Entrevista completa sobre el Che Guevara. Por el Profesor José Vilasuso Rivero.
Profe, que me puede decir sobre el contenido de algunos libros sobre El Che que hemos conocido y reconocidos internacionalmente.
Bueno, sus contenidos son variados, son obras que encierran méritos y ninguna es desechable. Por supuesto hablando sobre aquellas consideradas objetivas. Y por tanto reúnen un mínimo de profesionalidad.
El libro de Paco Taibo, por ejemplo.
Exacto, me alegra que la mencione. Es una obra encomiable y siempre la he recomendado, incluso buscándome problemas pues definitivamente es una apología de Guevara. Y a veces se espera de uno que rechace a todo el que difiera. Eso no construye, sino que estanca. Pero la cultura no se estanca jamás. Incluso quien lo pretende no lo logra. A éste se lo lleva la corriente. Yo no creo haber cometido ese pecado cultural jamás. Me gusta reconocer, incluso a mi contraparte. Eso ayuda a que se me tome en cuenta o por lo menos que sean algo indulgentes conmigo. Cuestión de autodefensa, en el mejor de los casos.
Qué reconoce como positivo en el libro de Taibo.
Mucho, por ejemplo sus descripciones sobre la etapa en que El Che asume el Ministerio de Industrias. Es un episodio crucial y Guevara se manifiesta como verdadero crítico del sistema. Yo recuerdo aquellos días, fueron de escándalo en La Habana, la gente hacía los comentarios y se desahogaba, pues como era Guevara quien decía las verdades, al pueblo no se le podía reprimir por repetirlas. Otro escudo de ocasión, la censura siempre encuentra sus esquivos. Siempre sucede así bajo las dictaduras, se busca y rebusca el pretexto o la sombrilla para guarecerse y desde allí soltar lo que nos asfixia. Los pueblos suelen aprovechar esas brechas de la reacción.
Y desaciertos de Taibo, por ejemplo.
En su libro no debió tocar la fase de los tribunales. Mejor hubiera sido pasar la página. Ese es su punto débil. Lamentable el caso.
Habla usted de Duque Estrada, por casualidad.
No por casualidad, sino por desgracia, nombrar a Duque Estrada es el peor desacierto de todo el libro logrado por un escritor de renombre.
Por qué razón.
Mire, lo he dicho muchas veces y no me canso. No se debe echar fango sobre nadie y menos si se pretende desviar el asunto por espinoso. Los pretextos y desviaciones a la larga fracasan. Si usted quiere salvar la honra de alguien, no debe pasar la culpa a tercero. Simplemente se puede y debe acusar cuando se está seguro de las responsabilidades; eso hago yo con Guevara, lo hago responsable de cosas horribles dado que las presencié. Y puedo objetar al más reconocido biógrafo de Guevara para un debate abierto cuándo y dónde sea posible. En la misma dirección señalo tanto el error táctico como la injusticia de achacar a Miguel Duque Estrada ejecuciones de las cuales el único responsable fue Guevara. Este es el fallo capital de la obra. Se reincide en culpar con pocas palabras a un tercero de crímenes cometidos por su apologado, eso es grave. Creo que el autor debe sustraer esas páginas del texto y salvar su obra. Es mi recomendación a la editorial Planeta. Quisiera que desarrollara ese punto. Cómo describe Taibo las cosas.
Al referirse a los procesos afirma que eran varios tribunales, tribunal uno, tribunal dos, etc, los encargados de sentenciar a muerte, que Duque Estrada estaba al cargo y mandó al paredón a unas cuantas docenas de personas. Mientras El Che tenía confianza en la justicia revolucionaria.
Todo muy simple. Esto de "la confianza del Che en la justicia revolucionaria" está extraído de la obra de Jo Lee Anderson. Nada agrega ni aporta a la dura realidad que no se puede ocultar. Incluso la afirmación es incompleta y no logra su objetivo. Tener confianza en la justicia revolucionaria no excluye a nadie de las responsabilidades adquiridas a nombre de tal justicia. Esa justicia no fue tal, ni noción de justicia tenían sus ejecutivos. Fueron linchamientos de chivos expiatorios previamente seleccionados por el propio Guevara.
Dígame algo aclaratorio sobre Duque Estrada, yo lo he oído nombrar mucho, pero nada en concreto. Cómo era.
