LA "MUERTE". (Y lo mejor que pudiéramos hacer antes de su llegada) Miami, Noviembre de 2015 Prof. Juan Felipe Quintero Acuña.
Agradezco profundamente a mi Vilma V. Fernández Batista las oportunas observaciones y recomendaciones que me hizo a lo largo de este espinoso artículo.
Introducción necesaria.
Algo que es irrebatible, innegable; un axioma o verdad tan indiscutible que no necesita que la demuestren, un hecho más que cierto es aquel que expresa que para la inmensísima mayoría de las personas, la llamada "muerte" representa el terror mayor.
Sinceramente creo con firmeza que es más el espanto que se siente ante la mismísima palabra, Muerte, que lo que ella en sí pueda significar. Y es que nuestro actual conocimiento acerca de la llamada "muerte" y las circunstancias que le rodean, es asaz pequeño, incluso para los científicos modernos. En el Occidente del planeta se han tejido por cientos y cientos de años tal cantidad de falacias con relación al "fallecimiento", sea por parte de muchas religiones, de ocultistas y esotéricos mal informados, de personas en general, e incluso de científicos y algún personal de la medicina, que ya es difícil intentar erradicar la mayoría de ellas y sustituirlas por un conocimiento claro, eficaz y profundo de lo que representa el llamado "tránsito necesario"
Resulta que no comprendemos bien -o mejor dicho- casi siempre lo que ocurre es que NO QUEREMOS ENTENDER BIEN- que la llamada "muerte" resulta ser LA UNICA CERTEZA; LA INSUPERABLE CERTIDUMBRE MAYOR QUE EXISTE y que tenemos TODOS los seres humanos, de un evento que ha de ocurrir y que es la antesala más segura de algo que TIENE que sobrevenirnos a nosotros y a todos nuestros deudos, lo queramos o no, lo aceptemos o no, nos guste o no, nos conmueva hasta el fondo o no, que tanto le importa a ella (a la "muerte", claro está) Véase que comenzamos a "morir" desde el mismo día en que nacimos. Ahí fue donde empezó la "cuenta regresiva", ni más ni menos. ¿Entonces...?.
Sencillamente no cabe posibilidad alguna de que tal situación NO NOS OCURRA hoy o mañana o dentro de "X" tiempo. Esto es algo en realidad muy sencillo de expresar y aunque sé muy bien que para muchos resulta dificilísimo de ingerir y digerir, es un fundamento muy necesario a mencionar reiterativamente aquí mismo, de acuerdo a las importantísimas cuestiones que hemos de tratar en lo adelante con relación a la "extinción". Con su anuencia amables lectores, les propongo que recorran conmigo un tema que les será tremendamente interesante y no solo porque se trate de CADA UNO DE UDS. MISMOS, sino porque en el contenido que revisaremos a continuación voy a plantear cosas importantísimas y prácticas sobre la llamada "muerte" que, hasta ahora y después de revisar una amplia literatura al respecto no he visto que nadie refiera de esta forma.
Uds. amigos míos, pudieran no saber si en un futuro dado encontrarán pareja o no. Podrían con bastante seguridad no tener constancia alguna de que se desposarán, de si tendrán o no hijos, si cambiarán de casa, de auto, de trabajo, de nivel de vida y así, de esta simple forma Uds. pueden dudar acerca de que se produzcan o que no se realicen miles de situaciones en sus propias vidas diarias futuras. Solo que difícilmente logren determinar cuándo ocurrirá cada cosa.
Expresa la Física Cuántica terminantemente que el llamado "futuro" está formado por una gran cantidad de probabilidades que pudieran darse unas u otras. Permítanme introducir aquí muy brevemente algunos elementos de conocimiento sobre el que esto escribe. Y es que rebaso ampliamente la edad de los sesenta, que soy Especialista en Electrónica y en Metrología (la ciencia de las mediciones) Eléctrica y Radiotécnica, cosa que comencé hace 52 años, a la vez que desde hace más de 25 me he dedicado a estudiar profundamente los fenómenos inexplicados de todo tipo en el planeta, así como las antiguas civilizaciones, siempre utilizando las leyes del Campo Electromagnético y Electrostático, la Física Cuántica Descriptiva, La Astrofísica, La Teoría de la Complejidad y otras ciencias afines al muy amplio campo de la Física, unido a sus últimos descubrimientos. Nunca he olvidado tratar de conocer muchas cuestiones del también campo referido a la salud humana. A todo ello se suma que he realizado un acucioso estudio e investigación (y vivencias) de la Antigua Sabiduría que nos ha sido confiada a través de milenios. En fin, lo muy moderno y aquello muy anterior.
