FUERTE ES, PRESIDENTE NO SÉ. Por Manolo Pozo.
Donald Trump es una constante de cada canal, show y conferencia importante de la nación.
Menos mal que eso está sucediendo y esa variante ha cambiado la rutina del panorama politico, que se ha movido un poco al centro, realmente estaban arrinconándonos con tanto avance de la izquierda en los últimos meses. La advertencia radical del magnate movió las piezas que andaban dando vueltas por el tablero ideólogico nacional y ahora es un poco más confortable. Donald Trump logró algo con su estridente discurso..., dio 4 gritos y sacudió al país. La repetida reforma migratoria es un fuerte de los liberales, éstos se han atrincherado en el tema desde hace 7 años y aunque no han hecho absolutamente nada definitivo con los 11 millones de ilegales, el asunto siguió dándoles dividendos. En el 2012 Husein Obama volvió a ganar con el embustero cacareo de salvar a los que permanecen sin papeles dentro del país y hasta hoy "nada por aquí y nada por allá." Todo fue un truco.
Tal parece que en donde vivimos no pasa nada más que ilegales por las fronteras, con los representantes republicanos y demócratas viendo cómo dejarlos aquí, o expulsarlos. El resto de los problemas de Estados Unidos se han paralizado en el congreso; viéndolo bien, nuestros políticos han sido un fracaso en cuanto a la rectificación y elaboración de leyes migratorias adecuadas; los estadounidenses y cada persona dentro del territorio nacional -de una forma u otra- es arrastrada hacia el vórtice del fenómeno y cuesta trabajo entender que el asunto se legisle tanto, se gestione tanto e involucre tanto al pueblo, partidos y gobierno en algo que está muy lejos -aún- de solucionarse. Y lo peor: el que no pase nada sigue beneficiando al partido demócrata, quienes ya están yendo sobre esa numerosa generación de nuevos nacionalizados "listos" para los sufragios del 20016.
De ahí surge alguien que sin carrera política y esgrimiendo el mismo sable enemigo, se va al otro extremo y le da en la "vena del gusto" a muchos votantes apetentes de otro discurso. Donald Trump retomó el tema pero de diferente forma, en vez de solucionarlo buscando formas para dejar aquí a la mayoría de los indocumentados (como mintió Hussein), bajo un amparo legal, el aspirante republicano promete todo lo contrario y sin explicar cómo, ha dicho varias veces que los deportará a sus países de vuelta.Yo no sé, pero tanto en un lado como en otro veo exageraciones, no sé si es el mismo perro, pero los collares de brillantes que encandilan y deslumbran se me están pareciendo. Y como no soporto quedarme con nada adentro que después me moleste, seré precavido, pero franco en ésto.
Estamos en campaña, aún quedan candidatos por lanzarse, de un lado y de otro. Tal vez ambos partidos estén guardando elementos claves para reforzar a sus principales candidatos , armar fórmulas y/o acudir al auxilio de una pésima primaria de los partidos en general. Hasta ahora lo único relevante de algún competidor es lo que ha generado Donald Trump, pero sigue siendo el altisonante y monotemático asunto de la inmigración por la frontera y la situación de los 11 millones de ilegales su única arma . No conocemos su plataforma, su plan para la política exterior, su dudosa posición ante el aborto no me queda claro. Es cierto que va delante y de seguir así librará unas excelentes primarias, pero también es cierto que -según él mismo dijo en el 1er debate republicano-, si no avanza hasta donde quiere "podría irse al partido independiente y abandonar el republicano". Ya hice un comentario en su momento sobre aquella declaración que no nos gustó nada a los que sabemos qué le puede provocar a nuestro partido esa conducta de Trump, si la lleva a cabo.
Hoy reconozco que la posición de Donald Trump es cada día más seria, se perfila como un mayúsculo contendiente a TODO, incluso a la presidencia, así ya comenzó a verlo el pueblo votante: anglosajones, blancos hispanos, comunidades de ciuadadanos de la frontera, granjeros y los que quieren un presidente fuerte, de mano dura en el país, ven en el próspero empresario al futuro de la nación.
Si Donald Trump no muestra la agenda necesaria y sigue usando su collar deslumbrante, ese que ha llamado la atención de millones que se sienten mal por la inmigración ilegal incontrollable y por esa pérdida de la identidad nacional que él en escena inspira recuperar; si no va más allá y queda congelado como el partido predecesor, sumando simpatizantes a sus campanazos de show, no de batallas, entonces solamente le apoyaré en caso que quede discutiendo contra un liberal. Ahí no me quedaría de otra.
Vuelvo a recordarles al ex-republicano Charlie Christ, aquel gobernador camaleónico del estado de la Florida, devenido independiente, hoy enemigo del conservadurismo al que finalmente no le ha tocado nada y solo legó división en su ex partido, y favores al liberalismo. Por su parte Donald Trump amontona en tiempo récord, cámaras, conferencias, adeptos y encuestas que lo favorecen. Si todo se lo da a su partido, al actual y lo representa dignamente y gana -lo que gane-, estuvo bien. Pero la advertencia que hizo, que pude dimitir a lo Christ, me deja pensando que esa actitud nos pudiera hacer mucho daño.
- NOTA DEL AUTOR: Yo tengo un candidato real, Marco Rubio, él es mi favorito desde que se nominó. El cubanoamericano es alguien con una agenda de trabajo establecida desde hace años. Puede que salga, puede que no, pero sin dudas que lo apoyaré mientras esté en carrera por la Casablanca. Qué gane el mejor como en los deportes, aunque en política sabemos que muy pocas veces es así. Incluso, la mayoría también se equivoca.
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