Era hombre de confianza de Guevara, abogado. Subió a la Sierra del Escambray en septiembre del 58.y bajó con grado de capitán auditor. Luego apenas se constituyó La Comisión Depuradora en La Cabaña, organismo que regiría los tribunales, (esto aconteció durante la primera o segunda semana de enero, 1958,) Miguel Angel Duque Estrada procede como su principal responsable jurídico administrativo, aunque hay otros encargados, Miguel Angel queda al cargo de juicios importantes. No era el único responsable, pero era el mejor conocido por mí y a cuyas órdenes trabajé.
Si era responsable, le pregunto: es verdad que Duque Estada mandó gente al paredón.
No, no lo podía hacer su responsabilidad era administrativa solamente, dado que la única persona con tal atribución era Guevara. Guevara presidió siempre el tribunal de apelación. O sea tenía la última palabra en materia de ejecuciones. El tribunal de apelación funcionó durante enero, allí se condenó a quienes luego irían a juicio, a partir del día primero de febrero.
Un momento, profe, permítame una incidental, esto no está claro. Cómo es eso, acláreme una cosa. Dice usted que primero procede el tribunal de apelación, allí se condena y luego se celebran los juicios. Cierto. Eso rompe toda lógica y la más elemental noción de derecho.
No niego que se trata de un absurdo, increíble, pero así se procedió. Primero la apelación y luego los juicios.
Quiénes integraban el tribunal de apelación.
Eran varios auditores, Duque Estrada el más nombrado. Pero de hecho el presidente era El Che, el daba la última palabra.
Cómo procedían.
Discutían acaloradamente, eran reuniones interminables y se barajaban opciones. Así se pasaron las semanas de enero hasta el mes siguiente que, comenzaron las ejecuciones formalmente hasta fines de junio de 1959.
Qué papel jugó Duque Estrada en esos días.
Estoy seguro de que hizo todo lo que pudo para salvar a quién pudiera salvar. Tengo presente varios casos inolvidables por su dramatismo y en los que Duque Estrada agotó sus recursos para evitar lo peor. Casos como el teniente José Castaño o el coronel Pedro Morejón, pongo por casos. Por eso me preocupan textos inexactos a los que se les haya concedido total credibilidad durante tantos años. Estas citas inexactas han traído cola, pues cierta opinión pública las da por auténticas echando fango sobre un hombre que no era un santo, pero tampoco el principal y directo responsable de la carnicería.
Cuál ha sido el destino de Duque Estrada.
Desconozco. Según los últimos informes recibidos por mí. Acaba de morir en Cuba.
Usted reconoce méritos a otros libros escritos sobre Guevara
Claro que si, hay libros muy valiosos, Castañeda, Jo Lee Anderson, Alberto Muller Martín Guevara acaba de publicar uno, no ha llegado a mis manos, pero estoy seguro de que vale la pena, y alguno más. Yo no he leído todo lo que se ha publicado sobre el tema, es un material muy voluminoso.y seguramente se incluyen otros textos con aportaciones interesantes. Lo que no valoro es la literatura panfletaria, es un material nada recomendable para quien desee informarse debidamente. Lo mismo en una que en opuesta dirección. Tan desagradable me parece ese Che cristiano, preocupado por los pobres interpretado por Benicio del Toro que, el carnicero de La Cabaña. Ambos son producto de la fantasía o el partidarismo. Y ni fantasía ni partidarismo hacen la historia. La historia la hacen los hechos probados. Hechos que resisten el transcurso del tiempo. De ahí la poca permanencia de la literatura escrita precipitadamente. El juicio final corresponde al lector libérrimo, y al buen crítico, el crítico objetivo al cabo de los años es el que se lleva la palma.
Veo que no lo convence Benicio del Toro interpretando al Che.
Claro que no, las caricaturas no convencen a nadie.
Y Robert Redford. qué le parece en Diario de Motocicleta.
Es un buen filme, nadie discute el arte logrado. Pero usted puede lograr una magnífica, loable obra de arte cinematográfico basada en cualquier anécdota simpática que a nadie ofende. El hecho y el personaje pueden ser reales. Ahora bien, eso no quita que el protagonista en otra etapa de su vida, haya mandado a más de cien personas al paredón de fusilamiento.
Nunca se me olvidará una conversación con Isabel Allende donde ella decía que no dudaba de la existencia del general Pinochet en su hogar, y lo describía como un viejito cariñoso jugando con sus nietecitos. Este juicio de doña Isabel significa mucho al valorar a los hombres de manera completa. Cualquiera tiene luces y sombras. , .hasta el más pinto. Dígame, a qué atribuye la ausencia de la etapa La Cabaña en las biografías más connotadas de Guevara.
