México en la normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba. Por Eloy A González.
Los recientes anuncios sobre la normalización de las relaciones entre los EEUU y Cuba trae a colación, sin proponérnoslos, el papel que representa o puede representar México en este proceso de negociación que recién comienza.
Al comenzar a escribir esta nota es noticia la llegada a los EEUU del presidente de México, Enrique Peña Nieto y el desempeño que puede tener este país en el relanzamiento de las relaciones EEUU-Cuba. La intención del presidente norteamericano, dice la nota, es buscar la colaboración de México para la aplicación de las políticas de cambio del presidente estadounidense sobre inmigración y Cuba. Obama quiere que Peña Nieto se una a él para presionar a Cuba y que lleve a cabo reformas democráticas ahora que Washington se está moviendo para reestablecer sus vínculos diplomáticos y comerciales[1]. En este punto es bueno señalar, que México no fue parte en las conversaciones secretas que propiciaron este entendimiento como veremos más adelante.
Un extenso y bien documentado artículo sobre las negociaciones entre los gobiernos vecinos de México para normalizar sus relaciones aparece en una página digital de temas cubanos con el título de: “El entendimiento EEUU-Cuba, según para cada quien: ¿y México?”[2] , que aporta muchos datos a la relación Cuba- México, y es interesantes como intercala frases de los personajes de Roberto Gómez Bolaños de manera muy original. Este articulo lo citaremos a continuación más de una vez.
Asegura el autor que el que primero perdió fue México porque no supo de las negociaciones y no fue parte de ella. México estuvo fuera del convite diplomático a pesar de sus muestras de buena voluntad en participar en un arreglo al diferendo entre ambas naciones. Esta afirmación resulta descomedida. Las negociaciones fueron prolongadas y marcadas por un secretismo que llegado el caso insulta el buen entendimiento; la mediación estaba en el Vaticano no en México, y Canadá solo fue un escenario propicio y bien calculado para evitar que se filtrara la información de que se negociaba y el grande. Es cierto que incluir a México habría sido un punto a favor para su diplomacia pero los participantes no lo consideraron así. Pienso que más que el protagonismo que debió de tener México en este asunto está el argumento tantas veces considerado por el cual…., se afirma que en la política mexicana, la interna, si de involucrar se trata; Cuba es un tema simbólico. El mismo embajador norteamericano J. Davidow dijo que “Fidel Castro es parte de escenario local, y en ocasiones se convierte en protagonista”…
Lo que importa es que la así llamada “izquierda mexicana” se muestra entusiasmada por esta normalización que consideran un triunfo sobre el imperio norteamericano; en tanto que los mexicanos se hacen opinadores de la realidad cubana sin dejar margen para las opiniones de los cubanos en México y menos para la población exiliada cubana que en general detestan. La mayoría de los mexicanos se complacen de la normalización en tanto que son odiadores contumaces del vecino del norte a donde llegan a ser la población de inmigrantes más numerosa. “Cuba si, yanquis no” gritan delante de la Embajada norteamericana que apedrean, sin considerar pasar el Canal de Yucatán e instalarse a vivir en Cuba, en la Cuba de los Castros que tanto admiran. Nunca vi llegar a las Cuba castrista en busca del sueño socialista, ni una sola familia mexicana con la intención de vivir y trabajar allí.
Pero las relaciones entre Cuba y México no son tan simples como el traído y llevado asunto de “aquellas relaciones que nunca se rompieron”; hay muchos argumentos que sostienen que México es una pieza clave para las relaciones de los EEUU con otros países y ha determinado o puede determinar una parte nada insignificante en estas relaciones. Tratando de argumentar sobre esto escribí hace algún tiempo un artículo, que recomiendo su lectura, donde señalaba: Había y tal vez hay en México un escenario de conspiraciones donde Cuba y Estados Unidos llevan el protagonismo; queda por escribir muchas historias, quedan por descubrirse vínculos más comprometedores[3].
De lo que se trata ahora es de definir en qué medida puede implicar a México el incremento de la relaciones entre los EEUU y Cuba. El impacto sería cuando el turismo norteamericano escoja a Cuba como destino dejando a un lado las plazas turísticas mexicanas. El otro asunto es la triangulación en el comercio con la Isla que involucra a México como intermediario comercial, cuando no hay una vía para los productos norteamericanos que tienen como destino la Isla. Los beneficios que recibe México como camino para los productos que van para Cuba ahora con la normalización pueden cesar.
Considero que el comercio que pasa por México con destino a la isla no es significativo, desde hace mucho tiempo productos norteamericanos son despachados desde los puertos de los EEUU; tampoco sabemos el monto de este comercio de triangulación que siempre ha tenido y tiene un lado muy oscuro. Lo que si no podemos asegurar es que el turismo en México se verá afectado por las relaciones Cuba-EEUU. Es cierto que se espera unos 3 millones de turistas norteamericanos viajando a Cuba, pero la infraestructura turística de la Isla no puede competir con la industria turística mexicana. Es cierto que turistas norteamericanos ahora irán a Cuba pero estos tampoco irán a los destinos del Caribe. Las potencialidades del turismo en México no pueden ser superadas por Cuba; algo muy simple, la extensión geográfica y la variedad de destinos turísticos de México son más y mejores y lo seguirá siendo en comparación con Cuba. Se dice que el turista busca: sol, arena y mariscos, siendo así las playas son el mejor referente. Según la información algo exagerada por cierto; Cuba cuenta con más de 300 playas (¿?) que se extienden a lo largo de 588 kilómetros de línea costera, que no todo es playa, la mejor playa de Cuba, Varadero, tiene 20 km de largo. México dispone de 11 000 kilómetros de playas, son unas 450 playas en total con instalaciones turísticas muy bien establecida. La mejor playa en México es la Playa Norte en Isla Mujeres una isla de apenas 7 km. de largo y algo más de 600 metros de ancho que cuenta con 78 hoteles desde posadas hasta Resort y Spa. De manera que resulta desacertado afirmar que el turismo en México colapsaría cuando se establezcan relaciones entre EEUU y Cuba.
