DIEZ DE DICIEMBRE EN LA HABANA. Por Manolo Pozo.
Llegó el jueves y ayer se supone que se efectuaría una manifestación contestataria muy importante en el malecón habanero, en celebración del importante día de los Derechos Humanos.
El anuncio de esta protesta apareció desde mucho antes en las redes -como comercial político pagado- y eso despertó la atención de muchos que nos preparamos para apoyar o simplemente para alentarnos con el brote de una oposición efectiva en La Habana. Al final, lo de siempre en los últimos años: Unas Damas de Blanco, con mucho valor y poco apoyadas, pero demostrando que son la única esperanza manifiesta que le queda a la disidencia en Cuba. Faltaron los premiados y los del Malecón; sobró la multitud observadora que se pone a mirar sin chistar, y los que gritan a favor de la tiranía, en los que se incluyen los peones de la seguridad del estado, preparados para hacer bulto y aparentar la presencia del pueblo revolucionario.
Pude ver el arresto de alguno que otro valiente ahí en pleno centro del Vedado (L y 23), pero siguió faltando el pueblo y sobre todo los famosos de aquella gesta de disidentes que no sé dónde se meten cuando pasan estas escaramuzas.
Al final nos damos la razón los que estamos advirtiendo, hace tiempo, que hay que dejar las declaraciones, panfletos y acciones de salas para obtener visas. Hay que actuar con seriedad, sin anunciar los propósitos. Los que se enfrentan al regimen necesitan ser más clandestinos si es que quieren obtener algo convincente para el país. No trabajen y divulguen sus intensiones para hacerle saber al exilio, la prensa y las embajadas... Trabajen y luchen por y para el pueblo cubano y la patria.
Recuerden que cuando actuan en YouTube o en Facebook, anunciando lo que no van a hacer, atentan en forma de burla contra la disidencia y oposición que se respeta y que sabemos existe dentro de Cuba.
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