"LA RESPUESTA DEL PUEBLO AL DEMONIO CASTRISTA". Por Carlos Díaz Olivera.
Pasaban las nubes dibujando formas que resultaban graciosas y a veces caprichosas, que le transportaban a esa ventana desde donde dominaba un cielo de un azul mágico que aumentaba lo solemne y a su vez divino de esas figurillas que eran fantasías de su mente...
Le agradaba imaginarse animales selváticos, como los que abundan en un continente lleno de verdor de luz y que estaba distante del suyo que también era verde y matizado de esos colores divinos.
De pronto los ruidos de los autos que luchaban por descargar su protesta a través de sus bocinas, se mezclaron con los gritos exaltados de una mole humana, que luchaban por atribuirse el grito mas fuerte, se oyeron llantos de niños, que no entendían el porqué de esa situación tan incomprensible para sus mentes infantiles, las mujeres lloraban, gritaban convulcionadas por el espasmo desesperado de la impotencia, y la frustación, pero firmes en su solidaridad con esa familia que sufría los vejámenes de un régimen que no sentía por la desgracia de su pueblo compasión alguna.
Ahora desde su ventana, observaba a un hombre que valientemente denunciaba, como en su tiempo lo hiciera Martí, la injusticia y la crueldad de los despotas que desprecian a los pueblos, sin miedo y con el pensamiento más alto que alcanza el hombre humilde, de ese pueblo que lleva por nombre Cuba.
En ese video que pone en su web "Cuba Democracia y Vida.org*" podemos observar y juzgar las atrocidades y la represión que imperan en Cuba, como el régimen cuenta con informantes que no tienen fronteras de edad, ni de sexo para hacer el mal.
*Protesta de familia oriental en La Habana, Cuba:
Estoy cada vez más convencido de que el final de la pesadilla, se encuentra en una fase de terminación total, las masas que otrora fueron dormidas por la magia maléfica de un régimen corrupto y despresiable, se van despertando y perdiendo el miedo.
Cuba es un solo pueblo desde Oriente a Occidente, y ya pronto veremos ese sol brillando en ese cielo azul, aquel cielo que le dio las gracias a Marti por mirarlo antes de entrar en el altar sagrado de la patria.
¡Que viva mi Cuba! libre y soberana!
carlosdiazescorpion@gmail.com
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