ANGUSTIAS DE UNA MADRE Por Jorge Bello Domínguez Teléfono Cuba: 53353648.
Para Marelis Castillo Monell, de 28 años de edad que reside en el poblado de El Gabriel, perteneciente al municipio artemiseño de Güira de Melena, la vida se convierte en una angustia muy grande, al verse en total desprotección. Tanto las autoridades de Salud Pública, como el Gobierno Municipal, a pesar de ser un caso social de los más críticos de la zona, por tener esta joven una hija con cáncer, no le han brindado la ayuda necesaria. La pequeña Yumila Lora Castillo, de ocho años de edad, está afectada por un tumor maligno en el tallo cerebral, que limita sus funciones motoras y en general su desempeño personal. Ella tiene 3 hijas, y por la pequeña con cáncer no recibe ninguna pensión por parte del padre de la criatura. Marelis explicó que cuando la visitaron los trabajadores sociales, para mostrar un supuesto interés por su situación familiar, les contó por lo que estaba pasando y ellos le dijeron que la atenderían. Lo único que hicieron fue entregarle alguna ropa reciclada y en su mayoría rota. Persistió y volvió a verlos para canalizar una cama y un colchón que le ofrecieron por Bienestar Social, pero los responsables se le escondieron, una mujer que allí estaba fue la que le dio una explicación absurda; hoy sigue sin cama y con un colchón en pésimo estado. También -relata- que en una ocasión le prometieron que darían ayuda alimentaria para la niña y todo se quedó en una falsa promesa. Dijo –con gran tristeza- de forma textual: “Imagínate que ni la dieta de carne y leche le han otorgado, todo ha sido engaño y una mentira”. Hace varios meses solicitó un subsidio para arreglar la casita y al menos mejorar las condiciones de vida de los niños y ni eso pudo obtener, como excusa le dijeron, que no podían autorizarlo porque no era propietaria de la casa. Esta madre, producto a la enfermedad de la pequeña Yumila, no puede trabajar porque debe estar pendiente de ella las 24 horas del día. Además –aclara- que aunque en el hospital donde atiende a la niña, le han dado un buen trato y atención, no puede estar agradecida del sistema, y en especial de los funcionarios de Salud Pública municipales y provinciales.
Artemisa, 19 de febrero de 2015.
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Los asesinos ocultos Por Arnaldo Ramos Lauzurique. Teléfono: 8792426
Otra vez un tribunal cubano “hace justicia” al sancionar a cinco acusados a penas de entre 8 y 25 años de privación de libertad y otros dos a cadena perpetua, por el asesinato de cuatro personas que pretendían salir del país(1), lo que constituye un aparente asunto concluido. Pero -por desgracia- estos no son los primeros casos, ni serán los últimos, porque una apreciable parte de la población de Cuba, hace 56 años que pretende salir del país por cualquier medio, legal o ilegal, con seguridad o riesgo, dejando atrás sus pocos bienes y hasta a sus seres más queridos. El último remanente de una sociedad de inmigrantes, fue en el año 1959, cuando hubo un saldo migratorio externo favorable de 12 345 personas. A partir de ahí se invirtió la tendencia y en los años restantes ha sido siempre negativo, llegando a totalizar alrededor de 2 millones de personas. El régimen imperante culpa de esa situación a los Estado Unidos de América, por haber establecido la Ley de Ajuste Cubano y la Política de Pies Secos-Pies Mojados; también a delincuentes como los recién sancionados; como siempre se libra de toda culpa, porque nunca ha querido reconocer que esa emigración masiva ocurrida y por ocurrir es de su responsabilidad. La inmensa mayoría de los que se fueron o quieren partir son jóvenes que no ven su futuro en Cuba, porque viven miserablemente y no tienen un proyecto de vida y mientras los personeros oficiales mantienen su letanía del imperialismo y el bloqueo, la gente continúa yéndose por cualquier medio, pero algunos de ellos son víctimas de traficantes de personas o de simples criminales. La emigración actual no tiene nada que ver con la de las primeras décadas de la dictadura, una vez que ha pasado un año y se estabilizan en cualquier ciudad del norte, quieren regresar a Cuba, algunos de ellos motivados por la familia que dejan atrás; otros, así de sencillo, quieren que los que se quedaron, vecinos, amigos y hasta familiares, los vean rentar un carro y pasearse por las calles de su ciudad o pueblo natal, algunos no desean ni alojarse en las destartaladas casas donde vivían y exhiben su poder económico alquilando un apartamento. Algún día habrá que sentar en el banquillo de los acusados a los principales culpables de ese éxodo que ha cobrado miles de víctimas, como las informadas por los medios, el pasado 16 de febrero. El Tribunal seguramente consideró que cumplió con su deber, además se informó a la población como un alerta a los que quieren salir ilegal por las costas, pero la realidad es otra: ¡Los más notorios asesinos andan sueltos! (1)Periódico Granma 16 de febrero de 2015. La Habana, 19 de febrero de 2015.
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