Mensaje de José Daniel Ferrer, sobre el tema de marchar o no y otras reflexiones sobre
la lucha de UNPACU contra la dictadura.
Publicado por Twitter José Daniel Ferrer el 1 de noviembre de 2015

Dentro de unas horas nuevamente a marchar por la libertad. #TodosMarchamos. En solo unas horas decenas de activistas de la Unión patriótica de Cuba, UNPACU, estarán siendo detenidos arbitraria y hasta violentamente en provincias del Oriente, Centro y Occidente Cubano, junto a Damas de Blanco y miembros de otras organizaciones que luchan pacíficamente por la libertad, la democracia, la justicia y el bienestar de la nación.

Desde el mismo nacimiento de la UNPACU en agosto de 2011, decidimos que había que trabajar en tres campos que consideramos de vital importancia para que nuestra lucha llegue a feliz término:

1. Debíamos informar y educar a la población sobre y para la democracia. Esto lo hemos venido haciendo mediante talleres, charlas, materiales audiovisuales e impresos bajados de sitios en Internet y producidos por nuestra organización…

2. Debíamos ejercer públicamente nuestros derechos y libertades fundamentales. Las manifestaciones pacíficas no podían faltar, también otras acciones que aunque tuviésemos que pagar un alto costo por ellas (Prisión, golpes, torturas, etc.), no pueden faltar en ninguna lucha. Sin los valientes de la vanguardia, sin los audaces, sin los héroes, es imposible que otros venzan sus temores, y es también imposible que los menos audaces puedan siquiera decir públicamente lo que piensan. Toda lucha implica cuestiones más allá de lo que muchos pueden imaginar: sin los mártires de los primeros años de la dictadura castrista, sin el coraje de los primeros presos políticos, sin la labor de muchos desde las más variadas funciones, hoy no existiéramos, o no pudiéramos hacer lo que hacemos los demócratas cubanos. Sin la caída del bloque soviético, sin el sacrificio de muchos en Europa Oriental, sin el papel jugado por líderes mundiales como Ronald Reagan y Juan Pablo II, por solo mencionar dos casos, hoy solo unos pocos con vocación de mártires se atreverían a disentir del régimen.

3. Debíamos, dado el deber de todo ser humano para con su prójimo y dada la realidad cubana, ser solidarios con los más necesitados, debíamos servir al pueblo. Esto lo venimos haciendo, con muy limitados recursos, con mucho esfuerzo y bajo constantes ataques de la dictadura.

Por nuestros modestos esfuerzos en estas tres direcciones y en otros campos hemos podido dar ciertos pasos hasta ahora nunca alcanzados en esta necesaria lucha por la democratización de Cuba.

Otra cuestión que desde un inicio tuvimos en cuenta y que a pesar de ciertos tropiezos, y zancadillas preparadas por el enemigo, seguimos priorizando, es la buena relación, cooperación y solidaridad con nuestros hermanos de otras organizaciones. En toda relación, en todo proceso de cooperación, surgen situaciones difíciles e incomprensiones, y el enemigo nos crea otras muchas. Pero como nuestro objetivo principal es democratizar nuestra patria, llegamos a la conclusión de que aunque algunos hermanos se comporten de manera poco justa, aunque no sean recíprocos, y lo peor, no quieran comprenderlo, nos hacemos los no informados y seguimos apoyándoles y aunando esfuerzos por el bien de la nación.

Sabemos que con marchas o intentos de marchas de doscientos o trescientos activistas solamente no se democratiza a Cuba, pero sin el ejemplo de veinte, cincuenta, cien, doscientos o trescientos opositores de vanguardia tampoco se democratiza a la nación ni se avanza en ningún proyecto mal visto por el régimen.

Todos somos necesarios: el que marcha, el que recibe golpes, el que va a la prisión, el que escribe, el que piensa y aconseja, el que lleva el mensaje, el que vigila y da seguimiento al posible traidor. Todos somos necesarios y los más necesarios son los que destacan en la mayor cantidad de campos de importancia para la lucha, los que siempre animan y mantienen el ímpetu, los que no descansan, los siempre solidarios y hospitalarios, los de corazón abierto, los que valoran las cosas con justicia y no según su visión particular y/o conveniencia.

Por lo antes expuesto y por otras muchas razones de no menor peso queremos a los que marchan y marchamos con todo el valiente que marche por motivos justos, queremos al que escribe bien y aconseja mejor y no marcha. Por estas razones nos sentamos a la mesa y damos un fraterno abrazo a todos nuestros compatriotas que dan su valioso aporte por la libertad y el bienestar de la patria.

Por estos motivos nos disculpamos cuando nos equivocamos y cuando con nosotros se equivocan no nos molestamos aunque no se disculpen debidamente. Constantemente pedimos a nuestros amigos, a nuestros hermanos de lucha que nos digan que les parece que hacemos bien y que hacemos mal. A menudo recibimos muy buenos consejos y recomendaciones, pero también oímos equivocados pronunciamientos de personas que se sienten expertos en no sé cuantos temas, que quieren darnos lecciones de cómo debemos hacer las cosas. Muchas veces nos recomiendan hacer, como si no lo hiciésemos, lo que venimos haciendo hace varios años. O nos cuestionan nuestros métodos cuando el crítico en cuestión no sabe cómo llevar cuatro persona a un parque sin que les detengan antes de llegar. También hemos escuchado a algunos buenos hermanos y amigos decir que no es el momento de tal y más cual tipo de acción. Esto es como esperar ganar la serie mundial de beisbol con peloteros que solo conocen del juego en teoría.

Nunca camina uno por el bosque seguro si lleva como compañero a alguien que uno no sabe si le dejará abandonado cuando aparezca el oso. No se debe someter a nadie a peligros, a riesgos para lo cual no esté preparado, o no quiera enfrentar, pero hay que recordar siempre a todos que somos más efectivos en la medida en que estamos mejores preparados y tenemos experiencia en el enfrentamiento de peligros, de riesgos.

Aquí lo dejo, debo dormir unas horas y luego a marchar con más de 100 miembros de UNPACU y con decenas de activistas de otras organizaciones. Puede ser un día muy duro para muchos activistas víctimas de la represión. ¡Abajo la dictadura!

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