"¡¡¡ In Mamoriam para un amigo!!!" : Jesse Ríos. Pintor habanero. Por Carlos Díaz Olivera.
Jesse perteneció a ese grupo de personas que cuando se marchan de este mundo dejan en todos los que lo conocieron, esa huella imborrable que sólo las almas sensibles, bondadosas y honestas pueden dejar en nosotros.
Los que lo conocimos, nos recuerda al artista, a ese artista que vive sumido en un mundo de colores, frustraciones, lineas convergentes que la vida traza sin nosotras pedirlas, lágrimas y aullidos silenciosos de miedo, de necesidad de hablar y ser escuchado dentro de un medio mediocre y cobarde que no atina a ver la belleza de la vida misma, porque no ve sus colores y valores que todos tenemos allí donde nadie nos lo puede arrancar.
Jesse nació en Tampa, cuna de la solidaridad libertaria, allí el apóstol pronunció palabras de redención y justicia, allí vino al mundo uno de los grandes entre los grandes de la pintura cubana del siglo XX, su madre mejicana, su padre cubano soldado de la libertad, peleó en los campos de Europa a la que ayudó a liberarse del yugo fascista y nazista como soldado del ejército norteamericano.
Durante el desarrollo de la destrucción cubana, la vida en Cuba se iba cerrando a todo aquello que no estuviera identificado con la política del gobierno autoritario y comunista que poco a poco tejía sus redes criminales sobre toda la poblacion de Cuba, aquellos que como Jesse veían un mundo diferente, libre sin antagonismos mediocres y popupulismos demagógicos.
Como artista necesitaba una realización ética de un estado que negaba esa ética misma y marchaba aplastantemente a denegar todo vestigio de libertad y dignidad humana que lo destruye todo sin esperanza alguna de supervivencia en un sistema totalitario.
Muchos artistas se plegaron al régimen como manera servil de sobrevivir, a esos tiempos en que la verdad debería estar oculta, aunque ella fuera palpable, Jesse no aceptaba compromiso con las realidades de un arte inducido por una imposición dictatorial que en nada reflejaba el verdadero sentir de un momento crítico y caótico, que se desarrollaba en una sociedad sitiada como la sociedad cubana, pero para ese tipo de artista no existía cabida en el panorama artístico del país, la adversidad se apoderó de él, sus obras expresaban las frustraciones de su arte que cada día se iba enterrando en un mar de incoherencias e injusticias y se hacía cada dia mas insoportable.
La ultima vez que nos vimos fue una despedida anunciada silenciosa, las palabras sobraban, no habría regreso a esta tierra de luces y colores, era como si dejaramos una parte de nosotros, abrí dos cervezas y la acompañamos con dos rones y brindamos por el futuro que nos esperaba a ambos.
Los años pasaron y un día me di a la tarea de localizar a Jesse, y lo encontré, o mejor dicho encontré la noticia de su fallecimiento en Miami donde vivía de forma sencilla y luchando contra viento y marea por mantener su arte sin entrar en ese comercialismo barato de palmas y bohios.
Tal vez muchos no lo entendieron en su arte de peces humanizados, cuerpos mutilados, pero lo cierto es que muchos le respetaban como ese pintor que era, pues para Jesse la pintura era la razón misma de su vida, pienso que en un futuro será muy dificil hablar de la pintura cubana y no nombrar a Jesse Ríos, a él le pertenece ese reconocimiento sincero como artista verdadero y como amigo.
Murio el dia 25 de julio de 2009 en el Jackson Memorial Hospital de la ciudad de Miami, tal pareció que no quería abandonar este mundo un día despues que celebraban en su amada CUBA el aniversario de la desgracia cubana, no quiso darle ese gusto al lucifer de los rostros macabros que tanto plasmó en ese lienzo desesperado y oscuro y que a lo mejor nadie entendió.
¡Descansa en paz amigo, allí junto a tus sueños de luz, de color, y de humanidad!
carlosdiazescorpion@gmail.com
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