Lo más curioso no es cómo se escribe la Historia, sino cómo se borran esas pesadillas pasadas de nuestros corazones. Por Carlos Días Olivera.
Cuando escribimos sobre Cuba nos anima entre otras cosas dos aspectos fundamentales:
Uno de ello es el deseo de todo aquello que esperamos con respecto a la Isla, y el otro la impotencia...
En cuanto al primero es el anhelo de ver a la patria libre, de ver un nuevo despertar sin la intromision del CDR de la cuadra en la vida del ciudadano... sin ver esos policias cada 100 metros en todo lo largo y ancho de la ciudad como si se tratara de una nacion en guerra o sitiada... de no ver más esa represión brutal e innecesaria contra el ciudadano de a pie contra el periodista que se niega a ocultar la realidad, contra los artistas de la plástica que no reflejan los rostros y las epopeyas de la casta politicas dominante contra esos artistas que plasman a través de sus performances la triste verdad de lo que sufre y pasa el pueblo, reflejando su otra cara de la moneda, esa que no se ve en una isla de pesadillas absurdas y sueños prohibidos... de no leer más en esas vallas de publicidad política los mensajes ridículos de una ideología que a nadie convence y que poco a poco va pasando a una historia frustrada y humillante... de poder tomar en mis manos un periódico libre de propagandas y mentiras que no reflejan el pulso diario y democrático del país, de encender la televisión y no ver más las caras de locutores, que como cotorras mal amaestradas, repiten el eslogan y los patrones ridículos de una política represiva y destructiva de un régimen que si no fuera por la tragedia que representa, dan ganas de reir y hasta porque no, de llorar... de no ver más los almacenes de ropa, comestibles, de insumos, de fármacos vacios, de quemar para siempre la maldita libreta de alimentos y de ropa... De poder sentarme con mis amigos y disfrutar de una conversación sin temor a que venga la policía política del régime porque un chivato del CDR nos denuncio... En fin, en poder estar en mi patria y poder respirar a pulmón libre de los aires de la libertad y la democracia sin pensar más en la odiadas cantaletas politicas del Castrismo con todas sus mentiras y humillaciones.
La impotencia es ese estado que sentimos cuando vemos la indiferencia de algunos miembros de la familia latinoamericana ante las injusticias que durante años se vienen repitiendo en nuestro continente y en nuestra patria... impotencia cuando veo los abusos y maltratos a las que someten a naciones como la nuestra, mientras los gobiernos cómplices se adhieren al carnaval de la infamia...
Impotencia, cuando vemos la impunidad y los atropellos que a diario tienen que soportar los pueblos que viven bajo sus botas medievales... Cuando oímos los gritos histéricos de las turbas manipuladas, atropellando a personas que sólo quieren lo que ni esas turbas poseen, ¡¡Libertad!!... Impotencia cuando veo la destrucción moral y generacional de mi pueblo... Impotencia cuando sabemos que en las prisiones y mazmorras del régimen se están muriendo cubanos y hermanos de latinoamérica en las condiciones mas denigrantes y crueles que puedan existir... Impotencia cuando vemos a la dictadura negar el diálogo y todo tipo de planteamiento racional... Impotencia porque no acabamos de entender que la libertad no se regala, ese derecho a ser libre se toma por todos los medios disponibles, incluyendo la fuerza si fuera necesario... Impotencia porque hemos soportado demasiado ese régimen criminal y corrupto, y va llegando la hora de eliminarlo para siempre de nuestros suelos, y eso lo tenemos que llevar a vías reales y concreta con una unidad compacta en todos los frentes; La lucha pacífica se deberá ampliar cada día más dentro de la ciudadania, en todos los municipios, en todas las provincias la solidaridad entre los opositores deberá ser la premisa fundamental en la lucha contra la dictadura de los hermanos y familia Castro, el boicot y la desobediencia deberá poco a poco prepararse como método de lucha necesaria para lograr la victoria final, y como último recurso, si las condiciones así lo requiera, el inicio de la lucha abierta contra la dictadura de los habitantes Castro. No será nada fácil, pero como dijera Martí: "La libertad cuesta muy cara y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o comprarla por su precio"
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