DE POR QUÉ NO CAMBIAMOS DE OPINIÓN SOBRE LA NUEVA POLÍTICA DE OBAMA HACIA EL RÉGIMEN CASTRISTA Por José Daniel Ferrer Garcia - Santiago de cuba 10 de febrero de 2015
José Daniel Ferrer, Secretario Ejecutivo de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) analiza en este comunicado la posición de la UNPACU al respecto de la política actual de Obama hacia el régimen castrista y defiende los motivos que llevan a las bases de la UNPACU a mantener su postura sobre ésta.
Ayer en la tarde me fui a un punto de conexión a internet en Santiago de Cuba con la intención de buscar las últimas noticias sobre la oposición cubana, sobre Cuba y sobre el mundo. Los cubanos no podemos conectarnos a internet desde nuestros hogares, solo podemos hacerlo desde los puntos de ETECSA y desde ciertos hoteles donde una hora en la red de redes cuesta 4.50.00 cuc. El equivalente a diez días de labor de la mayoría de los trabajadores de nuestra nación.
Buscando aquí, buscando allá, entre otros sitios, encontré un Blog donde alguien se preguntaba si después de la golpiza y detenciones sufridas por una treintena de miembros de la Unión Patriótica de Cuba, UNPACU, el pasado jueves en Palma Soriano, cuando reclamaban públicamente libertad y democracia y expresaban su apoyo a la nueva política hacia el régimen de los Castro del presidente estadounidense Barak Obama, no íbamos a cambiar de opinión sobre este último tema.
Los de UNPACU, cuando analizamos a profundidad un asunto, cuando escuchamos la opinión sincera de la mayoría del pueblo, cuando valoramos la conveniencia y la ética de un planteamiento o una acción y decidimos cual es nuestra posición al respecto, no nos hacen cambiar ni mil brutales golpizas, ni un millón de años de prisión, ni un billón de torturas. Tampoco cambiamos de postura para quedar bien con otros que también se oponen al castrismo y tienen poder político y económico, pero sus agendas no siempre van en consonancia con lo que conviene y necesitan millones de cubanos que viven en la total miseria, sin derechos, sin libertad.
Los hechos demuestran con claridad cuál es la posición de UNPACU y la base moral de nuestros planteamientos: somos la organización prodemocrática dentro de Cuba con más activistas y activismo; en los últimos tres años y medio la UNPACU ha tenido más presos políticos, más activistas golpeados, multados, detenidos, torturados y acosados que todas las demás organizaciones de la oposición juntas.
Sobre el tema de la nueva política de Obama hacia el régimen castrista, y digo: “hacia el régimen castrista”, porque hacia el pueblo y la oposición cubana la política del gobierno norteamericano sigue siendo la misma: de solidaridad y apoyo a los defensores de los derechos humanos, en la UNPACU, después de analizar con la mayor objetividad posible, después de consultar a la mayoría de nuestros activistas, colaboradores, simpatizantes y a otros muchos ciudadanos, después de conocer la opinión mayoritaria del pueblo de EEUU y de ciudadanos y gobiernos de otras naciones amigas del pueblo y de los demócratas cubanos, decidimos apoyarla.
En la UNPACU, como ya hemos expresado en otras ocasiones, estamos convencidos de que los principales protagonistas de la lucha por la democratización y la reconstrucción de nuestra patria debemos ser los cubanos de dentro y de la diáspora, y de que si no lo hemos conseguido es por errores y fallas propias. No podemos culpar a EEUU, ni a nadie, de lo que es responsabilidad nuestra. Lo que decidan otros, puede influir positiva o negativamente en nuestra lucha, pero no decidirá el resultado final. El resultado final dependerá sobre todo del amor, la responsabilidad, el valor, la inteligencia, los conocimientos y las estrategias de los que luchamos por una Cuba libre, justa y próspera.
Respetamos el derecho de los que se oponen a la normalización de relaciones entre el gobierno de EEUU y el régimen castrista a expresarlo y a luchar porque las cosas se encaminen como estimen conveniente. Esperamos se respete nuestro derecho a expresar qué es lo que creemos más favorable para desarrollar nuestra lucha y alcanzar lo que todo buen cubano desea: LIBERTAD Y BIENESTAR PARA TODOS.
Si bien es cierto que estamos convencidos de que los cubanos podemos conquistar la libertad aun cuando todo el mundo libre se muestre poco solidario, con solidaridad real podremos alcanzarla más pronto. El apoyo no se obtiene solo porque lo necesitemos, también hay que sabérselo ganar. Necesitamos apoyo no solamente de EEUU y de algunos países europeos, necesitamos que a todo el mundo libre le quede claro que somos personas responsables, civilizadas e inteligentes, y eso no se demuestra con posiciones contrarias al sentir de la mayoría de los cubanos, que debe guiarnos a la hora de actuar por nuestra patria, y del mundo, que debe servirnos también de reflexión. Todos los años hasta los mejores aliados de los EEUU, exceptuando a Israel, y pueblos muy solidarios con la causa de la libertad en Cuba votan en la ONU contra el embargo al régimen castrista.
