LA GRACIA EN ACCIÓN EN ESTE "DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS".
Por Alfredo M. Cepero.
Director de /La Nueva Nación/.
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Regresando al optimismo, baso mis motivos en tres grandes virtudes de esta nación: Haber sido cuna de democracia, faro de libertad y fuente de prosperidad, para sí misma y para muchas naciones en el resto del mundo.

Después de una turbulenta y extenuante campaña política quienes tenemos el privilegio de vivir y votar en los Estados Unidos estamos disfrutando de unos días de solaz y esparcimiento con nuestros amigos y seres queridos. Atrás han quedado las recriminaciones, las denuncias y hasta las calumnias. El ganador se ha conducido con una ecuanimidad inesperada hasta para muchos de quienes votamos por él. Los perdedores, a pesar de haber lanzado una que otra "piedra" contra el ganador, han aceptado la derrota con elegancia y se han conducido con el debido respeto a quién será el líder de este país y del mundo por los próximos cuatro años.

Dicho todo esto, procedo a reflexionar sobre las innumerables bendiciones que nuestro Creador ha derramado sobre los Estados Unidos en los 396 años transcurridos desde aquel gélido 11 de diciembre de 1620 en que los peregrinos que arribaron a Plymouth Rock celebraron la primera cena de Acción de Gracias. Continuando con la historia, el "Día de Acción de Gracias" fue proclamado oficialmente por el presidente Lincoln en 1863, para ser celebrado el ultimo jueves del mes de Noviembre. En 1941 el Día de Acción de Gracias fue declarado oficialmente, por el Congreso de los Estados Unidos un día festivo, a celebrarse el cuarto jueves del mes de noviembre. Escribo estas notas dos días antes del cuarto jueves de noviembre de este 2016.

Por lo tanto, rememoro el pasado y miro hacia el futuro desde la perspectiva del presente en que vivo. Desde ella, veo a una nación que, en el curso de su crecimiento, incurrió en errores y perpetró atropellos contra muchos de quienes compartían su territorio. La guerra de exterminio contra los indios americanos y la esclavitud del hombre negro todavía laceran la conciencia colectiva de esta sociedad y dificultan el entendimiento entre muchos de sus segmentos. Pero comparto a plenitud la opinión de Alexander de Tocqueville cuando se refirió a este país diciendo: “La grandeza de América no consiste en ser mas ilustrada que otras naciones, sino en su capacidad para enmendar sus errores.” Ahí radica precisamente mi optimismo con respecto al presente y al futuro de los Estados Unidos.

Uno de los errores enmendados fue el de la esclavitud de sus ciudadanos de raza negra. Entre 1861 y 1865, la sangre de 750,000 norteamericanos, el 2.4 por ciento de su población en aquel momento, regó el surco donde fue erradicaba la injusticia y sembrada la semilla de la libertad para cuatro millones de esclavos. En el caso de los indios, la enmienda del error no fue tan costosa ni tan dramática pero el indio americano disfruta en este momento del mismo nivel de derechos que los demás ciudadanos de este país. Algo que lamentablemente no ocurre en muchas de las naciones ubicadas al sur del Continente Americano.

Regresando al optimismo, baso mis motivos en tres grandes virtudes de esta nación: Haber sido cuna de democracia, faro de libertad y fuente de prosperidad, para sí misma y para muchas naciones en el resto del mundo.

CUNA DE DEMOCRACIA

Cuando los padre fundadores redactaron la constitución de los Estados Unidos en septiembre de 1787 no sólo dieron muestras de sabiduría en el campo político sino de un profundo conocimiento de los vicios y debilidades del ser humano. Estuvieron conscientes de que la mayor amenaza a la democracia representativa es la acumulación de poderes en pocas manos. Por eso dividieron esos poderes en tres ramas con la fórmula que, transcurridos los años, ha venido a ser descrita como "Check and Balances" (Frenos y Equilibrios). Dos poderes se renuevan de manera periódica--Legislativo y Ejecutivo--mientras el Judicial es designado y confirmado por los otros dos. Fórmula que ha sido copiada después con sus variantes por otras naciones del mundo.

