leer y oir a cubanólogos y otros también presentados como expertos en la problemática cubana, estoy harto de tanta cátedra puesta en el aire. Mucho ha sido y es todavía el ruido de los oráculos apuntando a mi patria.
Miro hacia 1959 y no puedo evitar el mal gusto en la boca cuando, punto y aparte de las histéricas masas cubanas que aplaudían a la churriosa marea verde olivo, recuerdo a otros miles de compatriotas "leidos y escribidos" en recia competencia de "guataquería" hacia el naciente tirano cubano. Tampoco olvido a una significante crema de la intelectualidad extranjera que llegaba a La Habana para ver y ser vistos -dicen que seducidos, yo digo que con muy poca vergüenza- y luego partían al exterior como diligentes embajadores publicitarios a favor de la infamia que crecía cada día mas en suelo cubano.
No proclamo una muerte a la inteligencia, tal como según algunos anunció el General José Millán Astray, de la Legión EspaÑola, frente a Miguel de Unamuno. Pero, ¿de qué valía en Cuba la presencia de todos aquellos sabidos sujetos, si al no vivir con los pies en el suelo ni siquiera les perturbaba el terror institucionalizado en el paredón?
Muchos intelectuales permanecieron comprometidos e impávidos al menos por un década, y es motivo para que traiga a colación hasta la tontería útil a que aludiera el siniestro Vladimir Ilich Ulianov. Desconozco a que extremo llegó después el acto de contricción de los que decidieron no continuar apoyando a la revolución castrista. Pero algunos de sus arrastres todavía son fatales. Por ejemplo en el 2010 leí "Héroes de nuestros tiempos" escrito por Mario Vargas Llosa y repliqué con unas líneas, aunque asumo que no llegaron ni a la vuelta de la esquina y posiblemente lo único que provocaron fueron dos o tres bostezos.
No obstante una vez más creo pertinente "coger el toro por los cuernos", puesto que el Sr Vargas Llosa recientemente en Madrid declaró que Yoaní Sánchez "encarna quizás más que nadie en América Latina el amor a la libertad y a los valores de la democracia"
Pudiera definir las razones de mi rechazo a la Sra Sánchez, pero por el momento no deseo participar en lo que vislumbro es una calculada y diversionaria movida mediática. Es muy lamentable que en el Exilio Cubano con cero iniciativa se baile al compás de la música escogida en La Habana.
De todas maneras, si esa encarnación de amor a la libertad y a los valores de la democracia es la correcta, ¿dónde es que quedan los cubanos fusilados, la enorme lista de los que fueron prisioneros políticos e inclusive los que todavía canallezcamente son considerados presos comunes, a pesar de sus desvelos por una Cuba libre de tiranía?
También de acuerdo a lo que acabo de leer en el periódico británico "International Business Times" la Sra Sánchez "se ha convertido en la voz más opositora del régimen de Castro" Tal parece que la traicionada invasión anticastrista en Bahía de Cochinos es un secreto que todavía no ha sido publicado por la prensa internacional. Tal parece que en Ginebra jamás hubo ni una denuncia de cubanos contra la tiranía castrista, y que en las cuatro esquinas del mundo ni siquiera se supo la oposición que se desbordó durante el éxodo másivo por Mariel. ¿Es que acaso durante las últimas semanas por alguna fórmula mágica la genuina resistencia a la cúpula des-gobernante en Cuba ha sido revitalizada?
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