He encontrado una opinión disparatada sobre este asunto de una intelectual cubana que afirma: He estado en Cancún 4 veces..., desde la primera vez supe que el día que Cuba tuvieran un turismo viento en popa y a toda vela, se acababa Cancún (aunque tiene una arena de sílice que no se calienta) ¿Quién quiere el turista que lo atienda un amable pero respetuoso y tristón maya o un mulato bonito, jodedor y chistoso, que saque de debajo de la manga mil maneras de hacer reír? En verdad la estupidez de algunos cubanos(as) puede ser contagiosa.
Termina el articulista diciendo: En resumen, puede que en Estados Unidos y en Cuba haya muchos que celebren la noticia con demasiada exaltación, pero en México no tanto. O para expresarlo con una expresión clásica y memorable: ni nos beneficia ni nos perjudica, sino todo lo contrario.
Como andan las cosas la diplomacia mexicana debe mostrar un liderazgo más destacado y ser más activa. En lo que respeta a las relaciones EEUU-Cuba debe mantener con ambos países una equidistancia que les permita ver que se traen cada uno de estos vecinos tan próximos. Ya las relaciones entre México y Cuba se han hecho toxicas y esto tal vez empezó con la visita de Ernesto Zedillo a Cuba, cuando almorzando allí, le espetó al sátrapa cubano sobre cierta apertura política aquello de: "plazos comandante, para cuándo”. Después vino lo del “come y te vas” recomendación del Vicente Fox al dictador cubano que lo ninguneo al máximo para que más tarde el tirano le sacara el trapo tan pronto pudo. Cuando Felipe Calderón visita a Cuba, dice que para relanzar las relaciones; los mandamases cubanos lo llevaron de la mano y corriendo. Recién estrenado como presidente, Peña Nieto va a La Habana solo para tirarse dos fotos con el viejo dictador[4], de nada le sirvió. Cuando el mandatario mexicano organiza en Veracruz la Cumbre Iberoamericana, el dictador sustituto organiza allá en La Habana una Cumbre del ALBA, y le echa a perder la fiesta diplomática a Peña Nieto. Los políticos mexicanos que muestran cierta clase y distinción en su trato deben saber que cuando tratan con los que controlan el poder en Cuba, están tratando con forajidos; lideres no elegidos que solo usan el engaño en su trato con sus iguales o con dignatarios extranjeros, poco les importa las consecuencias.
Una opinión autorizada es la del ex canciller mexicano, Jorge G Castañeda, conocedor de los cubanos (los que mandan) y sus trampas, este afirma en una reciente entrevista lo siguiente:
Calderón trató de ser amigo de los cubanos, pero ellos lo trataron con la punta del pie. Lo extraño es que el PRI también está siendo muy maltratado. Peña hizo la Cumbre Iberoamericana en un momento muy difícil. Y Raúl no solo no viene, sino que organiza que sus neocolonias tampoco vengan. No viene Maduro, no viene Ortega, no viene Evo y el salvadoreño se regresa a los dos minutos. Y resulta que no solo no los toman en cuenta en la negociación entre EE UU y Cuba, sino que lo hicieron a través de Canadá, con un Gobierno hostil a La Habana. Lo que trato de explicar en el libro es que uno no se pelea con los cubanos, ellos deciden cuándo se pelean contigo. Y si ellos decidieron pelearse, te jodiste.[5]
México debe seguir adelante con una diplomacia bien definida, tratando de mostrase como es, un país emergente que asume sus retos y responsabilidades. Debe aceptar que sus principales desafíos son la inseguridad ciudadana y la impunidad, esta última relacionada con una corrupción que cuestiona la sociedad en su conjunto. Si México es dejado a un lado en el diferendo EEUU-Cuba bien hace en mantenerse a cierta distancia prudencial de estos protagonistas y asumir que no siempre la diplomacia funciona con vecinos como los gobernantes cubanos o los Estados Unidos cuyas diferencias y complejidad hacen de difícil acierto las relaciones.
Asegura Castañeda que México es un país muy insular con una clase política tremendamente provinciana. Le toca a México y los mexicanos resolver sus problemas, hay virtud en ellos y nobleza en un país que solo tiene que solucionar los graves problemas de la inseguridad y la impunidad… ¡casi nada!
08.01.2015©
[1] Obama quiere que Peña Nieto se una a él para presionar a Cuba.
[2] El entendimiento EEUU-Cuba, según para cada quien: ¿y México? Por Alejandro G Acosta.
[3] CUBA, LA CIA Y MÉXICO. Por Eloy A González.
[4] Enrique Peña Nieto visita La Habana..., el valor de dos fotos. Por Eloy A González.
[5] “Uno no se pelea con los cubanos; ellos deciden cuándo”. LUIS PABLO BEAUREGARD.
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