Lo ideal sería que en el mundo no hubiese dictaduras, o por lo menos que la mayoría de los países fueran democráticos y que todos sancionaran a las pocas dictaduras del planeta para así desalentar a todo aspirante a dictador, pero en el mundo real las cosas se manifiestan de otro modo. Si bien es cierto que después del colapso del bloque soviético, el fin de las dictaduras militares en América Latina y la caída de algunos regímenes tiránicos en África y Asia, el ideal democrático parecía triunfante y muchos creyeron que el totalitarismo y el autoritarismo tenían sus días contados, la realidad es que no solo quedan viejas dictaduras muy poderosas como la de China, sino que también han nacido otros regímenes autoritarios, llegados al poder mediante procesos electorales libres y plurales, que luego van eliminando las instituciones democráticas, atacan la libertad de expresión, prensa y otros derechos elementales y hacen alianza con viejas dictaduras, el caso de Venezuela y su estrecha alianza con el régimen castrista es ejemplo de ello. Hoy vemos a naciones como Argentina muy estrechamente ligadas a regímenes como el chino.
En UNPACU buscamos el equilibrio armonioso entre lo beneficioso y lo ético, nuestra principal meta es la democratización de Cuba y queremos alcanzarla mediante el método de lucha más humano y moral, la lucha no-violenta. Para producir el cambio político que tanto necesita nuestra patria mediante la lucha no-violenta, necesitamos sumar a miles de cubanos, y para sumar a miles de cubanos debemos empezar por ganarnos la confianza y el respeto de esos miles. No se gana la confianza y el respeto de miles de compatriotas asumiendo posiciones y discursos contrarios al sentir de la mayoría. Una cubana de a pie expresó: “es muy fácil para quienes reciben dinero de EEUU decir que se mantenga el bloqueo… yo, que sobrevivo con 315 pesos [algo más de 12 dólares], lo veo de otra manera…” Más allá de lo que opinemos de tal planteamiento, o de la objetividad del mismo, lo cierto es que así opinan muchos, y no se puede obviar, ni dejan de tener razón.
Es un hecho que la influencia de Occidente fue de vital importancia para la democratización de Europa del Este, es un hecho que se influye más y mejor desde dentro, desde cerca; que desde fuera, desde lejos. Es un hecho que EEUU, la Unión Europea y otras naciones libres y desarrolladas mantienen relaciones diplomáticas y comerciales con dictaduras y regímenes violadores de los derechos humanos en los cinco continentes. Es un hecho que EEUU y la Unión Europea son solidarios con los demócratas que luchan en esas naciones bajo sistemas no democráticos y que critican y condenan las violaciones a los derechos humanos según ciertos factores y circunstancias. También es un hecho que el embargo norteamericano ha sido utilizado por el régimen castrista para justificar la miseria generalizada, de la cual son responsables por el modelo económico que nos impusieron, y que hasta la represión contra los defensores de los derechos humanos la atribuyen a “la necesidad de defenderse de las agresiones del imperialismo y sus agentes internos”. El embargo de EEUU, al ser tan sólo de EEUU, más que perjudicar a la dictadura castrista la ha favorecido. En la década de 1990 parecía que los días del castrismo estaban contados y una mínima apertura a inversiones extranjeras, el turismo de Europa y Canadá y limitados espacios para el “cuentapropismo” oxigenaron al régimen. Ya no era el capitalismo tan malo, ahora el único malo, bien malo, según la propaganda castrista, era el gobierno estadounidense con su “bloqueo genocida”.
A finales de los noventa les cayó del cielo Hugo Chávez y, con éste, el petróleo venezolano. Es cierto que, precisamente por querer imitar el modelo castrista, y por los bajos precios del petróleo actualmente, Venezuela está en profunda crisis. Es cierto que, temiendo que las cosas en la patria de Bolívar se compliquen aún más, Raúl Castro aceptó dialogar con el gobierno norteamericano y que busca nuevas fuentes de oxígeno para los cancerosos pulmones de su régimen despótico. Pero ni la caída del régimen de Maduro, si ocurriera pronto, asegura que la Vieja Guardia del régimen cubano decidirá facilitar la democratización. Como tampoco podemos estar seguros de que no encontrarán otras fuentes para mantener su aparato represivo mientras culpan al embargo de EEUU de la creciente miseria. Es cierto que los hay que argumentarán que son otros momentos y que los cubanos tienen mayor información y menos miedo, pero también es real que aún hay que informar a más y más y que hay que seguir venciendo muchos miedos; hay que seguir venciendo el miedo a la brutal represión, a la prisión, a las torturas, pero también el miedo a perder los pésimos servicios de salud y educación “gratuitas”.
