¿Filosofía para las multitudes?. En el Día Mundial de la Filosofía, el mensaje de paz y la contribución para la comprensión de los grandes problemas del mundo actual. Por el Dr. Alberto Roteta Dorado.
Fort Pierce. Estados Unidos. La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), estableció como Día Mundial de la Filosofía el tercer jueves de noviembre, lo que quedó oficializado en el 2005.
De acuerdo con la resolución 33C/45 de dicha Conferencia General, “el Día Mundial de la Filosofía se estableció para destacar la importancia de esta disciplina, especialmente de cara a la gente joven, y también para subrayar que la filosofía es una disciplina que estimula el pensamiento crítico e independiente y es capaz de trabajar en aras de un mejor entendimiento del mundo, promoviendo la paz y la tolerancia”.
Este jueves 17 de noviembre, de acuerdo a las disposiciones de la UNESCO, celebraremos el Día Mundial de la Filosofía. En esta ocasión se pretende destacar el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación para llegar a audiencias en todo el mundo.
La filosofía ha estado presente desde que en el hombre tuvo lugar el despertar del germen incipiente de la mente. Con este acontecimiento trascendental de la evolución hominal surgieron una serie de cuestionamientos que fueron conformando los primeros conceptos de naturaleza filosófica.
La idea de la génesis del universo, los movimientos de los astros, la posibilidad de existencia de vida más allá de lo perceptible, el misterio de la pluralidad de expresión desde una abstracción absoluta no manifestada, entre otros enigmas, han estado presente en la mente humana desde sus primeros intentos por desentrañar los misterios que le rodean.
José Martí (1853-1895), el ejemplar pensador cubano del siglo diecinueve, destacado además en el terreno político y en la literatura, afirmó: “es indudable que existe en el hombre una tendencia natural a explicarse la causa de todo: el ejercicio de esa tendencia produce el conjunto de observaciones que forman la filosofía”. De esta forma nos introduce una definición aparentemente sencilla acerca de la filosofía, en la que resulta determinante su capacidad para precisar que se trata de un ejercicio de esa capacidad humana para intentar explicar todas las posibles causas de los fenómenos que a su alrededor tienen lugar, a lo que llamó filosofía, y de manera muy concisa declaró: “filosofía es el conocimiento de las causas”.
Si la filosofía ha sido algo inseparable de la condición humana, es justo que se le dedique no solo un día, sino que se puedan concretar los esfuerzos de los grandes pensadores y hombres de ciencia del presente con la intención de rendir homenaje a la madre de las ciencias, y al sustento de las religiones.
La idea de poder llevar la filosofía a todos, y de poner las nuevas tecnologías en función de realizar una labor promocional de las enseñanzas filosóficas, sin duda, es extraordinaria; sin embargo, al analizar detenidamente lo que esto implica nos enfrentamos a varios obstáculos.
Partiendo de que la filosofía jamás ha sido para las multitudes -lo que no significa que no pueda servir de ayuda a muchos, a quienes pretende llegar la UNESCO con sus mejores intenciones-, es que hemos de enfocar esta propuesta, algo que desde el punto de vista teórico merece la felicitación, pero en el orfen práctico es una utopía.
¿Estarán las masas interesadas en analizar los amplios y profundos conceptos acerca del posible origen del universo y del hombre? ¿Qué es realmente lo que le interesa a grandes sectores poblacionales en el mundo, y más que su interés motivacional, qué es lo que de verdad necesitan? (Obra del pintor español Jesús Antonio Lozano Fuentes, cortesía para Cuba, democracia y vida.org).
Resulta absurdo ofrecer una charla sobre la expresión de la vida a través de la variabilidad de formas a quienes no pueden llegar a esas complejas y abstractas enseñanzas que constituyen, en gran medida, la razón de ser de la filosofía; pero no solo esto, sino que con frecuencia muchos de los posibles oyentes carecen de las condiciones materiales mínimas para su subsistencia, por lo que sus motivaciones y sus necesidades reales han de ser otras.
No obstante, entre las propuestas permanentes que justifican la dedicación de este día, está la idea de que la filosofía pueda ejercer su influencia promoviendo la paz mundial, algo que se debe hacer desde las elevadas concepciones de la filosofía, entre las que se encuentra la enseñanza de la existencia de algo mucho más allá de lo comprensible y concebible para el hombre; pero que subyace detrás de toda manifestación, lo que resulta ser el eje para la interiorización del sentido de unidad entre todos los hombres.
