Homenaje Póstumo a nuestra querida fallecida perra croata-sueca, "Chapa", y Homenaje a "Luna", mi querida perra croata. Por Carlos Díaz Olivera.
NOTA: Los dos escritos son realizados por Carlos Díaz Olivera, amigo y compatriota que desde hace más de 21 años conocimos mi esposa y yo junto a su esposa Franca Buick en 1993, cuando vivimos un poco más de 3 años en Zagreb-Croacia- en la Ex-Yugoslavia. Carlos Díaz Olivera es colaborador de "CDV.org" y reside actualmente en Zagreb.
In Memoriam para una criatura inolvidable. Por Carlos Díaz Olivera.
Ella había nacido con una estrella en su frente.
Era una perra chiquita, pero gigante como esas estrellas de Hollywood que alumbran en el celuloide de la vida, nació Croata, al pie de un pueblito cerca de Zagreb, pero su destino iría más allá de las fronteras de su país, compartiendo su cariño con su familia a la que adoraba como parte integrante de su vida, que a propósito de ésto, de seguro se preguntaría, ¿Por qué estos humanos no ladran como yo?, ¿por qué son tan grandes, principalmente ella que al principio era un poco fría, como si se hiciera la sueca para evitar encariñarse conmigo y acabó al final entregada a mí, y yo a ella?, porque el amor cuando se dá y se recibe, lo rompe todo... En cuanto a él, fue mi primer amor a primera vista, yo sabía que él era el verdadero amor de mi vida, ¡Sólo nos mirábamos y lo sabíamos todo, yo no necesitaba ladrar, ni él hablar para entendernos!, pues los amores nuestros eran éso, amor a primera vista, y los amores así no necesitan nada porque lo tienen todo.
Ella fue, es y será una criatura inolvidable que tuvo por nombre Chapa, nació aquí en un pueblo cerca de Zagreb y vivió en ese mundo que no conoce fronteras, anduvo con sus pequeñas paticas recorriendo el camino de la vida, desde Zagreb a Estocolmo, de Estocolmo a Madrid, de Estocolmo a Maputo-Mozambique, y de Mozambique a Suecia hasta el fin de su feliz vida dejando en el corazón de todos los que la conocieron sus imborrables huellas de cariño.
¡Vaya pués, una recordación modesta pero sincera, a esa criatura inolvidable que mi amigo Guillermo Milán Reyes la bautizó con el nombre de Chapa porque a lo mejor tenía también algo de criolla, porque a lo mejor también tenía algo de cubana.
Mi esposa Eva Belfrage y yo con nuestra querida perrita Chapa. FOTOS: Guillermo Milán:
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Con nuestra querida perrita Chapa en Croacia y en Venecia. FOTOS Guillermo Milán.
Mi perra LUNA. Por Carlos Díaz Olivera.
Mi perra Luna no es una perra cualquiera, es una perra que sabe robarnos el corazón.
Ella no es una perra de casta pura, porque la pureza de ella está en su mirada agradecida que nos llena de ternura desde el día en que asustada entró en nuestras vidas proveniente de un refugio para animales.
Luna y yo llenamos esos momentos necesarios de la vida, que nadie como ella pueden entender, y creo que ella y yo nos haremos compañía por ese camino de mutuo entendimiento y cariño hasta ese día en que nos separemos acá, en este lugar terrenal, pero si existiera algo donde nos pudieramos encontrar, de seguro que Luna y yo nos encontraríamos de nuevo y seguiríamos disfrutando de esa amistad divina.
Carlos Díaz y su esposa Franca Buick con su querida perrita "Luna". FOTOS: Carlos Díaz Olivera.
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