Es parte del mito. Un mito se crea y se escribe con un héroe; jamás con un verdugo. Tan sencillo como profundo.
Eso quiere decir que Guevara no tuviera rol de héroe.
Mire, Guevara fue un hombre polifacético, en su personalidad caben diversos enfoques, múltiples y contradictorios. Había que conocerlo. No es lo mismo presidir procesos sumarios que desembarcar en Bolivia y emprender una guerrilla. Hay que notar la diferencia profunda entre una y otra función. Presidir tribunales para aplicar penas de muerte no es tarea simpática, es propia de reaccionarios medievales, en cambio desembarcar en un país latinoamericano es lindo tema para otra bonita película de Hollywood. Tanto en la realidad de la vida; como en la presentación de dichas funciones a cargo de un aparato publicitario sensacionalista, poderoso y que sabe explotar muy bien una situación dada. Y si en tesitura tal; usted escoge una de las funciones será difícil aceptar la otra.
Y usted, por qué para escribir su libro escogió la etapa del trabajo sucio, del Che.
No lo escogí, lo viví. Por eso me siente capacitado a dar a conocer lo que presencié. Usted debe escribir sobre aquello que conoce. Lo demás es arriesgarse.
Y de Bolivia quién puede hablar.
El coronel Benigno, él Alarcón escribió una relación completa sobre aquella etapa. Vale la pena, es un testimonio real y convincente. .
Profe; Qué puede justificar el interés internacional por la figura de Guevara. A pesar de haber transcurrido tanto tiempo de su muerte, este su aniversario casi marca medio siglo.
Buena pregunta y mejor respuesta don Emiliano.
Mire, los que tenemos fe religiosa vivimos convencidos de que nada ocurre por azar, el azar es una especie de justificación cuando no se tienen respuestas. Pero hay hombres que marcan una corriente, una etapa histórica, o montan un espectáculo teatral y a la gente le agrada el espectáculo. Guevara tiene de todo eso un poco. Se fabricó con su figura un mito, los mitos gustan si se saben montar y el mito de Guevara se supo montar, además había muchos recursos de todo tipo para el montaje y dio resultado. Cuando Hollywood, el aparato propagandístico de los Castro, la llamada izquierda internacional, y empresas capitalistas muy poderosas coincidieron por motivos diversos en escoger la figura de Guevara para montar el espectáculo sabían lo que hacían, era natural que alcanzaran el éxito deseado.
Entonces, me sugiere usted que Guevara no es una figura seria; sino simple montaje.
No exactamente, ya le dije que de todo eso tiene un poco. Pero un hombre que mandó al paredón de fusilamiento a tantos cubanos no es una figura de relajo. Es una figura muy seria. Sin duda.
Amplíe su idea, por favor.
Le cuento. El Che era un hombre de varias facetas, a veces usted lo veía seriote, grave, pensativo, dejaba la impresión de un gran observador de todo lo que ocurriera a su lado. Yo personalmente lo recuerdo en esa postura en El Banco Nacional, en Palacio, o manejando un carrito viejo por la Habana acompañado apenas por un guardia. Hasta manejando un carrito viejo dejaba la sensación de un tipo interesante, agudo, observador. Un hombre así, vestido de verde olivo, parecido a Cantinflas se destacaba de inmediato. Tal vez no sería fácil describir la razón de tal interés por su persona. Pero atraía a cualquiera que chocase con él. Para más detalles, lo recuerdo solitario, fumándose su tabaco, retratado en el Stadium de la Habana, una noche cuando Fidel obligó al consejo de ministros en pleno a concurrir a un importante juego de pelota. Todos los ministros seguramente entenderían la pelota, El Che no lo creo; por eso se separó del grupo y permanecía solitario, cabizbajo, ajeno al juego. Cosa que adivino a Fidel no le pudo gustar.
Y en contraste con esa postura, qué.
