Elecciones en Ecuador. La segunda vuelta será definitoria para el triunfo definitivo de la oposición. Por el Dr. Alberto Roteta Dorado.
Naples. Estados Unidos. La primera vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador concluyó el pasado domingo 19 de febrero con el triunfo de Lenín Moreno, representante del Partido Alianza País, de tendencia izquierdista, seguido por el líder de la derecha opositora Guillermo Lasso, candidato por el Movimiento CREO-SUMA.
Según las últimas declaraciones de Juan Pablo Pozo, presidente del Consejo Nacional Electoral, con el 98.5% de actas escrutadas hasta las 06:11 de hoy 22 de febrero, el candidato Lenín Moreno, por Alianza País, obtuvo el 39.33%, y Guillermo Lasso, por el Movimiento CREO-SUMA, logró el 28.19%, por lo que la tendencia está establecida, y con el ínfimo por ciento que falta por escrutar no admitiría variación, lo que significa que tendrá lugar una segunda vuelta el próximo dos de abril.
Las elecciones se celebraron con la presencia de observadores de Unasur y de la OEA, entre otras misiones; aunque sin la participación de la Unión Europea, lo que resultó criticado por la oposición y sus invitados a los comicios.
Desde 1979, el presidente y vicepresidente son elegidos en sufragio directo en una misma papeleta. Gana el candidato que haya obtenido más de la mitad de los votos válidos, de lo contrario se recurre a una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados. A partir de 1998 también un candidato puede ser ganador si es que obtiene más del 40 por ciento de los votos, siempre que tenga una diferencia de al menos un 10 por ciento sobre el segundo candidato.
Este primer lugar de Alianza País no significa necesariamente una continuidad del correísmo, la segunda vuelta será definitoria para el verdadero triunfo de la derecha, por cuanto, se supone que los simpatizantes del resto de los candidatos de la oposición se sumen a los seguidores de Guillermo Lasso.
Ya estaba anticipada la posible secuencia del proceso. De acuerdo con los resultados que ofrecieron varias encuestadoras ninguno de los candidatos lograba más del treinta y cinco por ciento, por lo que se esperaba una segunda vuelta.
La candidatura del partido oficialista Alianza País integrada por el binomio Lenín Moreno y Jorge Glas, aspirantes a la presidencia y vicepresidencia respectivamente, se mantuvo en el primer lugar de la preferencia popular según datos de varias encuestadoras. No obstante, fue perdiendo seguidores de manera progresiva en la medida que se acercaban los comicios electorales.
Varios elementos contribuyeron a mantener un primer lugar en la preferencia a pesar del complejo panorama social y político de Ecuador bajo el mandato de Rafael Correa, líder del mismo partido, cuyo gobierno no solo fue perdiendo progresivamente aceptación popular; sino que se ganó el rechazo de los ecuatorianos en los últimos tiempos.
Se sabe que Lenín Moreno contó con el apoyo del gobierno de Rafael Correa, y de manera particular, con una desmedida propaganda hecha por el propio mandatario no solo dentro del país; sino en el exterior. Recordemos que Correa dejó para las últimas semanas visitas oficiales a España, Estados Unidos e Italia, justo los países con el mayor número de migrantes ecuatorianos, con los que se reunió desde la perspectiva de aparentes encuentros fraternales, cuando en realidad el propósito era la promoción para la continuidad del correísmo, ahora no a través de su persona, sino del candidato a la presidencia Lenín Moreno. Para esto acudió a su conocida retórica de resaltar las “bondades” de su revolución ciudadana como parte del proyecto del socialismo del siglo XXI.
Durante el primer semestre de 2016, 4.788 ecuatorianos se radicaron en España – según informe de J. Ceballos, en el diario El Universo-, país que cuenta con el mayor número de migrantes ecuatorianos. En Italia se encuentran establecidos 93.300, según datos del fin de 2016, mientras que en Estados Unidos de América, país con el segundo lugar respecto al número de migrantes ecuatorianos, hay más de un millón, los que se han concentrado en Nueva York, más de 300.000, Nueva Jersey, más de 70.000, Connecticut, con más de 120.000, entre otros estados.
Todos los ciudadanos ecuatorianos radicados en el exterior están obligados a votar, por cuanto, en Ecuador el voto en los comicios electorales, más que un derecho ciudadano, es una obligación que jamás se ha sometido a debate para convertirlo en voluntario, lo que obedece, según varios analistas políticos, al concepto de que no existe en la nación una verdadera cultura política que le permita a sus ciudadanos la opción de votar voluntariamente.
Correa utilizó además su tribuna desde las llamadas sabatinas – encuentros del presidente con sus ciudadanos, algo que tiene lugar todos los sábados, en cuyas movilizaciones se utilizan elevadas cifras de dinero y todos los recursos disponibles para trasladar a cientos de pobladores desde diversas zonas hasta el sitio de reunión, el que resulta siempre cambiante- para realizar una labor proselitista promoviendo a su partido Alianza País y a su candidato presidenciable.
Otros factores que fueron determinantes en la conquista de ese lugar cimero han sido, en primer lugar, el hecho de haber estado nominado al premio Nobel de la Paz en 2012, algo que no tiene ninguno de los candidatos en sus biografías. Además de ser enviado de la ONU para personas con discapacidad como él, así como haber sido el promotor que encabezó desde el 2008 la campaña de la amabilidad y la alegría, Sonríe Ecuador, cuyo propósito ha sido fomentar y divulgar valores que contribuyan a la cohesión social y al progreso de la comunidad ecuatoriana, y como médico, psicólogo y administrador público, fue el principal gestor de la misión solidaria Manuela Espejo, el primer diagnóstico de la situación de los discapacitados en Ecuador.
