Campesinos indignados ante nuevas regulaciones sobre propiedad del ganado Por Calixto R. Martínez Arias Cubanet 9 de junio de 2014
Convertir leche en mantequilla o queso es un gran problema en Cuba, si es que el propietario de vacas quiere hacerlas rentables
LA HABANA, Cuba. – Nuevas medidas adoptadas por el gobierno del general Raúl Castro, algunas de ellas destinadas a tratar de frenar el alto índice de hurto y sacrificio de ganado vacuno existente en el país, causan descontento en el campesinado cubano.
Estas nuevas leyes -hacen a los campesinos sentir que están siendo extorsionados y que se les viola el derecho a la propiedad privada- van desde obligar a los propietarios que sean víctimas del hurto y sacrificio de una de sus reses a realizar una venta forzosa del resto de sus animales, hasta tener que sacar una carta de circulación para trasladarse de un lugar a otro a caballo.
De acuerdo con lo que describen campesinos de diferentes partes del país, debido a la cantidad de trabas burocráticas existentes, también se ven forzados a pagar sobornos para resolver documentos de carácter obligatorio.
Todo esto sucede en un país donde los propietarios están obligados a entregar la producción de sus vacas al Estado. Y es severamente sancionado y se le decomisan sus animales a quien convierta la leche en mantequilla, yogur o queso con fin de comercializarla. También se les prohíbe el sacrificio de ganado vacuno y equino.
Ismael Espinosa Puebla, un campesino del municipio Bayamo, provincia Granma, ve la venta forzosa como la peor medida adoptada por el gobierno cubano.
Espinosa Puebla, de 56 años de edad, hace tres años emigró hacia Bayamo desde Chivirico, Santiago de Cuba, para recibir unas tierras que le serían entregadas como campesino usufructuario. Pero para esto tuvo que pasar poco más de dos años haciendo trámites. Periodo en el que, como consecuencia de la sequía que azotó a Guamá, se le murieron 25 de las 54 cabezas de ganado vacuno que tenía. Pérdida que valora en una cifra superior a los 68 mil pesos Moneda Nacional (MN).
Entre la noche del pasado 20 de mayo y el amanecer del siguiente día, supuestos delincuentes penetraron a la finca Morlo 5, que recibió Espinosa en Bayamo, y le robaron un toro del que solo aparecieron las osamentas.
-El día 21, al darme cuenta de la desaparición del toro, hice la denuncia a la policía y enseguida ellos fueron y vieron los restos del animal matado cerca de la corraleta donde dormía, -describió el campesino. -Y el 24 fui visitado nuevamente para comunicarme que me obligarían a hacer una venta forzosa al Estado de todo mi ganado.
Aunque dijo que todavía desconoce la suma que le pagarán por esta venta obligatoria, se mostró bastante indignado y temeroso. Pues cree que solo recibirá una miseria por las 28 reses que le quedan.
-Sé que ya están valoradas y, cuando ellos decidan, me dirán el importe. Aunque de acuerdo con lo que paga el Estado, estoy casi seguro de que me pagarán una miseria-, destacó.
En el municipio Campechuela, también en Granma, hace algunos años campesinos se vieron obligados a realizar una venta forzosa. Espinosa tiene razón suficiente para sentirse indignado y temeroso, ya que sólo pudiera recibir unos 8 mil 400 pesos de los más de 70 mil que, según sus cálculos, pudiera ganar si se las vendiera a otros campesinos.
-En mi barrio, hace varios años que el Estado vendió unas vacas a los campesinos por el precio de 750 pesos. Y luego sacaron una Ley que decía que al que se le soltara una vaca y se la sorprendieran cerca de los cañaverales o del camino, lo obligarían a realizar una venta forzosa, por lo que se le pagaba solamente 300 pesos. Eso es lo que allí se conoce como el robo más descarado que le haya hecho un gobierno a su pueblo, -manifestó Jorge, que reside en el caserío Cienaguilla de Campechuela.