FARO DE LIBERTAD

Por otra parte, en el curso de su breve historia, los Estados Unidos han dado muestras de un generoso espíritu de solidaridad embarcándose en las muchas veces ingrata misión de diseminar el bien de la libertad en otras regiones y países. Dos veces sus hombres y mujeres han cruzado el Atlántico para enfrentar y derrotar a las fuerzas de la oscuridad y del odio en Europa. Más de medio millón de tumbas de jóvenes norteamericanos andan diseminadas por los campos de Europa como elocuente testimonio de la contribución de este país a las victorias de la primera y la segunda guerras mundiales. Más de cien mil jóvenes de la siguiente generación murieron luchando contra el totalitarismo comunista en las selvas de Vietnam y Corea. Tengo estadísticas de otra media docena de guerras pero estas me parecen suficientes para probar mi afirmación.

FUENTE DE PROSPERIDAD

Desde los inicios del Siglo XIX la sociedad norteamericana dio muestras de una agresividad empresarial, un espíritu innovador y una habilidad práctica para crear riqueza. Primero los desplazados de Europa y después los menesterosos del mundo se sintieron atraídos por el imán irresistible de las oportunidades que ofrecía este país. Una sociedad sin aristocracias ni clases sociales donde cada ciudadano no tenía otro límite a su crecimiento que sus propias limitaciones. Se estima que solamente entre 1880 y 1920, un tiempo de rápida industrialización y urbanización, 20 millones de inmigrantes, principalmente de Europa ,llegaron a los Estados Unidos.

A partir de mediados del Siglo XX, la mayor parte de los inmigrantes vinieron procedentes de Asia, del Medio Oriente y, principalmente, de la América Latina. De hecho, en los 20 años transcurridos entre 1980 y el año 2,000, la población hispana se duplicó en los Estados Unidos. A principios de este siglo XXI, de los 316 millones de habitantes de los Estados Unidos, 41 millones de sus habitantes habían nacido fuera de este país. Y este crecimiento diversificado de religiones, culturas y lenguas ha traído consigo fricciones que han puesto a prueba la capacidad de esta sociedad para integrar a sus filas en forma armoniosa a sus nuevos miembros.

A GRANDES MALES GRANDES REMEDIOS

En este sentido, este crecimiento demográfico, muchas veces desordenado, podría convertirse en el gran reto para la supervivencia de la grandeza norteamericana en el Siglo XXI, más aún que el reto de sus enemigos foráneos. Después de todo, las grandes culturas y civilizaciones a través de la historia han desaparecido como consecuencia de sus vicios y debilidades internas, no por el ataque de sus enemigos externos.

De ahí que el diseño de un programa de inmigración que satisfaga tanto los intereses nacionales como la compasión hacia quienes vienen a este país en busca de superación haya adquirido un alto nivel de prioridad en el diálogo político de los últimos años. El tema más polémico ha sido el de la construcción de una cerca y de otros sistemas de control y verificación de inmigrantes. Pero el hecho es que las cercas están de modas y no son los Estados Unidos quienes la han elevado a ese plano.

Según el rotativo Daily Mail, de Londres, cuando el Muro de Berlín fue echado abajo a pura mandarria hace 27 años había solamente 16 cercas que separaban a países en todo el mundo. En la actualidad, según la experta de la Universidad de Quebec, Elisabeth Vallet, hay 65 cercas construidas o en construcción alrededor del mundo. La globalización, con su objetivo de eliminación de barreras a la amistad y al comercio, ha fracasó rotundamente. Los terroristas y traficantes del vicio se han encargado de hacerla trizas.

AMERICA PREVALECERÁ

A pesar de estos retos estoy convencido de que los Estados Unidos prevalecerán como ejemplo y motor del bien en el mundo. Superaron una horrenda Guerra Civil, una depresión galáctica en 1929, la amenaza Nazi en 1945 y mandaron al barril de desperdicios de la historia a la Unión Soviética en 1989. En este "Día de Acción de Gracias" siguen siendo la gracia en acción.

 
   alfredocepero@bellsouth.net