Se vende agua potable a precio de oro
Por Ernesto Pérez Chang
Cubanet
6 de junio de 2016

Una pipa en medio de la calle, en una de las zonas donde el agua alcanza el valor del oro (foto del autor)

 

“Agua cada cuatro días, durante tres meses. Pero estamos bien, en Oriente hay lugares donde está cada treinta días”

LA HABANA, Cuba.- “Agua cada cuatro días, durante tres meses. Y si no llueve en ese tiempo, será cada ocho. Pero estamos bien, en Oriente hay lugares donde está cada treinta días”, ese es el anuncio sobre el abastecimiento de agua a la población que están haciendo las autoridades del gobierno, a través de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), en los barrios periféricos de la capital cubana.

Reparto Eléctrico, La Güinera, El Calvario, entre otros asentamientos de Arroyo Naranjo y de otros municipios cercanos, como Cotorro y Boyeros, que son abastecidos por la cuenca sur, se encuentran actualmente afectados por los recortes en la distribución de agua potable debido a los niveles críticos de las reservas de occidente y por la intensa sequía que afecta a todo el país.

A pesar de las intensas lluvias de los últimos días, el Instituto de Recursos Hidráulicos ha mantenido la alerta de sequía y continúa reportando que sus embalses y fuentes subterráneas están por debajo de la media histórica y que no se espera una recuperación inmediata, por lo que la situación del abastecimiento pudiera agravarse en los meses siguientes.

Zonas de los municipios más céntricos de la capital, así como de la Habana del Este, desde hace meses se encuentran también en situación de emergencia e incluso se les ha suspendido el bombeo, de modo que la distribución de agua se realiza actualmente mediante carros pipa con frecuencias de servicio que oscilan entre uno y  siete días, e incluso hasta muchos más, debido a la falta de control del suministro y al crecimiento de lo que pudiera llamarse un verdadero “mercado negro del agua”.

El valor del contenido de un carro cisterna que, antes de la actual crisis, podía oscilar entre los 20 y 30 dólares, en estos momentos ha superado, en algunas regiones de la capital, el precio de los 100 dólares, en un país donde el promedio salarial mensual de un trabajador profesional no rebasa los 25 dólares.

Igualmente, la venta de tanques plásticos de diferentes dimensiones, extraídos de manera ilegal de almacenes estatales, se ha disparado a igual ritmo que los precios, que ya alcanzan entre los 40 y los 60 dólares por un recipiente  de segunda mano con capacidad para unos escasos 55 galones.

Mientras tanto, el abastecimiento de agua al sector hotelero, según informan funcionarios y trabajadores de las principales instalaciones de La Habana, se ha mantenido estable durante toda esta temporada alta que, debido al actual boom turístico de Cuba, habrá de extenderse hasta más allá del 15 de junio durante los meses de verano, incluso hasta diciembre, cuando se espera una intensificación de la sequía y un empeoramiento en el suministro del líquido.

A pesar de que en su página web, el Instituto de Recursos Hidráulicos insiste en subrayar que la prioridad en el abastecimiento de agua siempre habrá de tenerla la población y los servicios destinados a ella, los organismos estatales encargados de la distribución continúan contemplando al sector turismo como prioritario, a tono con el programa de desarrollo del gobierno para esa esfera económica.

Comparando los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas desde el 2006 hasta la actualidad, el desarrollo hidráulico del país para la distribución a la población ha sido prácticamente insignificante, manteniéndose entre un 92,1 y un 92,3 el por ciento de población con acceso al agua potable, en un período de casi 10 años.

Unas cifras nada confiables, no solo porque no especifican los modos de acceso y distribución sino, además, porque no discriminan entre población real y servicios públicos, a la vez que los datos de 2009, por ejemplo, hablan de un crecimiento notable que disminuye bruscamente para el 2010 y que continúa decreciendo para el año siguiente.

Una incongruencia que pudiera estar relacionada con esa habitual manipulación de los informes oficiales por parte de las instituciones y ministerios cuando son obligados a justificar gastos en el presupuesto para unas inversiones que no se realizan jamás.

Los planes de desarrollo hasta el 2030, dados a conocer durante el VII Congreso del Partido Comunista, pero reflejados desde hace años en las carteras de oportunidades publicadas por la Cámara de Comercio de Cuba y el Ministerio de Comercio Exterior, contemplan la construcción de decenas de campos de golf, parque temáticos e inmobiliarias asociadas a estos, mega inversiones señaladas como altas contaminantes y consumidoras de recursos hidráulicos por casi todas las organizaciones internacionales que velan por el cuidado del medio ambiente.

Sin embargo, los mismos planes de desarrollo hasta el 2030 no hacen referencia siquiera a la instalación de potabilizadoras, mucho menos a cómo enfrentará el gobierno socialista, en las próximas décadas, el fenómeno de la sequía y de la descontaminación de los acuíferos, un problema al que muy pocos medios de prensa han prestado atención pero que está afectando actualmente a casi el 99 por ciento de las reservas de agua en la isla y está causando daños irreversibles a la salud humana.

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