"Mi último viaje a Cuba, a ver a mi familia". Por Humberto Montoya Portuondo.
En mi último viaje a Cuba, a ver a mi familia, a compartir con amigos y a expresar públicamente mi desacuerdo contra el régimen de forma pacífica tal y como hice, en conversaciones con amistades, amigos, por su puesto con mi familia y con gente en la calle Enramada en Santiago de Cuba.
Les hable de cómo se vive en democracia, de las verdades que al régimen no le conviene que sepan, por eso le prohíben el internet, de las colosales mentiras que dicen por los medios de información, motivo por lo cual han mantenido ese férreo control de los mismos. Expliqué, que lo de Miguel Díaz-Canel es sólo una Fachada, que Raúl está preparando el traspaso de poder a su Hijito varón Alejandro Castro Espín y muchos me preguntaron ¿y ese quién es? y al decirle, increíblemente la respuesta mayoritaria fue: Entonces, es cuando se va a formar.
Mostré una foto del General Batista, de 1938 cargando en sus brazos a un niño de Biran llamado Raúl Modesto Castro Ruz y la mayoría realmente no me lo creyó, y con relación a los precios de los carros del General – Presidente – Empresario, por una cuestión de decencia no les diré cual fue la respuesta de la gente, se los dejo a su imaginación.
En Cubita “la triste” se da un fenómeno social inexplicable, desde que te bajas del avión con las primeras personas que entras en contacto son los funcionarios de la Aduana, cualquier visitante no cubano con un poco de psicología enseguida se da cuenta de la apatía y el descontento reflejada en sus rostros. Este fenómeno social se basa en que ya nadie cree en el gobierno o desgobierno y sus instituciones corruptas, ni si quiera se menciona la palabra “Revolución” quedó en el olvido; nadie cree en el gastado discurso oficial, todos me dijeron que Raúl no tiene el carisma que si tuvo el hermano y los más entrados en años recuerdan los fusilamientos en Santiago de Cuba en la loma de San Juan, lo reconocen como un criminal. Me dijeron que las reformas han llegados demasiado tarde y que son para aplacar un tanto el estado de ansiedad en que vive la gente, y así ganar tiempo. El grado de inconformidad es tal, que creo que ni el propio gobierno no lo calcula. Me informaron que poco a poco están eliminando de la libreta de racionamiento cada vez más productos, lo que evidencia que ya no pueden, ni quieren continuar con los subsidios puesto que no les convienen estar gastando muchas divisas en estos tiempos finales.
Hay desacuerdo con los despidos masivos de los centros laborales. Cada quien en su desesperación, lucha por la subsistencia a como dé lugar, me dijeron: Total, ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón. Jubilados me expresaron que después de tantos años de trabajo, nunca pensaron vivir en medio de tanta miseria, y los más entrados en años, fueron más radicales al decirme tajantemente: No me quiero morir sin antes ver ésto caerse.
Sorprendentemente sin preguntar me hablaron de las Damas de blanco de su valentía, de que es un abuso lo cometen contra ellas, por supuesto mi respuesta fue: cuando las vean Apóyenlas, defiéndanlas; también me hablaron de la UNPACU, en Santiago de Cuba se conoce bien su trabajo.
Varios militantes o ex-militantes del partido me dijeron: Ya dejé esa mierda, entregue el carne.– Si para 1952, según Castro con ocho años en el poder, el Partido Revolucionario Autentico cubano estaba desprestigiado por la corruptela política de la época, entonces ¿qué no dice hoy del único partido permitido en más de 50 años, que ha arruinado al país completo?
En fin la gente me expreso su desacuerdo con el estado de calamidad en que viven y me dejaron ver que aquello está más gastado que un jabón batey en periodo especial. Inexplicablemente, si hay tanto desacuerdo, tanto descontento si ya nadie cree en los que gobiernan ¿Por qué no ocurren estallidos sociales de grandes magnitudes que acabe con aquella cosa?...
Èsto es un reflejo de cómo se vive en la Cuba “raulista” que sus lentas reformas económicas, obligados por las circunstancias, sin reformas políticas y sin libertad no serán más que un rotundo fracaso y en verdad eso es lo que yo le deseo, que sigan aferrados a su modo de proceder, porque al fracasar sin dudas detrás vendrá la libertad. Si la desesperación de la gente sobrepasa los límites de lo humanamente soportable pudiera darse ese estallido social, porque hay un día marcado y ese día está cerca.
Humberto Montoya. democuba2010@yahoo.com Mov. Alternativa Republicana.
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