Eusebia la represora sí, Papo el amigo, no Por José Daniel Ferrer García UNPACU 7 de octubre de 2014
Eusebia Ortiz es una anciana de Palmarito de Cauto, Mella Santiago de Cuba, que ha visitado EE.UU en varias ocasiones. Eusebia y sus hijos de apellidos López Ortiz son de los peores enemigos de la causa a favor de la democracia para nuestra patria y calumniadores de la nación del norte de la que tantos beneficios reciben. Tiene Eusebia una hija en Nueva Jersey casada con Marcos Álvarez. Con dinero procedente de EE.UU la familia López Ortiz hace fiesta a esbirros de la policía política y mientras tienen asegurado el sustento con dólares del ¨Imperio¨ dedican, varios miembros de la familia, buena parte de su tiempo a vigilar y repudiar a opositores pacíficos. Eusebia no es la única miembro de esta familia que ha viajado a EE.UU, dos de sus hijas también, los varones lo desean mucho. Hasta el momento ni los viajes, ni la libertad y la prosperidad estadounidense les han hecho romper con sus estrechos vínculos con la dictadura castrista.
Ángel Luis Fabré Nicolarde, alias Papo, es otro anciano de Palmarito de Cauto, amigo de la causa a favor de la democracia para Cuba, hombre honesto, masón de cuando ser masón aquí era un serio problema, como lo era ser religioso, o tener algún pariente en el mundo libre. Papo fue miembro en su juventud del Partido Socialista Popular, cuando este parecía ser un fanático defensor de los derechos de los obreros. Al triunfo del castrismo Fabré comprendió la gran estafa, estuvo preso en la cárcel de Boniato por que algún chivato dijo que pensaba alzarse contra el régimen triunfante.
Fabré Nicolarde ha sido siempre fanático del beisbol de Grandes Ligas, mi padre y él eran amigos, el beisbol los unía. Cuando los más jóvenes ni siquiera sabíamos que existía tal beisbol, este anciano con mucha historia que contar ya lo seguía por emisoras de onda corta, lo cual era otro problema serio en la Cuba totalitaria, sé de muchas personas acosadas y que hasta sufrieron detenciones por escuchar emisoras de onda corta, yo fui uno de ellos.
Papo es barbero desde que lo conozco, durante años me pelé y afeité con él porque su barbería fue siempre un espacio de debate abierto y me atraían sus anécdotas de la Cuba republicana, de los debates en 1940 en la Asamblea Constituyente y sobre muchas cosas que el castrismo ha tergiversado. A pesar de sus 94 años de edad aún ejerce su oficio y no le faltan clientes.
Fabré nunca ha pensado ni pensaría abandonar Cuba, tiene familiares en EE.UU, estos le invitaron y él, sobre todo aceptó por el deseo de cumplir un viejo sueño: ver en un estadio de beisbol un juego de los Marlins de la Florida o los Yanquis de Nueva York. Fue a entrevista hace más de un año y un funcionario consular le denegó, vio en este anciano un posible emigrante. Vi la pasada semana a Fabré, como siempre muy preocupado por la causa que defendemos, nos dimos un abrazo, le pregunté: ¨Cómo le va mi viejo¨, y me respondió: ¨Aquí chico, creo que me voy a morir sin ver un juego de los Yanquis o los Marlins…¨
Papo no solo gusta del beisbol de grandes ligas, también admira la democracia y el desarrollo alcanzado por la patria de George Washington.
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