Lo que tenemos los cubanos. Por Rafael Azcuy González.
¡Que consuelo más grande tenemos los cubanos de fe, los que creemos firmemente en la existencia de un Dios padre creador!
¡Que fuerza nos da saber que somos sus hijos irrepetibles, que nos apoya y nunca nos abandona!
¡Que fundamento ético y filosófico tan fuerte tienen los que reconocen en Martí ser el paradigma de todos los cubanos, de ver en él un modelo de perfeccionamiento humano!. Alienta saber que existió un compatriota lleno de virtudes con muy pocos defectos, que fue capaz de unir a todos los cubanos, a los viejos guerreros y conspiradores con los nuevos luchadores para al fin lograr independizarnos de España. Tener conciencia de ello en medio de esta gran crisis de valores, donde pululan los demagogos, los criminales, gánsteres y ladrones de toda laya, nos da una gran esperanza de que en esta búsqueda de la libertad y la felicidad surgirán los líderes indispensables.
¡Hasta donde ha llegado el hombre con el desarrollo tecnológico! ¡Cuánto dista de sus hermanos los animales que continúan su destino viviendo en manadas, alejados unos de los otros a miles de kilómetros sin poder comunicarse ni crear e inventar nada para mejorar sus simples vidas!. Sobrecogen los inmensos aviones que sobrevuelan la tierra minuto a minuto, acortando cualquier destino a solo horas, los viajes espaciales, los teléfonos celulares, la medicina moderna, la informática y la internet, la televisión, las construcciones, los automóviles… Es increíble hasta donde ha llegado el hombre, permitido por Dios, como producto supremo de su creación. Tampoco podemos obviar que muchas de las tecnologías han sido puestas al servicio de su propia destrucción como en el caso de la industria armamentista, muy en detrimento de la alimentación y la vivienda que tantos millones de seres humanos necesitan. También la contaminación ambiental, producto del desarrollo, que el afán de ganancias ha provocado amenazando la existencia sobre la tierra.
Otros han tomado la religión y a Dios como bandera en su afán hegemónico por el mundo, cometiendo los crímenes más horribles, llevando la destrucción y la muerte por todo el planeta; algunos han hecho cautivos o rehenes a sus propios pueblos embriagados por el poder, llevando a la desesperación a todos sus compatriotas, hipotecando su futuro, esclavizándolos y llenándolos de carencias; pero todo no está perdido, aún nos queda la esperanza, como dijera el poeta cuando la II Guerra Mundial.
En este torbellino terrible que sacude hoy a nuestra Cuba el alma entristecida de Martí vaga desconsolada por nuestra Isla hermosa y los cubanos que la reconocen en su peregrinar y logran adentrase en su pensamiento, descubren sus grandes verdades tan distantes de todo lo que pretendieron adoctrinarnos durante muchos años. Los cubanos tenemos a nuestro haber su gran legado, su obra escrita, su vida ejemplar. Sin el Apóstol estaríamos perdidos literalmente, sin un rumbo, sin un fin: Con Dios y con Martí deberá ser nuestra consigna para ésta II República que nace ya en medio de tanto caos, de tanta traición, de tanta desgracia…
La república que pareció ser imposible, surgirá al fin como ave fénix de sus cenizas y al fin de una vez por todas será con todos y para el bien de todos, la república cordial que siempre quiso el Maestro.
raoctubre99@yahoo.es
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