Son muchas las cosas que pudieran ocurrir en nuestras vidas y también las que no lo han de hacer. No olvidemos el llamado "Tiempo de los Intentos" que no es el de realizar sino el de preparar. Tengamos en cuenta a la vez, aquellas variadas situaciones debidas a las diferentes dimensiones o planos de espacio-tiempo de las que se compone este mundo y todo el Universo, lo cual es un tema de gran peso para nuestras vidas. Ah, pero por su extensión no hemos de tratarlo aquí.
Que nadie se preocupe, que este no es un tratado sobre Física u otras cuestiones abstrusas y difíciles de digerir de antes y de ahora mismo...
Se trata simplemente de un llamado urgente a todo el mundo, a todas las personas de este planeta, a fin de que se preparen adecuadamente para enfrentar por sí mismas la única expectativa ciertísima de las vidas de cada uno: -EL PROPIO E INELUCTABLE "DECESO". Y lo que quiero expresar es que Uds. y yo y el otro, y los que se encuentran mirando desde cualquier lado; LA TOTALIDAD DE LOS SERES QUE PUEBLAN EL PLANETA, hemos de hacer nuestra "transición". O sea, que cuando "nos toque", iremos a la "tumba fría" a la "sepultura" y pasaremos íntegramente a lo que se ha dado en llamar como "el más allá".
¿Saben, amigo y amiga míos? No pienso en lo absoluto acercarme a Uds. en son de escribir un tratado más, de entre los miles y miles que existen acerca de la llamada "muerte".
Veamos lo siguiente para comenzar a sentar las bases de este articulo:
Se debe tener muy en cuenta que nuestro paso por el planeta Tierra significa el tránsito consuetudinario, vale decir, de una y otra vez, por una gran escuela en la que cada ser humano viene a aprender una lección, y a enseñar otra y ello se realiza continuadamente a través del tiempo y de los tiempos. Viniendo y yendo, yendo y viniendo. De ahí pudiera derivarse aquella frase muy antigua: "Nadie es tu Amigo, nadie es tu Enemigo, todo el mundo es tu Instructor".
Pido al lector que me excuse pero no es mi propósito usar ni un instante de tiempo en intentar convencer a aquellas personas, las que "aún" no poseen ni el mínimo conocimiento sobre estas entradas y salidas a la Tierra que TODOS realizamos.
Recordemos firmemente que "Como es arriba así es abajo" Alguien que sabia muchísimo sobre estos temas, afirmó hace varias decenas de años que "morir" era como quitarse la camisa, como cambiarse de una muda de ropa dada que ahora mismo y durante algunos años hemos usado y ponerse un traje diferente con el que partiríamos para "el otro lado". Y es que este otro traje de materia más sutil con el que nos revestiríamos, sería usado hasta tanto llegue el momento en que decidiéramos por cada uno de nosotros mismos, volver a este planeta, con el fin de completar otro grupo de cosas que aún no habíamos realizado, puesto que una estancia en la Tierra es demasiado corta en años, para aprender y experimentar todo lo que debemos saber como seres humanos.
Claro que en cada nuevo regreso, nos volvemos a revestir con otro traje nuevo de carne, adoptamos una personalidad dada y pasamos por un nuevo "nacimiento", siempre con el objetivo de seguir evolucionando y aprendiendo, después de cada nacimiento sigue otra "muerte". De esta manera entramos y salimos de este plano físico hasta algunos cientos de veces, en una VIDA que verdaderamente es sumamente, tremendamente más que larga, con sus capítulos de existencias tras existencias. Pero a la vez, sumamente largo sería abundar sobre el tema, de modo que lo dejamos ahí mismo.
Entonces, algo muy curioso es que NOCHE A NOCHE todos nosotros pasamos por una "muerte" mientras dormimos y regresamos a una "nueva vida" en la continuación del amanecer. Resulta ser un ejemplo muy fácil de comprobar diariamente. No es mi propósito en absoluto intentar cambiarle a nadie sus formas de pensar y actuar en general sobre las cosas de la actual existencia. No obstante con el permiso del lector avezado, hay algo que me resulta bastante curioso y me es muy llamativo en relación con el tema de la muerte y cómo es tomado por algunas personas. Reparemos en ello.
Existen seres humanos que "acarician" fluidamente y con alta fruición la idea de haber "separado" un "lugar" en el cual han de reposar en el futuro los restos mortales de ellos mismos y de sus deudos. Este "lugar", nicho, bóveda, ataúd o como se le denomine es hasta muy bien pagado en largas y costosas mensualidades. También es visitado de vez en cuando por las personas interesadas y podría decirse que se le rinde una especie de "culto", pasando a ser un verdadero respiro para la o las personas el saber que tendrán un sitio "seguro", donde sus restos deben hallar "la añorada paz o el descanso eterno".
