CON PATRIA PERO SIN AMO. Por Rafael Azcuy González.
Cuba, Cuba, que vida me diste Dulce tierra de luz y hermosura ¡Cuánto sueño de gloria y ventura tengo unido a tu suelo feliz¡
Canta nostálgico Heredia en su Himno del desterrado. ¡Oh, nuestro terruño inolvidable, donde transcurrió nuestra niñez y fuimos felices.
Algunos emigrantes solo ven el lado bueno de su destierro, quizá por aquello de que no hay mal que por bien no venga y ponen delante que les posibilitó tener un nivel de vida muy diferente al que tenían en Cuba al lograr el sueño americano y acumular riquezas; pero el precio fue muy alto, perdieron su arraigo, su patria, su país, aquel lugar de ensueño donde están enterrados muchos de sus muertos, donde muchos nacieron y crecieron, estudiaron, trabajaron y amaron por primera vez, aquel sitio donde se vive en la calle o por los trillos del campo, pidiéndole al de al lado un poquito de azúcar o acudiendo a tomar una calentita tacita de café que nos brinda un vecino desde su casa.
Todo no fue color de rosa. Hubo regímenes dictatoriales, pero fueron males necesarios para aprendernos a gobernar y enrumbar el camino correcto de nuestra Patria. No tuve abuelo paterno, pues cayó bajo el plomo homicida del machadato. De niño sufrí la dictadura batistiana al ser allanada nuestra casa varias veces por el ejército y ser preso mi padre; pero como el régimen de los Castro nada puede compararse en lo que ha significado para la desgracia total de nuestra nación. No es necesario que haga yo el rosario de calamidades que han traído estos delincuentes de Birán.
Solo propongo que cualquier cubano de a pie intente hacer un conteo tentativo de las víctimas del castrismo en su propio municipio. Incluya a los fusilados de los primeros años de la revolúcion, los caídos de las dos partes en Playa Girón y en la guerra civil de los alzados contra el gobierno castrista en el Escambray que se extendió por casi todo el país y duró cerca de siete años, los muertos en las llamadas misiones internacionalistas por todo el mundo, los fallecidos en el Estrecho de la Florida y en acciones de castigo por parte del régimen al hundir y ametrallar sus embarcaciones. Los fusilados por estar conspirando contra el gobierno o por tratar de infiltrarse en el país. Los que perecieron en accidentes de todo tipo durante el llamado servicio militar obligatorio. Las miles de víctimas fatales de los accidentes de tránsito por todo el país, que constituyó una verdadera desgracia nacional donde se implicaban bicicletas, producto a la introducción masiva por el gobierno de este medio de transporte sin existir condiciones viales ni tener conocimientos de tránsito los ciclistas, así como en accidentes por parte de camiones y ferrocarriles en mal estado atestados de pasajeros y permitidos circular por el régimen.
Si a este elevado número de víctimas ,que sin dudas encontrará, se le añaden los casi 60 años de dictadura familiar, comprobará por si solo que nada la supera en América ni en muchas otras partes del mundo y recuerde que solo hablo de cifras de víctimas y años en el poder.
Pese a los malditos dictadores y a los ciclones tenemos los cubanos el inmenso privilegio de vivir en la “tierra más hermosa que ojos humanos vieron” a decir del gran Colón, criterio ratificado constantemente hasta nuestros días por los millones de turistas de todo el mundo que visitan nuestro país de un verde incomparable. Dígame alguien que no sea apasionado y que me perdonen los norteamericanos: ¿Qué playa de los cayos de la Florida se puede comparar con las de los cayos cubanos? (Santa Lucía, Cayo Coco, Sabinal, Jardines del Rey y la Reina, Levisa, San Felipe, Arenas). ¿Podrá Miami Beach y todas las otras playas de la Florida compararse con Varadero?.
