CANTO A VENEZUELA. Por Alfredo M. Cepero.
Venezuela marcha y el tirano tiembla,
porque así han temblado los tiranos siempre
cuando el pueblo lanza su grito de guerra,
los hombres se crecen y el miedo se pierde.
Los venezolanos son raza guerrera
que un día rompieron el yugo de España,
cabalgando llanos, vadeando los ríos
y abriendo caminos entre las montañas.
Venezuela es madre de cinco naciones
que son hijas todas del mismo patricio,
que las hizo libres con el compromiso
de que fueran patrias para muchos hijos.
Simón se llamaba el iluminado
que sembró coraje y unió voluntades,
que con gente humilde fabricó soldados
tan fieros y heroicos como los centauros.
Por ahí anda Páez, siempre belicoso,
repartiendo muerte frente a sus lanceros,
en un Carabobo convertido en templo
donde se fue al cielo el "Negro Primero".
Los Andes se inclinan al ver a Bolívar
desafiando nieves en la lontananza,
dibujando estrellas a punta de lanza
que alumbren el cielo de Nueva Granada.
Allá se va Sucre, hijo predilecto,
cabalgando el lomo de la cordillera,
regando al Pichincha hasta sus laderas
con sangre patriota, que es lava guerrera.
Ayacucho cierra la enorme vergüenza
de ser aplastados por bota extranjera.
Un mundo claudica, el otro despierta
y un sol ilumina la gloria de América.
Los héroes murieron, pasaron los años
borrando con ellos orgullos pasados.
No hubo sacrificios sino privilegios
para beneficio de los hijos malos.
Desde otro horizonte llegaron los vándalos
con la ayuda indigna de oriundos cipayos.
Bolívar se ha hecho moneda de cambio
en la compra infame de nuevos esclavos.
Suenan las trompetas, los héroes despiertan
para dar batalla por la patria nueva,
haciendo temblar el cielo y la tierra
para echar del templo la chusma extranjera.
Simón en los Andes es pico cimero
que marca la lucha de todo su pueblo.
Páez reparte su valor llanero
y vuelve del cielo el "Negro Primero".
Los viejos guerreros han resucitado
con distintos nombres y otros escenarios.
Las calles y plazas sirven de sudario
a los salvadores del destino patrio.
Leopoldo levanta su voz de protesta,
María camina segura y serena,
los jóvenes lanzan su reto de guerra
y todos clamamos ¡Viva Venezuela!
Miami, Florida 5 de abril de 2014.
alfredocepero@bellsouth.net
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