Al Atardecer con los recuerdos de Matilde L. Álvarez. Por Félix José Hernández.
París, 9 de febrero de 2017.
Querida Ofelia:
Ayer esa gran dama de la Letras Cubanas que es Doña Matilde L. Álvarez, presentó su más reciente libro: “Al Atardecer con mis recuerdos” en la Casa Bacardí, Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Fue una conversación muy animada entre ella y su público de lectores y admiradores.
Ha publicado cuatro libros titulados: Perfumes del Mar y mis Recuerdos, junio del 2012; Encuéntrate conmigo en las Estrellas,abril del 2013; El Cofre de mis Recuerdos, septiembre del 2014 y Con mis blancas gaviotas, octubre del 2015.
Este quinto libro consta de. “Mis testimonios”, donde nos narra las complicaciones, trabas, humillaciones, temores etc., de ella y su familia para lograr salir de Cuba en busca de la Libertad. En “Aventuras y desventuras: joyas, documentos y vajilla”, nos cuenta cómo logró sacar de Cuba objetos de valor material y sobre todo sentimental, con la ayuda de algunos diplomáticos. “Poemas al mar, Poemas cubanos, Poemas a Dios”, reúnen hermosos poemas producto de su fértil imaginación. Por fin, con “Las cosas hablan entre sí”, hace conversar a los objetos, para lograr llegar a darnos sus moralejas.
“Aunque el nombre germánico Matilde habla de batallas, esta cubana refulgente no brotó del estruendo de la guerra, sino que vino de ese mar Caribe, a veces huracanado y siempre mágico.
‘Tú mi mar, cubres mi corazón herido’, grita uno de los versos de Matilde, cuando confiesa ‘tengo mi alma entre corales escondida', porque si alguien es cubano, es inevitable que se arrope de alma marinera.
Yo reencuentro a Matilde Álvarez en una peña de devoción cubana cada viernes. Allí, donde la generosidad me recibe como de la familia, ella con su Alberto melancólico, alumbra tenue, sin encandilar, briosa de amor al prójimo.
Este que tenemos en la mano es un libro diverso, no podía ser de otra manera, porque es la elaboración de un personaje del destierro, de esos que viven muchas en una sola vida. De los que se acostumbran a no perder lo perdido, a vivir intensamente el presente, sin renunciar a la nostalgia que le da sentido y color a la existencia de los perseguidos.
Encontramos desde luego poemas, después de todo eso es lo que Matilde encarna, la poesía. Cuentos y anécdotas y en cada página testimonios de los que se sienten obligados a recordarle, a la multitud de desprevenidos, que la Cuba de Martí desde hace casi sesenta años, vive una tragedia que no merece ningún pueblo de la tierra.
El milagro del rescate de los documentos, joyas y hasta el traje de novia, amenazados por la voracidad de una revolución opresiva y ladrona, que martiriza las tradiciones y el porvenir. Los poemas al mar (‘cuando el aire salobre embriague el alma’), a Dios (‘¿Qué más puedo yo querer? Si he sembrado y recojo amor en mi vida’), todo eso rutila en este libro de la Matilde que, como ya dije una vez: ‘Merece vestir el manto que luce la Macarena'.
Matilde Álvarez, doctora en Filosofía y Letras, maestra Summa Cum Laude, mujer sencilla que como San Juan de la Cruz usa la poesía como idioma para conversar con Dios, nos entrega una obra que no será postrera , porque debemos esperar todavía más de su lucidez e inspiración. Así sea.” Alexis Ortiz.
De Poemas al mar:
Si no te veo y puedo conversar contigo
una infinita tristeza invade mi alma,
y sé que tú también mucho me extrañas.
Necesito tocar tus olas y tus arenas,
que penetre tu salitre por mis venas,
que contra tus rocas rompa mis penas,
pues mi mar, eres solo tú el que me calma,
del amargo dolor de no poder escapar al cielo,
por haber perdido sin remedio, mis alas.
De Poemas cubanos:
Me siento guajira
Yo no soy campesina, pero me siento guajira,
que camina por los cañaverales y a un arroyo va,
a bañarse en sus azules y cristalinas aguas.
En un bohío me escondo para esperar el alba,
y que los sinsontes me canten temprano en la mañana.
El perfume de mi amada mariposa blanca,
llena mi corazón, y siento con el orgullo de mis palmas,
al gritar a los cuatro vientos, con llanto en mi alma,
que vivo en el destierro, pero que yo soy cubana.
De Poemas a Dios:
¿Qué más?
¿Qué más puedo yo querer?
Si he sembrado y recojo amor en mi vida,
si puedo volar en mis sueños y fantasías,
si puedo conversar con la luna y las estrellas,
antes de dormirme con la conciencia tranquila,
y lo mejor de todo, siempre dentro de mí,
tengo la paz de Dios, que llena mi vida.
De Las cosas hablan:
UBV: Estoy muy muy cansada del peso tan grande que tengo sobre mi muchas veces y nadie se compadece de los años que tengo.
UM: Te comprendo perfectamente, a mí tampoco ni me cuidan ni me aprecian, solo oigo "esa mesa luce vieja, hay que botarla y traer una nueva" Al menos tú, una butaca vieja, oyes de vez en cuando, sobre todo de la gente gorda, ¡qué cómoda es!
Moraleja para los humanos:
Siempre que puedas celebrar algo hazlo, hasta las cosas lo agradecen.
Al atardecer con mis recuerdos. © Matilde L. Álvarez. 126 páginas. Foto de la portada: Emilio Fernández. Diseño: Kiko Arocha.
ISBN: 978-61541236189
NOTA: /Publica tu libro con nosotros/.
Querida Ofelia:
Te haré llegar este hermoso libro por la vía que suelo hacerlo y, como siempre, te ruego que después de leerlo, lo hagas circular entre nuestros amigos.
Un gran abrazo desde La Ciudad Luz con gran cariño y simpatía,
marcelo.valdes@wanadoo.fr
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