Dios nos dio la suerte de nacer en ese magnífico país que nos identifica y diferencia de todo el mundo por el origen de nuestra raza, por nuestro maravilloso mestizaje, nuestra música, nuestra comida y el sabor único de nuestros alimentos (parece que debido a nuestra posición geográfica y a la humedad), por nuestro insuperable ron y el aromático y mejor tabaco del mundo. Por ser los discípulos de ese gran maestro que fue Martí que nos dejó a todos como herencia bendita su legado de amor por la libertad, por nuestra tierra y por la justicia. Guardaron distancia de asistir a sus pobres y falsos funerales sus aliados totalitarios de Rusia, China, Vietnam, Norcoreana, Siria, solo llegaron los defenestrados de Brasil y los aprendices de tiranos de Ecuador, Venezuela y el ya dictador de Nicaragua. Temen represalias de la nueva magistratura norteamericana y por un viejo quemado no vale la pena el riesgo. El ridículo e insignificante coche fúnebre con la caja andante a rastras se negó a seguir la marcha por Santiago de Cuba. El espíritu de alguno de los muchos generales mambises que dio la región parece que salió de su gloriosa tumba para tratar de impedir el tamaño ultraje de depositar a este Monstruo sangriento junto al grande Apóstol…
Teníamos un país de lujo, de cinco estrellas, al que querían emigrar miles de europeos, pero todo lo perdimos con los gánsteres de Birán. Ahora el Maligno está en la tumba fría. Nadie lo acompaña en su eterno silencio, ya el prepotente asesino es solo cenizas. Reposa irónicamente entre los próceres fundadores de nuestra nación, el que la deshonró y llenó de sangre hermana; pero también llegará el día en que los buenos cubanos reivindiquemos a los patriotas que allí descansan y saquemos sus malditos restos y los echemos al mar para que se alejen para siempre de nuestro suelo llevados por las olas, diciendo aquél dicho popular: ¡Llévatelo viento de agua!...
No puede seguir más un pueblo humillado y reprimido a la vista del Primer País del Mundo, símbolo de la libertad y la democracia. Bastantes problemas les han traído ya los Castros a los Estados Unidos: los éxodos masivos indetenibles, cuando azuzaron a la Unión Soviética a que diera el primer golpe nuclear a Norteamérica, su implicación en el asesinato de Kennedy, cuando recibían a los secuestradores de aviones alentando estos peligrosos hechos, dando refugio a malhechores y terroristas perseguidos por las autoridades, promoviendo la subversión armada por todo el mundo, apoyando el narcotráfico internacional con estrechas relaciones con Escobar, Noriega y los sátrapas venezolanos, así como su papel primordial en la creación y mantenimiento de la narco guerrilla colombiana.
Ya se terminó el símbolo y compendio de ese régimen atroz. A nuestro exilio le sobran organizaciones y fundaciones: ¡Unámonos de una vez!. Debe ser ahora la palabra de orden. No se puede dejar pasar este momento trascendental. La bestia opresora está herida de muerte y hay que rematarla, pues está cansada y vieja de llevar casi seis décadas azotando sin piedad a nuestro pueblo. Ya no tiene paradigmas, su ideología fracasó hace años, no hay futuro para nadie, solo emigrar al Norte.
¿Qué propongo?. Crear una flotilla inmensa con todas las embarcaciones de que se pueda disponer en el exilio incluidos cruceros así como invitar a los hermanos latinoamericanos y europeos para que se nos unan con sus propios barcos y asi dirigirnos a la Patria a exigir la renuncia de todos los Castros, apoyando al pueblo cubano que saldrá en pleno a la calle a exigir el fin de la dictadura, liderado por la disidencia y sus organizaciones. No podemos perder esta coyuntura irrepetible, pidamos ayuda a la Gran Nación Americana y a su nuevo mandatario: el cielo nublado por aviones de combate que en lugar de bombas arrojen proclamas y comida, la US Navy escoltando la flotilla: ¿Quién podrá contra nosotros?. No habrá que disparar un tiro, el terror paralizará a los Castros y los Estados Unidos darán al mundo un ejemplo de grandeza y solidaridad inolvidable y única en la historia humana.
No veo otra solución: es una Isla-cárcel con un pueblo en rehén, acorralado por sus represores verdugos. Si fuera un país con fronteras terrestres otro gallo cantaría ya que ello facilita la entrada y salida al territorio y resultan mucho menos riesgosas las operaciones armadas al poder replegarse, abastecerse, etc.
Nuestros hijos y nietos necesitan el arraigo de una Patria digna y libre que con orgullo puedan presumir de tenerla: Con patria pero sin amo.
raoctubre99@yahoo.es
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