Falleció Emilio Adolfo Rivero Caro. Como dijo alguien: ha caído otro roble. Por Israel Abreu.
Efectivamente, otro roble que cae, y del tronco bien robusto.
Su partida deja un gran vacío entre los luchadores por la libertad y la democracia de Cuba. Pero, debido a que otros se han referido a su gran patriotismo, a su preparación intelectual y su ejemplo a seguir en prisión, yo me referiré solamente a su gran valor personal y patriótico.
Emilio Adolfo Rivero Caro fue de los muy pocos que plantaron al trabajo forzado en Isla de Pinos. Es más, fue el segundo, conjuntamente con Alfredo Izaguirre Rivas que no trabajaron ni un solo día. Cuando nos mandaron a hacer fila en la planta baja de la Circular Uno para sacarnos a trabajar pudimos ver a dos figuras queridas que se apartaban del resto de los presos para decirle al Jefe de Orden Interior: Nosotros no trabajamos por la fuerza.
Lo que les hicieron por dicha negativa fue espantoso, pero sería demasiado largo para poder contarlo en tan poco espacio. Solo diré que los sacaron de la circular, los metieron en una zanja del alcantarillado llamada "la Mojonera" y después de muchos golpes, planazos y bayonetazos, sin doblegar su espíritu combativo, fueron aislados en calabozos de castigo por espacio de dos años hasta que se los llevaron, conjuntamente con otros que más tarde plantaron y más de cien dirigentes y presos "conflictivos", para la prisión de La Cabaña.
En paz descansa, nuestro querido Emilio Adolfo, tu paso por la vida no fue en vano.
Mi más sentido pésame a su hija Irma, sobrinos y demás familiares.
Israel Abreu, preso número 30026. cubaexilio@gmail.com
New Jersey, 17 de enero de 2016
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