Damas de Blanco en el exilio piden renuncia de Berta Soler. Por Nora Gámez Torres. NH.
18-02-2015
Damas de Blanco en el exilio piden renuncia de Berta Soler Por Nora Gámez Torres El Nuevo Herald 17 de febrero de 2015
Tras aparecer en dos recientes audiencias en el Congreso de Estados Unidos reclamando libertad para los presos políticos y respeto a los derechos humanos en Cuba, la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, enfrenta a su regreso a La Habana críticas de miembros del grupo exiliadas en Estados Unidos, quienes piden su renuncia.
La polémica se desató tras la publicación de un video en YouTube en el que se observa cómo un nutrido grupo de estas activistas abuchean a Alejandrina García de la Riva y gritan “Abajo los traidores” a la salida de la sede de esa organización en el municipio de Centro Habana, el pasado 16 de diciembre.
Al entrar al local, varias mujeres rodean a De la Riva, quien se mantiene en silencio escuchando como le gritan “traidora”.
De la Riva vive en Matanzas y es fundadora de ese movimiento que agrupó originalmente a mujeres familiares de los 75 disidentes que fueron arrestados durante la primavera de 2003. Su esposo, Diosdado González Marrero, estaba entre ellos y fue condenado a 20 años en prisión.
Dieciséis fundadoras del movimiento radicadas en el exilio, firmaron una carta pidiendo la renuncia de Berta Soler y la realización de elecciones para dotar al grupo de una nueva directiva tras calificar los hechos como un “abominable acto de repudio”.
Los actos de repudio son propios de “los comunistas” y “fascistas” declaran, “y no de los luchadores por la democracia y los derechos humanos”.
Las firmantes subrayaron la “valiente trayectoria” de De La Riva “en la lucha por la liberación de todos los miembros del grupo de los 75” y pidieron la expulsión de todas las mujeres que participaron en este evento.
Aniley Puentes, una de las Damas de Blanco que firmaron la carta, dijo desde Miami que “no estaba bien” que Soler siguiera liderando el movimiento pues “había enlodado el nombre de las Damas de Blanco” con “este acto de repudio que es propio de los comunistas”.
Puentes, que salió de Cuba en 2010 hacia España junto a su esposo el ex prisionero político Fidel Suárez Cruz y se radicó en Miami un año después, señaló que desconocía cómo se eligió a Soler para encabezar el movimiento tras la muerte de Laura Pollán, en 2011.
“No sabemos cómo se eligió a Berta, no se contó con nosotras, no sabemos realmente la manera de hacerse unas elecciones dentro de Cuba. Si Berta renuncia, que no lo creo, debe ser un problema de ellas allá dentro ver cómo hacen unas elecciones”, opinó.
Contactada telefónicamente por el Nuevo Herald, Soler descartó su renuncia a la dirección de las Damas de Blanco. “Renunciar, jamás. Aquí quienes cuentan son las mujeres del movimiento Damas de Blanco, que están en Cuba y son más de 250”, afirmó, y “no han considerado unas elecciones”.
Soler dijo “respetar la libertad de expresión y opinión de esas mujeres que están en el exilio”. También reconoció que “quizá la forma no fue correcta” pero que “eso no fue un acto de repudio contra Alejandrina de la Riva” sino un “rechazo pues no queríamos escucharla y ella había sido advertida” de que debía esperar a una reunión con la directiva nacional para expresar su descuerdo con la gestión de Soler.
La líder de las Damas de Blanco dijo que De La Riva fue a la sede de ese movimiento a “provocar una situación” y se refirió también a precedentes en los que la seguridad del Estado habría empleado a miembros de grupos opositores para agredir a sus líderes. Soler subrayó que De la Riva había expresado sus opiniones con anterioridad y que el rechazo a sus criterios provocó la airada reacción de las Damas de Blanco presentes.
“¿Qué harían con una persona que entra a un lugar y no es aceptada, no la quieren y la mandan a salir: viene la policía, la golpean, la dejan sola o le gritan?”, preguntó Soler.
Por su parte, su esposo, el ex prisionero político Ángel Moya, publicó en YouTube otro fragmento del video en que Soler y De la Riva cruzan acusaciones sobre la distribución de alimentos y ayudas. Una de las Damas de Blanco presentes niega vehementemente que Soler hubiera dejado “alimentos a la Seguridad del Estado” en la aduana, a su regreso de los Estados Unidos como sugirió De la Riva.
“Es importante ver el video completo porque el gobierno cubano mandó a poner solo un pedazo para crear confusión sobre las Damas de Blanco”, subrayó Soler.
Pero Puentes dice que los problemas en el seno del movimiento se deben no solo a la actuación de la Seguridad del Estado sino también “al mal trabajo que [Soler] ha venido haciendo por mucho tiempo”.
Puentes también se refirió a “diferencias” entre las Damas de Blanco que fundaron el movimiento en 2003 y las actuales.
“Las que existimos desde antes, jamás hubiéramos sido capaces de hacer un acto de repudio así a nuestras hermanas. Nosotras, cuando nos unimos en casa de Laura, lo hicimos unidas por un dolor, por un sufrimiento, con los mismos intereses. Teníamos todas nuestros familiares encarcelados; aquí hay mujeres que tienen familiares y otras que no, y me parece que es diferente”, opinó.
Esta no es la única crisis ocurrida al interior de las Damas de Blanco, que obtuvo en 2005 el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo, pero que el grupo no pudo recoger hasta el 2013. En agosto del año pasado, Belkis Cantillo renunció como representante de esa organización en la región oriental tras desencuentros con Soler, lo que originó la salida de una treintena de mujeres, que se agruparon en un nuevo movimiento, Ciudadanas por la Democracia.
Pero más allá de conflictos internos y divisiones, este evento apunta a un fenómeno más profundo en la vida política del país, señala Sebastián Arcos, ex prisionero político y subdirector del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida.
“Tres generaciones de cubanos han estado viviendo en un ambiente político donde el debate no ha existido y se ha incitado constantemente a la agresión verbal. Esa es la cultura política en la que los cubanos han crecido después del año 1959. No es una herencia de la república, es una herencia del castrismo”, señala.
“En términos de política, el enemigo no tiene la razón y hay que agredirlo para impedirle que explique sus puntos de vista. No se escucha lo que dice el contrario, simplemente se descalifica a la persona, al individuo y con ello al argumento, aun cuando este no se haya logrado hacer. Esa es la esencia del acto de repudio”, agregó.
Arcos urgió a los disidentes a que “aprendan a conversar entre ellos y a escucharse unos a otros” pues ellos representan “un ejemplo de la libertad individual, del coraje, de la responsabilidad cívica” para “ el resto de la población que tiene miedo y que no se atreve a ocupar el espacio que les corresponde como ciudadanos”.