El rey de La Habana. Por Félix José Hernández.
París, 2 de mayo de 2016.
Querida Ofelia:
Anoche vi el DVD que compré en Málaga hace solo unos días “El rey de La Habana” (a no confundir con el mediocre filme de Alexis Valdés “Un rey en La Habana”).
Esta nueva película de Agustí Villaronga (Pan negro, El Habitante incierto, Aro Tolbukhin: en la mente del asesino), está interpretada por Maykol David Tortoló, Yordanka Ariosa (excelente actuación), Héctor Medina e Ileana Wilson, principalmente.
Villaronga logró llevar a la gran pantalla la novela homónima de Pedro Juan Gutiérrez - que ya yo había leído - con toda la crudeza del vocabulario, que el escritor cubano pone en boca de sus personajes.
El adolescente Reinaldo, vive en un cuartucho en una azotea habanera, cuando ve a su madre morir electrocutada y a su hermano suicidarse. La policía lo lleva a la cárcel y cuando logra escapar de ella, se convierte en Rey, se autoproclama El Rey de La Habana de los años noventa. Es una ciudad a la deriva donde reina la promiscuidad más primitiva: sexo, prostitución, drogas, hambre, delincuencia, etc.
Su antigua vecina Magda, es una superviviente del desastre, que vive entre las ruinas materiales y morales de La Habana, en un territorio apocalíptico, como él. Con ella vivirá una relación que comienza con sexo, pero que va ganando en ternura a lo largo del filme. Ambos forman parte del homo novus cubensis mutans, creado por el régimen de los Castro.
Tanto el libro de Pedro Juan Gutiérrez como el filme de Agustí Villaronga, son como un puñetazo en el vientre a todos los que amamos esa ciudad, donde quedaron los lugares donde vivimos bellos momentos de nuestras niñez, adolescencia y juventud.
Te la enviaré esta semana por la vía que suelo hacerlo.
Te quiere siempre,
marcelo.valdes@wanadoo.fr
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