En el caso de Espinosa, se encuentran otros sietes campesinos que, al igual que él, se verán forzados a vender su ganado al Estado.
-Los mismos policías que fueron acompañando a la gente de Agricultura para tasarme el ganado, me aseguraron que junto a mí habían otras sietes personas que se le aplicaría la venta forzosa. Uno de ellos es Queala, un campesino que vive en Molino Rojo, y los otros viven en Cautillo y otros lugares cercanos, -aseguró lleno de iras el campesino que proviene de Chivirico y que tiene en su haber dos misiones como combatiente internacionalista en África.
La venta forzosa a que se ha visto obligado Espinosa, que militó por muchos años en el Partido Comunista –único reconocido en Cuba, ha causado tanta indignación en él, que está pidiendo que se le permita presentarse ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para denunciar al gobierno cubano por el abuso que comete contra el campesinado y las violaciones al derecho a la propiedad privada.
-Lo único que quisiera es que se permita presentarme ante la Comisión de Derechos Humanos para denunciar con mis propias palabras a este gobierno por los abusos y atropellos que comete contra el pueblo. Principalmente contra los campesinos. Para ver si esos gobernantes corruptos que lo apoyan, tienen moral para seguir dándole ese apoyo-, manifestó con fuerzas y lleno de iras.
Ya nadie quiere un caballo
De acuerdo con lo que describió Rogelio Ortega a este reportero en un recorrido por el granmense municipio de Media Luna, las nuevas medidas también han provocado que nadie quiera ser dueño de un caballo.
-Aquí ya nadie quiere tener caballos. Primero -alegó Ortega-, porque con estas nuevas leyes es demasiado el dinero que hay que pagarle al Estado por la atención a las bestias, y segundo porque hay mucho robo. Ortega, que como trabajador agrícola estatal gana un salario cercano a los 200 pesos MN mensual –equivalente a unos ocho dólares estadounidense-, encuentra caro tener que pagar 15 pesos MN por sacar sangre para análisis y vacunar una bestia, más tener que sacar una licencia por el costo de 45 pesos, entre otras obligaciones.
-Aparte de las vacunas, los análisis de sangre, y la licencia para poder andar a caballo, también hay que sumar el herraje que vale 50 pesos. Y con un sueldito que no llega ni a 200 pesos, cómo uno va a mantener una bestia, -explicó el medialunero.
Sin embargo, en La Habana, según dueños de caballos, no hay que pagar al gobierno esa cantidad de dinero que obligan en Oriente. Pero tienen que enfrentar trámites burocráticos que se prestan para favorecer la corrupción en las entidades del Estado destinadas a atender a propietarios de animales.
-Aquí en La Habana lo único que hay que pagar es 10 pesos MN al año por una tarjeta, y con eso le dan toda la atención al caballo. Pero el dinero gordo te lo sacan los jefes corruptos apoyándose en los trámites burocráticos que el gobierno ha puesto, -dijo Ariel, uno de los propietarios de caballos, que dio una explicación detallada de cómo funciona este laberinto de corrupción.
-Por ejemplo -argumentó-, ya no están dando patrón (carta de propiedad). Y para conseguir uno, tienes que pagarle a algún jefe 100 CUC –equivalente a la misma cantidad en dólar estadounidense. Otra cosa es que para andar a caballo hay que pasar un curso de una semana, que desde que comienza te están sacando dinero.
-Primero, hay que pagar 10 CUC al profesor para que envíe el documento que te acredita como que pasaste el curso a una entidad superior a donde tienes que ir a los 15 días y pagar 20 CUC más, si quieres que te entreguen la licencia.
-Luego tienes que ir a la Unidad de la Policía de tu municipio para que te entreguen una Carta de Circulación, que es solo de carácter limitado, y de ahí te mandan a unas oficinas que hay en el municipio Plaza de la Revolución, donde recoges la Carta de Circulación que te da la posibilidad de andar en tu caballo por donde quieras. Pero todo esto se consigue solo a golpe de dinero-, manifestó el especialista.
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