La mayor confederación sindical de EEUU critica el 'violento trato' a Iván Hernández Carrillo Diario de Cuba 8 de agosto de 2016
La Federación Estadounidense de Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), envió una carta a Raúl Castro en la que expresa "profunda preocupación" por el "violento tratamiento" que recibió el sindicalista independiente Iván Hernández Carrillo el pasado 31 de julio, al regresar a Cuba de un viaje al exterior durante el cual se reunió con organizaciones y activistas de derechos humanos de Estados Unidos y Europa.
Según denunció el Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba (GIRSCC), Hernández Carrillo fue "arrestado y golpeado salvajemente" en el aeropuerto, por negarse a someterse a lo que consideró un registro irregular por parte de agentes del régimen.
El sindicalista, exprisionero del Grupo de los 75, pasó más de 24 horas detenido e incomunicado. Finalmente fue liberado sin cargos.
AFL-CIO, la mayor confederación sindical de Estados Unidos, que agrupa a 12,5 millones de trabajadores, recordó que Hernández Carrillo pasó ocho años en prisión tras ser arrestado y condenado a 25 años de cárcel durante la Primavera Negra de 2003. El activista fue uno de los miembros del Grupo de los 75 que se negó a aceptar el exilio como condición para ser excarcelado.
Desde su salida de prisión, en 2011, Hernández Carrillo "ha sufrido frecuentes amenazas y arrestos", criticó AFL-CIO.
Si el Gobierno cubano quiere subir los estándares de derechos humanos y respetar los compromisos que ha asumido, debe permitir al sindicalista y a otros activistas "ejercitar sus derechos de libertad de expresión y asociación", dijo la confederación en su carta, firmada por su presidente, Richard L. Trumka, y de la cual fue enviada copia al embajador de La Habana en Washington, José Ramón Cabañas.
AFL-CIO aseguró que seguirá "monitoreando" la situación de Hernández Carrillo y otros activistas.
"Esperamos ver acciones concretas en materia de trabajo y derechos humanos y señales de un cambio real, consistente con la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos. El respeto a los derechos humanos debe acompañar ese proceso", concluyó la organización.
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