Durante su campaña se mostró con "un estilo del diálogo, el estilo de la mano extendida", y prometió mantener el modelo económico de Correa, basado en elevado gasto social y endeudamiento, a pesar del deterioro de los precios del petróleo. Su visión y concepción es mucho más de carácter social que de naturaleza política; pero lamentablemente, responde a los intereses del partido izquierdista Alianza País.
FOTO ARRIBA: Lenín Moreno, por el Partido Alianza País, logró obtener el primer lugar en los comicios. Según la estimación de algunos analistas, si llega al poder habrá posibilidad de un diálogo con sectores enfrentados con el correísmo en la última década.
Un análisis del estado de su intención al voto desde julio de 2016 hasta el presente – 8 de febrero de 2017, según los últimos datos- deja ver una progresiva disminución de su popularidad. En julio de 2016, según la encuestadora Perfiles de Opinión, Moreno lograba el 44 por ciento de los posibles votos, seguido por la candidata del Partido Social Cristiano, Cinthya Viteri, con el 16 por ciento, y Guillermo Lasso por la Alianza CREO-SUMA, con el 13 por ciento.
Para septiembre decaía con el 36 por ciento, y ya en octubre entre el 24 y 33 por ciento, lo que se ha mantenido de manera similar hasta el 8 de febrero, que cerró con solo el 28 por ciento, mientras que Viteri y Lasso ascendieron con el 20.2 y 18.3 por cientos respectivamente. Datos que no coinciden en su totalidad de acuerdo a los resultados de otras encuestadoras como Cedatos, en la que logró el 32.3%, seguido por Guillermo Lasso con el 21.5% y Cinthya Viteri con el 14%. El resto de los candidatos solo obtuvo puntuaciones ínfimas, excepto Paco Moncayo que se mantuvo siempre en el cuarto puesto según todas las encuestadoras.
FOTO ARRIBA: Guillermo Lasso, representante del Movimiento CREO-SUMA, se alzó con el segundo lugar. Su triunfo en la segunda vuelta pondrá fin a una década de dictadura socialista y podría sacar a la nación andina de su crisis actual.
¿Qué factores incidieron para que Lenín Moreno fuera perdiendo de manera progresiva su aceptación como candidato a la presidencia del país a pesar de mantenerse en el primer peldaño?
En primer lugar, su compañero de nómina, Jorge Glas, el actual vicepresidente, quien se ha visto involucrado en los últimos meses en fuertes acusaciones publicadas en diarios panameños, en las que se hacen críticas a su gestión como vicepresidente, en especial tras una publicación en la que se declara que sería mencionado en un informe sobre lavado de activos, y más recientemente, fuentes desde Estados Unidos reportaron que Glas se vio afectado por un escándalo de corrupción a partir de la investigación realizada a ocho funcionarios y exfuncionarios por lavado de dinero y sobornos detrás de contratos con la mayor empresa petrolera del país, la Petroecuador.
Glas ha estado al frente de importantes proyectos en la última década, específicamente en los relativos a cambio de la matriz productiva y sectores estratégicos, los que han sido fuertemente cuestionados respecto a una desmedida corrupción, lo que ha sido denunciado por varias fuentes e instituciones internacionales.
El pueblo ecuatoriano rechaza enérgicamente a Jorge Glas, lo que quedó demostrado cuando se presentó en estos comicios a ejercer su voto y las multitudes le gritaron: “Fuera Correa, fuera”, al asociarlo al primer mandatario y a su corrupto gobierno.
Así las cosas, entre expectativas e incertidumbres, vítores y repudios, consignas de elogios y gritos de rechazo, transcurrieron las elecciones en Ecuador, cuyo momento clímax se alcanzó con una manifestación multitudinaria y una vigilia frente a la sede del Consejo Nacional Electoral, en Quito, la noche y madrugada del 19 y 20 de febrero, ante la sospecha de acciones fraudulentas dirigidas por el gobierno de Correa que beneficiarían al candidato del oficialismo.
El retraso en la información exacta de los resultados, la retención del veredicto final por tres días, la inconsistencia de varias actas, y la denuncia de algunos ciudadanos que al tratar de ejercer su voto ya aparecían registrados como que lo habían hecho, entre otras inexactitudes, son elementos más que suficientes para poner en duda la transparencia del proceso.
De cualquier modo, y siempre con la esperanza de una victoria de la oposición, las elecciones de Ecuador marcan el final de un tenebroso ciclo político – independientemente a cierta estabilidad política, y un grupo de obras sociales que no podemos dejar a un lado-, en el cual, la libertad de expresión ha sido reprimida, los derechos humanos violentados, la prensa libre fue censurada, la economía del país, a pesar de los aparentes logros difundidos por su presidente-economista, se deterioró al extremo, y el desempleo, el subempleo, así como los índices de pobreza y de pobreza extrema se mantuvieron en los primeros lugares de Suramérica.
VIDEO ARRIBA: Concentración de miles de ecuatorianos en apoyo a Guillermo Lasso, representante de la oposición, candidato a la presidencia por el Movimiento CREO-SUMA. Este es el sentir del pueblo ecuatoriano que ha resistido el régimen dictatorial de Rafael Correa por una década.
albertorot65@gmail.com
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