Cuba 2017. ¿Hacia dónde vamos?. Por el Dr. Alberto Roteta Dorado.
La dictadura sabe del fin de su existencia y se aferra a cualquier cosa para lograr subsistir.
Fort Pierce. Estados Unidos. La permanencia en el existir es una necesidad. Cuando presentimos que llega el fin de nuestra existencia, la mayoría de los seres, no solamente los hombres, sino donde quiera que se exprese la vida, nos aferramos a algo, a modo de prolongar lo que hemos llamado vida, y que con frecuencia la limitamos a la idea de lo terrenal, ignorando o resistiéndonos a admitir la concepción de una continuidad de vida más allá de la expresión material visible y perceptible.
Este tema indudablemente resulta interesante, pero nuestros lectores esperan siempre en estos sitios, cuyos objetivos son difundir el acontecer social y político del mundo, y en primer lugar el de nuestra patria, escritos de otra naturaleza acordes a las características que a través de los años han tenido, y que han garantizado la aceptación popular, por lo que trataré de aplicar este concepto de naturaleza filosófica, y hasta ética, al terreno social y político en el contexto de la nación cubana.
Partiendo de la idea de que existir es una necesidad, la dictadura comunista cubana, que por casi sesenta años se ha mantenido en el poder, necesita seguir existiendo. Si a este concepto agregamos la idea de que nos aferramos a algo cuando presentimos el fin de nuestra existencia, entonces nos resultará fácil poder comprender las acciones que en los últimos tiempos han emprendido de una manera despiadada contra todo y todos.
El incremento marcado de la represión en los últimos meses tal vez constituye la mejor muestra de un estado de desesperación ante su inminente final. Según los informes del Foro Antitotalitario FANTU, en el año 2016 se registraron un total de 9940 detenciones arbitrarias, lo que se cuadruplicó con respecto al año 2010, cifra que sitúa a la dictadura cubana en el primer lugar en Iberoamérica. Durante el pasado mes de diciembre de 2016, la CCDHRN verificó, al menos, 458 detenciones arbitrarias de disidentes pacíficos cubanos, lo que representa un centenar de detenciones más respecto al mes anterior.
FOTO ARRIBA: De acuerdo con los datos del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) el pasado año se incrementó la represión en Cuba, llegándose a cifras récord de más de nueve mil arrestos arbitrarios en contra de opositores y activistas, en su mayoría a mujeres de la sociedad civil independiente. (Foto tomada de Internet).
Pero no sólo se aferran a través de las acciones represivas; sino que en sus intentos de supervivencia han realizado el pasado dos de enero, justamente con el inicio del nuevo año, y como una aparente muestra de poderío militar ante un mundo que conoce perfectamente el estado de degradación política y social del decadente régimen, un grandioso desfile militar en el que no solo participaron los altos mandatarios de la cúpula militar cubana, sino que obligaron a una multitud de trabajadores y estudiantes –incluidos miles de niños- a participar con ridículas caracterizaciones y mensajes de idolatría dirigidos al llamado líder histórico de la revolución cubana.
Con el disparo de veintiuna salvas de artillería y la marcha de un primer pelotón formado por 128 jinetes disfrazados de mambises, a modo de una supuesta evocación a las guerras de independencia de la isla, se iniciaba la siniestra demostración de “fuerza y poder”.
Seguidamente, una réplica del yate Granma, rodeado de 3,000 niños como representación del inicio de la lucha armada de la revolución contra el régimen de Fulgencio Batista, y a continuación una interminable marcha de combatientes, representantes de distintas tropas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), la Marina de Guerra, el Ministerio del Interior, las milicias y academias militares, hasta concluir con un último segmento integrado por miembros de las milicias universitarias, estudiantes de escuelas pedagógicas y trabajadores.
Al final desfiló el pobre “pueblo combatiente”, que a pesar de no tener alimentos, libertad de expresión, posibilidad de acceder libremente a Internet, derecho a reunirse a debatir temas políticos, entre otras tantas cosas, le sigue haciendo el juego al régimen dictatorial, temen por su posible separación de sus puestos de trabajo, y en última instancia, -una exigua minoría- porque simpatizan con el sistema.
FOTO ARRIBA: Una réplica del yate Granma y la participación forzada de unos 3,000 niños en el simulacro militar cubano. La dictadura se aferra a sostenerse; aunque tenga que acudir a las más disparatadas arbitrariedades. (Foto tomada de Cubadebate).
De manera contradictoria hicieron una reafirmación del culto a la personalidad al invocar la figura del que “SE FUE”. Recordemos que habían pasado solo unos días en que la Asamblea Nacional aprobara de forma unánime una ley que hacía restricciones y prohibiciones respecto a la utilización del nombre de Fidel Castro en calles, plazas, etc., así como ninguna escultura pública dedicada a su persona.
No obstante, los lemas fundamentales del desfile se dedicaban a aquel que, según las declaraciones de su hermano y actual tirano del país, se oponía al culto a la personalidad. “Yo soy Fidel” fue la frase del momento, lo que se repitió como un delirio hasta el cansancio por las adoctrinadas masas. Gigantescas fotos del dictador, pancartas con su rostro, y las palabras “Por siempre Fidel”, completaban el panorama de aquel simulacro que se hacía como muestra del estado de desesperación en que ha caído la más cruel dictadura del hemisferio occidental.
FOTO ARRIBA: ¿Acaso esa reiteración de frases que evocan la imagen del dictador que se les acaba de morir, así como de enormes pancartas con su rostro, no son también formas de culto a la personalidad? (Foto tomada de Cubadebate).
De manera paradójica, ante este derroche de recursos y de hombres, solo unos días antes se anunciaban días cruciales para el país, cuya economía entraba en fase de recesión, según tuvo que admitir el propio tirano General de Ejército Raúl Castro Ruz, lo que presupone una disminución, y en última instancia, la pérdida generalizada de la actividad económica, esta última variante es posiblemente la que enfrentará el pueblo cubano –ya se sabe que sus mandatarios permanecen ajenos a estos cambios-; aunque como ya es habitual el secretismo impide contar con elementos verdaderamente objetivos y habrá que especular, lo que siempre que sea haga con coherencia y sentido, es válido.
¿Hacia dónde vamos pues en este 2017? Aún es muy pronto para poder afirmar o negar posibles rutas, salidas y escapes, aunque si podemos percibir -a pesar de que recién empezamos el año-, que Cuba se hunde en las profundidades de un abismo inigualable, lo que solo sufrirá ese “pueblo combatiente” que han puesto a marchar y a gritar consignas por las calles. La cúpula militar que organizó el simulacro no sufrirá los embates del mal. Ya ellos tienen asegurado su porvenir, al menos en el aspecto económico, toda vez que durante décadas se han estado apropiando de los bienes del pueblo. Pero esa garantía es solo de tipo económica, y los bienes de este tipo se disipan en la temporalidad de su naturaleza.
Más allá de lo acumulado materialmente está la carga con la que han de vivir el poco tiempo que les queda, soportando el pesar que sobre ellos se avecina como consecuencia de sus atroces actos, lo que por ley es inevitable, y aunque se aferren a la sobrevivencia como necesidad que sustenta su permanencia en el existir, su hundimiento final es inminente. Esperemos pues para disfrutarlo, nos lo merecemos.
albertorot65@gmail.com
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