¿Cuándo fue que no me enteré?... Por Marta M. Requeiro Dueñas.
¿Cuándo comenzó a permitirse por las organizaciones de masas, las más acérrimas defensoras de los dictámenes del Partido Comunista Cubano, y cuándo entonces por éste, que se sabe es la vanguardia organizada de la nación cubana, fuerza dirigente suprema de la sociedad y el Estado? Pregunto, porque no supe cuándo sucedió. No me enteré.
Hoy suena la noticia de que Gente de Zona actuó en La casa de la música de Varadero y de que el nieto de Raúl se subió a bailar con ellos.
No veo nada de extraño que un joven haga semejante actuación al calor de la música del grupo de su agrado. Pero, ¡¡¡¿el nieto de Raúl?¡¡! ¿No se supone que si es su guardaespaldas, Jefe de la Dirección General de Seguridad Personal del Dictador de la República, debe guardar la compostura?.
Puedo entender que el entusiasmo juvenil le jugó una mala pasada y que el ser joven lleva, en algunos casos, a cometer excesos; lo que sí no puedo asimilar es que lo haya hecho con una camiseta de los Yankees de Nueva York que, además, fue mandada a hacer para él porque se puede leer plasmado en la parte trasera de la misma el sobrenombre con el que se le conoce: "El Cangrejo".
Vuelvo a llenarme de interrogantes. ¿Cuándo la Revolución, y por ende sus mayores defensores -como debe serlo el nieto de Raúl- dejó de ser consecuente con sus principios, si siempre fue considerado diversionismo ideológico usar todo aquello que viniera del capitalismo, más expresamente del enemigo del norte? Nada de eso, por lógica, puede resultar del agrado y del interés de un verdadero revolucionario. Su entereza, integridad y consecuencia con sus ideales debe destacarlo por sobre los demás, manteniéndose alejado de tales tentaciones.
Incluso, porque la ley no es pareja, no es justa, pués si se es un férreo defensor de los derechos humanos en la isla hay que cuidar muy bién la forma de vestirse.
No veo ético ponerse camisetas, pullover, gorras, o cualquier elemento que destaque marcas y productos capitalistas que resultan sumamente caro para el cubano común, si se supone que el pueblo está sufriendo estrecheces de todo tipo y que a veces no alcanzan los dólares o el salario del mes para comprar comida, mucho menos ropas y se está luchando contra la pobreza. No sé, es mi opinión. Considero que siempre se debe ser consecuente, coherente, y fiel a lo que se defiende, más cuando se esta a la cabeza de cualquier bando político.
En mi época de juventud todos tuvimos que cohibirnos de lucir algo así. Más si querías pertenecer a las filas de la UJC, ya que era un requisito indispensable estar en sus filas, a la hora de optar por una carrera. Era malo que un hombre tuviera el pelo largo, oír música en inglés, ponerse un pullover con el nombre de un grupo musical proveniente de un país capitalista, los símbolos patrios norteamericanos eran una ofensa para los revolucionarios. ¡Hasta masticar chicle era una provocación!...
Todo cambia, y me alegro. La dialéctica es más constante que la vida misma. Nos hace interesante y falta de monotonía la existencia, pero siempre y cuando todo cambie para el bien de todos, parejo, con las mismas oportunidades para todos. Esta bien, primero Los Beatles no se podían escuchar y ahora John Lennon tiene hasta su propio parque. Esta bien que el nieto de Raúl pueda ir a un concierto y pagar en dólares su entrada, siempre y cuando esa misma oportunidad esté al alcance de todos los jóvenes cubanos por igual. Permitido, incluso, que pueda ponerse un pullover proveniente del imperio porque quizás él es el rebelde -en el mejor sentido de la palabra- de la familia y no le importa lo que su abuelo declare. ¡Qué importa!
Pero, por favor si no es así, que alguien me diga entonces cuándo éste tipo de vestimenta dejó de ser, para los revolucionarios, diversionismo ideológico que no me enteré. ¿Cuándo sucedió que no hicieron una mesa redonda para informarlo?
luis_balboa02@yahoo.es
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