"La cultura norteña llega a Cuba". Por E. A. González.
La cultura norteña llega a Cuba.
Por E. A. González.
No hay duda que las culturas cubanas y mexicana han interactuado en el tiempo; una y otra se han enriquecido. Se asume que las raíces culturales, un idioma común, historias que se aproximan y la cercanía geográfica contribuyen a esto. Existe un fenómeno de transculturación que hace que ambos pueblos, el cubano y el mexicano, se encuentren y se reconozcan.
Hoy me detengo en este tema, cuando he leído un artículo escrito por un periodista independiente en Cuba sobre la influencia, tan reciente, de la cultura norteña mexicana en algunos barrios de la capital cubana. ¿Cómo se ha originado esta influencia? Antes de adéntranos en el asunto, por demás interesante, conviene ver como es el comportamiento de algunos jóvenes en estos barrios suburbanos habaneros, según el artículo que cito.[1]
Los arañeros. Foto Cubanet
Los que viven en el Reparto Eléctrico y el Calvario entre otros, comienzan a preferir la música de los narcocorridos; se trata de jóvenes que son dueños y viven de las “arañas” unos coches tirados por caballos donde trasportan todo lo posible. Actúan con sus caballos con una mezcla de amor y odio y lo mismo hacen con sus chicas a las que llaman “potras”. Una mezcla de sentimentalismo y rudeza los caracterizan y así son en su trato con sus “potras”. Machismo, dinero a la mano y ron, que en Cuba no hay tequila, para ahogar sus penas cuando las hay. Entonces a escuchar narcocorridos, pero no solo estos…, Juan Gabriel, Marco Antonio Solís y si esto no basta a cantar canciones de José Alfredo Jiménez y Javier Solís. Siendo así, los ‘arañeros” allá en La Habana están más cerca de la cultura regia que del raro movimiento hípster que también llegó a La Habana…, tal vez se quedó en el Vedado.
Antes del año 1959, en Cuba siempre había una inclinación por escuchar música mexicana sobre todo entre el campesinado. Las decenas de radioemisoras que había en el país se encargaban de ello, se añade a esto las películas de la época de oro del cine mexicano y otras no de esa época pero que aproximaban lo cubano a la música mexicana. Cuando el gobierno Castro comunista toma el control de los medios en Cuba se acabó la música mexicana como la música norteamericana. La programación de cine mexicano también desapareció de la televisión. Música nacional, alguna música internacional bien seleccionada y cine de los países del campo socialista y europea occidental; era lo que se escuchaba o se veía.
Mientras, en México se establecía y consolidada un movimiento cultural que tiene sus muchos admiradores y detractores, que es expresión de una cultura intensa como lo es la cultura mexicana y que debe ser tenida en cuenta; me refiero a la cultura norteña.
La cultura norteña tiene múltiples expresiones: la música, el cine y la televisión y el comportamiento de la gente. La música norteña se divide en numerosos estilos de música, pero el más famoso es sin dudas la banda norteña; se trata de grupos famosos que interpretan canciones que representa el espíritu norteño. Otro tipo de corriente musical norteña es el Narcocorrido. Se basa en historias reales o inventadas de los principales protagonistas de los carteles mexicanos. El Narcocorrido es un subgénero perteneciente a la música Norteña. Se escucha principalmente en estados de México y sur de Estados Unidos. Son interpretados principalmente por músicos de Sinaloa, Nuevo León y otros estados de México. Esta es una modalidad del corrido mexicano que tiene antecedentes en la década de 1930, y fundamentalmente trata de exaltar o conmemorar figuras, personas y eventos relacionados con el narcotráfico. Las canciones de este género generalmente no buscan dar un carácter moral respecto a dicho tema, sino más bien mostrar vivencias típicas en las que se hallan envueltos dichos personajes ocultos en la sierra.[2]
También hay una clara representación de la cultura norteña en las películas mexicanas pero muy en particular la cultura ranchera o norteña llega por las telenovelas y las series de televisión de temas relativos al narcotráfico; los personajes como los capos, sus mujeres y su estilo de vida aviva el interés de los televidentes. Los personajes muestran sus maneras de vestirse, de bailar y hablar, y estas se asumen sin más.
