DECAPITACIONES Y FUSILAMIENTOS. Por Manolo Pozo.
El mundo anda espantado por los centenares de decapitados y asesinatos espantosos del Estado Islámico (ISIS).
Tal parece que estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial contra esos demonios de Alá que se han empeñado en amedrentar al mundo con las cabezas de sus inocentes enemigos en la mano. Ya sabemos que no pararán, quieren doblegar a los impío, al occidente infernal de cada uno de nosotros.
Los terroristas islámicos -hoy- son la peor parte de la humanidad y quieren someternos a todos, si les pasamos cerca ya saben lo que nos puede pasar. Lo mejor que harían los ejércitos del mundo es emprenderla contra ellos con el más mortal y moderno potencial de exterminio. Creo que los monstruos islámicos han avanzado por la burocracia internacional, por esa política que les da margen a los genocidas de la historia. Hoy el Estado Islámico azota -incluso- a su mismos correligionarios, a occidente, oriente y toda Europa. Esperemos que una cruzada los hagan polvo si es que la humanidad civilizada quiere continuar con la cabeza sobre sus hombros.
Y les hago otra historia de genocidio y terror. Esta realidad les tocó a los cubanos que se enfrentaron o no aceptaron el comunismo castrista en los años 60/70.
Matar es matar y aquel ejército de facinerosos barbudos, con aspectos de indigentes, llamados revolucionarios ultimaron como ISIS, con brutalidad y alevosía a cientos y cientos de nuestra gente. Arrestos, juicios sumarios y paredón. Así actuaron los esbirros del fidelismo, los escopeteros de la Cabaña y de la selva. Arrestos, juicios sumarios y paredón, era la orden del argentino sucio y feroz.
El estado islámico del islam fue el estado castrista de los cubanos, que asesinó a miles de nuestros padres, hermanos e hijos, con tiros en el corazón y de gracia en la cabeza. Nadie escuchaba cuando el estado castrista encarcelaba, torturaba y ejecutaba a mansalva. Los terroristas musulmanes tienen quienes los combatan, una fuerza internacional preparada que les han declarado la guerra; todos los noticieros hablan de sus aberraciones sanguinarias... El mundo conoce qué hacen los encapuchados del diablo. Sin embargo lo que pasaba en Cuba nadie lo escuchaba, nadie lo atendía, aún sigue sin atenderse y a nadie en el mundo moderno le interesa escarbar, investigar y llevar a tribunales internacionales a los criminales de lesa humanidad del castro-comunismo.
Ahí están, se mueren de viejos pero los victimarios se quedan sin castigo. Se pacta con ellos después de asesinarnos, se negocia con los criminales después de tumbar naves piloteadas por inocentes, se libera al enemigo tras espiar friamente a una nación extranjera para terminar como adalid de la maldita revolución. El Estado Islámico y el régimen de Fidel y Raul Castro matan de forma diferente, pero tienen tantos puntos coincidentes que deben desaparecer para siempre.
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