Es cierto que el gobierno norteamericano, al igual que la Unión Europea, harían un gran favor al pueblo cubano manteniendo la solidaridad con los demócratas cubanos y dejando claro que todo paso que den que favorezca al régimen irá acompañado de pasos que ayuden a la sociedad civil independiente y al pueblo en general. Para quienes estamos convencidos de que la responsabilidad y el deber de liberar a Cuba recae en nosotros los cubanos y trabajamos directamente con el pueblo y nos esforzamos porque el pueblo se involucre directamente en la lucha por su libertad, la presencia constante y creciente de funcionarios, prensa y turismo del mundo libre y en particular de EEUU, es preferible al aislamiento, a la falta de estos. La represión contra la oposición es más fuerte en el interior que en lugares de la capital donde hay presencia de diplomáticos, prensa y turistas extranjeros.
Para quienes sabemos utilizar cada nuevo escenario que se abre a favor de la causa por la libertad de Cuba, la visita de la delegación estadounidense encabezada por la Secretaria para Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado de EEUU, Roberta Jacobson, fue de mucha importancia. Miles de cubanos de a pie que apenas tienen tiempo y energías para otra cosa que para luchar por su inmediata subsistencia, se han enterado, gracias a nuestros discos e impresos, de la presencia de la oposición pacífica en los principales medios de prensa del mundo. Hasta Telesur habló de la reunión de los norteamericanos con una representación de la oposición prodemocrática. Estos detalles influyen muy positivamente en la mentalidad de un pueblo oprimido y aún aterrorizado. Gracias a la importancia que damos a muchos “pequeños” detalles, la UNPACU es la organización opositora con más activistas y activismo.
Nadie más interesado que el régimen castrista, en que la oposición prodemocrática aparezca a los ojos del pueblo cubano y del mundo como contrarios al restablecimiento de relaciones entre ambos gobiernos, a un mayor intercambio entre ambos pueblos y al derecho de los estadounidenses a viajar a Cuba, derecho universalmente reconocido. Nadie más preocupado que el régimen castrista con lo que pueda suceder con el fin de la política de confrontación abierta entre ambos gobiernos y las ventajas que sepamos obtener los defensores de los derechos humanos en los nuevos escenarios que puedan ir surgiendo en la medida en que EEUU y la Unión Europea avancen en sus respectivos diálogos con la dictadura castrista y esta se vea obligada a disminuir la represión contra la disidencia y la disidencia cuente con mayores y mejores medios para contrarrestar el monopolio que sobre los medios de comunicación masiva tiene el régimen.
Cuando vamos a opinar sobre un asunto primero debemos analízalo a profundidad. Por ejemplo, soy de los que critican a la jerarquía de la Iglesia Católica por ciertas posturas que considero demasiado débiles ante excesos de la dictadura, pero si queremos ser justos, debemos reconocer también que la Iglesia viene contribuyendo a la formación de una mentalidad a favor de los derechos humanos, sin hacer ruido, como no lo hace ninguna organización opositora. También estamos viendo la contribución a la disminución del miedo, a la independencia de los artistas y al cambio de mentalidad que producen los viajes y actuaciones de humoristas, cantantes y otros artistas que van a EEUU y regresan y cuyas actuaciones circulan en el llamado “paquete” [conjunto de archivos de audio y vídeo populares actualizados mes a mes en formato digital que pasan de mano en mano por Cuba en diferentes formatos físicos, CD, DVD o pendrives] o porque la bajamos de internet y la distribuimos como hacemos en la UNPACU.
Hace unas semanas, en un artículo titulado “El pueblo cubano también quiere y necesita ganar”, publicado por Europa Press, me referí al principio “ganar/ganar" que según Stephen R. Covey es uno de los 7 hábitos de las personas altamente efectivas. Cuando mantenemos posturas contrarias a derechos y sanos intereses de aquellos de quien más necesitamos apoyo, no estamos practicando el principio ganar/ganar, queremos, o pretendemos ganar, hasta a costa de que pierdan nuestros mejores amigos. ¡Eso no es justo ni inteligente!
El gran reto que enfrentamos en la sociedad civil independiente cubana, no es la cuestión de si estamos a favor o en contra de las medidas de Barak Obama. El gran reto está en la necesidad de que unamos nuestros esfuerzos para poder articular un fuerte movimiento de masas que obligue al régimen a sentarse a la mesa de diálogo o a abandonar el poder.
En la UNPACU mantenemos la mejor voluntad para consolidar esa necesaria fuerza. Siempre estaremos abiertos al diálogo fraterno y constructivo con todos nuestros hermanos de lucha de dentro y del exilio.
UNPACU
________________________________________________
|