Este concepto debe conducirnos a una apreciación distinta en relación con nuestras actuales ideas sobre las diferencias que conducen a enfrentamientos entre etnias, religiones, clases sociales, sistemas políticos y todo aquello que nos divide.
En el contexto actual se mantienen grandes conflictos bélicos entre los que sobresale el caso de Siria, país que se encuentra en ruinas tras más de cinco años de combates y bombardeos, algo que no parece tener fin, y que según las predicciones de expertos, podría ser su fin, lo que debe evitarse a través de múltiples acciones, y donde el mensaje de paz y tolerancia que puede promover la filosofía es de vital importancia.
El marcado incremento mundial de actos terroristas desatados por grupos extremistas del Islam ha sido decisivo para crear un estado de amenaza a todos los países del orbe. Los grandes atentados que han tenido lugar en Europa, y el ataque desmedido a las Torres Gemelas, en Estados Unidos, constituyen verdaderos paradigmas. El efecto benéfico de un mensaje de alto contenido filosófico respecto a la tolerancia entre todos, debe llegar a los responsables de estos crímenes.
En Latinoamérica, donde no hay guerras en el sentido estricto del término; pero donde hay dictaduras, cuyos gobernantes pretenden mantenerse en el poder, aunque para ello tengan que acudir a sucias acciones que contradicen los principios elementales de la democracia, resulta de vital importancia que el mensaje de paz, de tolerancia y de mejor entendimiento respecto a los conflictos del mundo, pueda llegar, más que a las multitudes, a sus mandatarios, a los que administran el poder, a los que violentan las leyes de la libertad individual y del respeto a la vida.
El mensaje novedoso para este 17 de noviembre consiste en el uso de los medios modernos de la comunicación en función de difundir la filosofía, otra genial propuesta; aunque tan utópica como la idea de llevar la filosofía a todos. (Imagen del artista español Jesús Antonio Lozano Fuentes, cortesía especial para Cuba, democracia y vida.org).
¿Cómo hacer propuestas de contenidos filosóficos utilizando los avances tecnológicos actuales en pueblos que desconocen su existencia? Téngase en cuenta que las nuevas tecnologías de la comunicación no están al alcance de las mayorías. Algunas comunidades aún viven sin haber tenido contacto con la civilización. En ciertos países los medios de comunicación son controlados y manejados por las dictaduras totalitaristas, algo que resulta patente en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y de manera particular en Ecuador, donde existe una marcada violación a la libertad de prensa, y Cuba, país en el que han de responder a las órdenes del sistema comunista que ha prevalecido por más de medio siglo, por solo citar los casos de Latinoamérica.
Las tecnologías de la comunicación puestas sabiamente en función de cultivar la inteligencia del hombre, son determinantes en el momento actual para poder difundir el recóndito conocimiento filosófico acumulado a través del tiempo; aun cuando nos encontremos con las limitaciones antes citadas.
El sabio cubano José Martí dijo: “Edúquese lo superior del hombre, para que pueda, con ojos de más luz, entrar en el consuelo, adelantar en el misterio, explorar en la excelsitud del orbe espiritual.” No obstante, estaba convencido de que: “todo es orden en las almas ya libres, cuya acción superior, e influjo directo, sienten confusamente en esta vida las almas irredentas”, a las que hemos de estimular para que se esfuercen en su cultivo y puedan llegar algún día a abrazar el conocimiento filosófico, lo que les hará libres en espíritu.
De cualquier modo, hemos de reconocer las buenas intenciones de la UNESCO con sus propuestas; pero admitiendo su sentido poco práctico y alejado de la realidad de muchos.
Michel Onfray, uno de los filósofos más leídos actualmente en el mundo, acaba de afirmar en El Cultural que “devolver la filosofía a la calle no consiste en hacer la calle, como creen tantos filósofos jóvenes que lo que pretenden es hacer negocio con esta idea. La educación popular que yo defiendo propone lo contrario: no hay que rebajar la filosofía, ni a las personas -una terrible confusión izquierdista-, sino elevar a éstas a la altura de la filosofía. Hay que ir directamente al texto, dejarse de glosas y olvidarse de los libros que están más pendientes de los conceptos que del mundo en sí. Y hablar con simplicidad y claridad”, algo que se debe considerar para los programas de futuros días mundiales de la filosofía, los que deben ser más prácticos para poder llegar a muchos; a pesar de que la filosofía a través de la historia no ha sido para las multitudes.
albertorot65@gmail.com
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