Cómo fui “entrevistado” por la Seguridad del Estado Por Alejandro Hernandez Cepero Cubanet 13 de enero de 2014
Según el oficial Joel, su “entrevista” tenía tres objetivos: conocerme personalmente, conversar acerca de cómo pienso y aconsejarme que regresara al buen camino pues, en su opinión, estoy algo extraviado
LA HABANA, Cuba. – El pasado día 8 de enero de 2015, fui citado y “entrevistado” por quien dice ser el Teniente Coronel Joel, jefe de la Contrainteligencia.
Al presentarme en la 4ta Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria, del municipio capitalino del Cerro, me retiraron el carné de identidad. Más tarde, un oficial que dijo llamarse Amaury, me registró, asegurándose, antes de interrogarme, que no llevara ningún medio digital con el que pudiese grabar el interrogatorio.
Según el oficial Joel, su “entrevista” tenía tres objetivos: conocerme personalmente, conversar acerca de cómo pienso y aconsejarme que regresara al buen camino pues, en su opinión, estoy algo extraviado.
El interrogatorio versó sobre temas de mi vida privada sin que mediara ninguna causa de delito.
El por qué visito la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en la Habana y, especialmente, el por qué curso Periodismo, mis planes al terminarlo y mi presunta participación en actividades que ellos llaman “contrarrevolucionarias”, fueron algunas de sus interrogantes.
Hizo hincapié en que esta era la tercera vez que se me “entrevistaba”, entiéndase: “a la tercera va la vencida”. Según este oficial, creyendo que voy por el camino más corto, se me puede convertir en el más largo, una sutil amenaza, tras dejar bien claro que me buscara otras personas para atender porque, no iban a permitir que continuara atendiendo a los presos políticos.
Según él, “estoy ilegal” al no vincularme laboralmente al sector estatal. Esta declaración, es una amenaza para ser procesado bajo la Ley de estado peligroso y pre delictivo, que sanciona con 4 años de privación de libertad, sólo, porque ellos lo deciden así. Esta es la misma ley que han aplicado a todos los opositores detenidos injustamente.
Aseguró Joel que, del poco tiempo que tiene, se va a esforzar para dedicarme algo, ya que necesito ser corregido debido a mi forma de pensar y actuar, una clara advertencia de que el acoso continuará.
“Los EEUU no son nadie para inmiscuirse en los asuntos internos de Cuba”, espetó.
Aseguró que, “no quería leer ni enterarse de ningún escrito publicado acerca de la entrevista”, “sólo ha sido un tiempo de charla amigable”. Que no hablara de represión ni nada de eso porque, “no estoy en una celda, auto-adoctrinándome con la Biblia”.
Además de las amenazas recibidas, fui chantajeado, al decirme que, si mi esposa ha podido estudiar todo lo que ha estudiado y todo lo que hemos alcanzado, se lo debemos a la “Revolución”, por ello debemos estar “agradecidos” hasta la muerte. En su opinión, ella y su papá están ilegales en mi casa.
Temo por mi seguridad y la de mi familia. De regreso a casa, en las escaleras del edificio, coincidí con el presidente de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), junto a ellos un individuo con aspecto de agente de la Seguridad del Estado, que pregunto: ¿Él es ese sujeto? ¡Sí!
No solo yo, en estos momentos, el único obstáculo que tiene el régimen en sus “relaciones” con los –ahora- amigos del Norte, somos los opositores pacíficos, lo que presupone, quizás, otra primavera negra.
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