Según el doctor en literatura Hispanoamericana José Mario Martín-Flores, “Se impone lo norteño como un signo de prestigio cultural, de modernidad, incluso de una nueva forma de mexicanidad”. Pero, en Monterrey, existe un lugar en donde se puede disfrutar plenamente la cultura norteña. Allá, la gente se viste como reales rancheros: sombreros, cinturas y botas. Se baila la banda y sobre todo ocurren rodeos sobre toros y espectáculos con caballos. En Far West se concentra toda la cultura norteña de hoy. Para una real inmersión en la cultura mexicana, se debe ir allí y aprender a vivir a la manera norteña.[3]
Las potras de los arañeros. Foto Cubanet.
¿Por qué llegan entonces estas manifestaciones culturales mexicanas hasta los jóvenes cubanos? La razón es muy sencilla. Desde hace algún tiempo los cubanos, cansados de la programación repetitiva y “machacona” de la televisión en Cuba controlada por el régimen, han comenzado a consumir un producto llamado “el paquete semanal”. El llamado “paquete semanal”, que normalmente se distribuye de casa en casa a través de un disco duro externo, contiene las últimas películas extranjeras de la semana, shows, series televisivas, documentales, juegos, información, música, y más. Por aquí llega la cultura norteña a los “arañeros” y sus “potras” en el distante barrio de El Calvario en La Habana.
No hay duda de que se produce un fenómeno de transculturación en una sub urbanización habanera, pero que bien pudiera darse también en áreas rurales de Cuba. La transculturación es un fenómeno que ocurre cuando un grupo social recibe y adopta las formas culturales que provienen de otro grupo. La comunidad, por lo tanto, termina sustituyendo en mayor o menor medida sus propias prácticas culturales. El concepto fue desarrollado en el campo de la antropología. El antropólogo cubano Fernando Ortiz Fernández (1881-1969) es señalado como el responsable de acuñar la noción en el marco de sus estudios sobre el contacto cultural entre distintos grupos. A nivel más general, puede decirse que la transculturación es la adaptación de los rasgos de una cultura ajena como propios.[4]
Hasta donde se ha venido produciendo un fenómeno de transculturación, entre Cuba y México, es algo que queda para los estudiosos. Lo cierto es que en la música, el cine y algunos rasgos distintivos de ambas culturas, se han encontrado no pocas veces. Hoy vemos que aspectos de la cultura norteña llegan a Cuba y no precisamente de la forma más enriquecedora. La imagen que lleva la cultura norteña va pergeñada con una cultura de la violencia, el dinero fácil, el placer desmedido y sobre todo una lectura entre líneas de una cultura de la muerte. Los narcocorridos son una expresión musical de todo esto y un culto desmedido a las conductas criminales, desordenadas y encaminadas al mal.
La sociedad mexicana es variada, intensa y llena de luz y color; así siempre la he definido. No hay una cultura de la violencia y de la muerte, como no hay una dedicación casi constante al mal desmedido e irracional. Dedicación al bien hay en México, los hay mayoría que aman y construyen; sería mucho mejor encontrarnos y reconocernos practicando el bien.
25/03/2015©
[1] Luis Cino. Los narco-corridos del barrio de El Calvario. En línea. Cubanet 3/24/2015. Consultado:3/25/2015.
[2] Narcocorrido. En línea. Wikipedia. Consultado: 3/25/2015.
[3] Cédric Jeantet. La cultura norteña – Sus expresiones. En línea. Norestecaliente. November 26, 2013.
[4] DEFINICIÓN DE TRANSCULTURACIÓN. En línea. Definicion.de. Consultado 3/25/2015.
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