En contraste con esa postura usted lo podría escuchar conversando, amenamente, con cualquiera, en La Cabaña por ejemplo, que fue dónde lo tuve más cerca. En esas ocasiones hacía alarde de gran naturalidad, del tipo familiar, intelectual, pausado en el tono ligeramente argentino. Yo no lo recuerdo hablando como Cristina Fernández por ejemplo con ese derroche porteño, aunque Cristina no es porteña. No; para mi el Che hablaba más como suramericano que como argentino. Al menos eso recuerdo de los discursos y charlas que nos daba en La Cabaña. En cambio, hay una anécdota, ocurrió también en la Cabaña en el mes de enero. Se trataba de un paisano suyo que vino a proponerle un negocio, supongo que fuera un negocio sucio, era un hombrecito de figura insignificante, El Che lo botó de su despacho a cajas destempladas, y recuerdo las palabras; pura argentinada, argentinada en aluvión, el incidente aparece en el libro La Cabaña y El Che Guevara, "Andá, la próxima vez que me vengás con negocios como ése, te prendo y te meto en el calabozo, guevón, tenías que ser argentino, che." Cuando terminó de echar al tipo del despacho venía despeinado y ojos llameantes, era un hombre terrible, amenazante. Sin embargo, apenas llega a la puerta de la casa y descubre al padre Javier Arzuaga, franciscano, que lo venía a visitar; cambió radicalmente de actitud, ahora era hospitalario, acogedor... "Ëh padre, qué hace usted ahí, esperando por mi. Ah cuánto lo siento. Disculpe por todo lo que ha escuchado, olvídelo, son cosas que pasan, tipos como éste no entienden otro lenguaje, hay que hablarles así. Pero venga, venga para acá, vamos a conversar, tome asiento, dígame qué lo trae por aquí.".. . . . . Yo presencié varias situaciones de este mismo corte; parecía un león enjaulado que, de repente se le convierte en dama de la corte en El Palais Royale de PARIS. Qué le parece...
Dígame algo más sobre el personaje.
Pues le diré. Era un hombre interesante. Una personalidad atrayente, con un liderato brutal; se le salía por las venas, daba ganas de seguirlo sin saber a dónde. Siempre miraba de frente, escuchaba a cualquiera; pero si no le interesabas seguía de largo.
Sería buen orador, entonces.
No jamás; como orador era un desastre; voz pagada, se engolaba, lenta la pronunciación de las palabras, y como conocemos tenía ese vicio de echar fango sobre la honra de las personas, Fidel es igual o peor; uno de los detalles más mezquinos de ambos era deshonrar a todo el que no cupiera en su órbita.
Cabe que un líder sea mal orador, pregunto.
Orador de barricadas sí, era fatal. En cambio, como conversador en su compañía era todo lo contrario; usted podría disfrutar un buen párrafo con un frasquito de mate y entre el humo de un H Upman.
Cabía el diálogo con Guevara, supongo.
En principio sí. Escuchaba, sabía escuchar y atentamente, sin importar que tu opinión discrepase de la suya. No era Fidel que te vuelve el rostro apenas comprende que tienes algo interesante que decir. Para Guevara si tenías algo interesante a flor de labios paraba las guatacas y te miraba fijamente a los ojos. Su mirada era absorbente, abarcadora, escudriñante, el cociente de inteligencia muy alto. Por eso podía escuchar, se sabía inteligente y convencido de su ideología; comunista de pura cepa.
Por qué dice usted que Fidel vuelve el rostro, profe.
Lo digo por ser verdad. Fidel no escucha, apenas usted expresa una idea; vuelve el rostro y desvía la conversación para llevarlo a donde le conviene.
Entonces Fidel no está seguro de sus ideas. Acláreme el punto, por favor.
Mire, Fidel está seguro de lo que busca, de sus intereses y sus miras. Es hombre de dominio, autoritario y si nota en usted cualidades, razones, argumentos; inmediatamente lo aplasta. No resiste al rival, ni al competidor. Además es sumamente vanidoso y no resiste la lucidez de nadie. De ahí que la personalidad del Che jamás cupiera en la mirilla de Fidel. .
Es decir, que para usted Guevara poseía virtudes y valores irresistibles para Fidel. Por eso lo eliminó.
Cierto. Pero volviendo a Guevara, estoy convencido que escuchaba incluso a quien discrepara de él, incluso con mayor interés que a sus seguidores. Esto se debía a la convicción profunda que lo caracteriza, el comunista total, de pies a cabeza. No obstante, esto era en principio no más. Porque al menos yo recuerdo una situación en que perdía esa objetividad.
Cuál.
Si se le tocaba la ideología de manera directa, es decir si notaba que tú eras anticomunista, perdía la noción del límite. Usted no lo creerá pero su odio brutal se desprendía en gran medida de la seguridad que luchaba contra anticomunistas. El anticomunismo era su caballo de batalla. Para Guevara los militares no eran asesinos per se; sino por anticomunistas. De ahí que lo mismo le daba mandar al paredón a culpables o inocentes, para él eran lo mismo: uniformados, y por tanto anticomunistas. Eso le bastaba.
poetamedioloco@yahoo.com
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