Bien, repito que no tengo en absoluto el deseo de intentar gobernar ni regir las costumbres cimentadas por muchos siglos de algunas personas, las cuales han sido y se consideran "correctas" y mi único propósito al citarlas aquí, es llamar la atención sobre el contraste de esta costumbre y lo relacionado con todo lo que se ha de exponer más adelante. Y cada cual es completamente libre de emplear su dinero en lo que considere oportuno, no obstante apunto que al parecer tal usanza está desapareciendo aceleradamente dentro de las nuevas generaciones que están poblando el planeta en la actualidad.
Miren, amigos lectores, entrando en la materia que nos interesa quiero decir que lo usual hasta este momento en el mundo occidental, es que muchas personas que han cursado estudios y practicado bastante con el tema de la llamada "muerte", expliquen y se ocupen fundamentalmente de aquello que se debe hacer en el mismo instante en que está sucediendo la "transición" de una vida; esta misma, la física, hacia otra más sutil, solo que referido a hacerlo dirigido hacia otra persona.
Es decir, todos se van a describir el comportamiento a seguir con el otro individuo que está in articulo mortis (al borde del deceso físico) y entonces se relatan y describen en una amplísima literatura al efecto, muchas cuestiones referidas a la asistencia que es preciso dar a esta persona. Sobre todo se recalca cómo consolarle incluso desde un poco hasta mucho antes de que se produzca el "postrer suspiro". A ello mismo se refiere también la llamada Extremaunción que aplica en su caso un sacerdote.
Véase que las condiciones de alguien que agoniza en sus últimos instantes pueden ser tan disímiles como se logre imaginar y que es imposible determinar de antemano un sinnúmero de circunstancias que pudieran suceder. Tengamos en cuenta que no es lo mismo, por citar apenas unos pocos ejemplos, "morir" en un hospital, que en medio de la calle, que en un suicidio del modo que sea, que en un combate en una guerra, que en la propia casa, que con asistencia del tipo que sea, que sin ninguna asistencia a la vez del tipo que sea. En fin, las variantes situacionales pudieran ser tantas como se quieran.
Ahora pasemos ya en el estadio donde iniciaremos nuestro entrenamiento para enfrentar a la muerte por nosotros mismos, lo cual resulta ser el leitmotiv del presente artículo.
Las preguntas que me he hecho y que son las que suscitan este escrito, podrían formularse aproximadamente del siguiente modo:
- - ¿Cuando empieza a morir REALMENTE una persona? ¿Acaso unos meses antes, o a semanas, o días u horas, o a minutos del "fallecimiento total"?
- - ¿Es única y univoca la razón para que muchas personas que poseen un gran conocimiento de lo que se ha dado en llamar "el bien morir", ayuden y dediquen variados libros, cursos, talleres y conferencias para explicar cómo ayudar a las otras personas, en el momento de la "transición"?
- - ¿Y si cambiásemos todos los conceptos dedicados actualmente a entrenar y entrenarnos para auxiliar a los posibles "moribundos" por otro programa más real, concreto, y que represente un auxilio y preparación muchísimo más eficientes para afrontar el instante de la "transición", preparándonos bien cada uno de nosotros mismos?
- ¿Se comprende?
Antes de seguir adelante con este importantísimo tema para todos los seres humanos, debo aclarar algunas cuestiones acerca de la primera de las tres preguntas formuladas recientemente.
Una persona puede empezar a morir mucho tiempo antes que se produzca su fallecimiento definitivo. Comenzar a morir es sinónimo de ir perdiendo paulatinamente el ALMA, es decir, la energía vital que a todos nos mueve. Este proceso puede durar cualquier intervalo de tiempo. Hay hasta aquellos o aquellas de quienes se dice que están "muertos en vida".
Por ejemplo, una persona que se acaba de retirar del trabajo y siente que ya aquello que llenaba su vida diaria no existe, que las horas dedicadas a realizar una función laboral ahora le han cambiado en la nueva existencia. De no encontrar algo que le llene con cierta plenitud ese vacío, podría, digamos, comenzar a morir muy lentamente.
Idéntica situación pudiera existir con cualquier persona de cualquier edad, sexo, raza, nacionalidad, etc., si por ejemplo, cae preso, o pierde el trabajo o la escuela, o a una muy fuerte relación sentimental de pareja, o una amistad o familia muy querida, o recibe un susto mayúsculo, o tiene una pena enorme, entre mil situaciones más. La pérdida de las esperanzas, sobre todo de aquellas que han sido elevadas por sí mismas a un grado superior, podría afectar seriamente a la persona y ponerla casi en los últimos escalones existenciales. Otros elementos apuntan a que aquellas personas que siempre están llenas de temores o miedos, tienen unas posibilidades muy mayores de "irse" tempranamente. Observemos la situación en lo adelante, mediante el empleo de dos términos fundamentales:
Para seguir leyendo este interesante escrito de nuestro amigo Juan Felipe Quintero Acuña, (en PDF) Click Aquí.
quinteroju2005@yahoo.com
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