El cable: unos lo disfrutan, otros "se lo comen". Por Marta M. Requeiro Dueñas.
El espacio nocturno La Película del Sábado nos mantenía expectantes toda la semana pero era frustrante que llegado el momento de sentarnos ese día frente al televisor viéramos que, al final, proyectarían una que ya habíamos visto.
Comprendíamos entonces que no había nada más que hacer que ir a la cama mucho antes de lo planificado. Ahí fue que nos dimos a la tarea de buscar quién nos diera "el norte" para comprar e instalar, "por las malas", una antena parabólica de fabricación criolla que dista mucho de las que se instalan libremente, por ejemplo en Estados Unidos, para captar señales de televisión abierta a costo cero.
No se podía, claro está, ni era permitido (hoy tampoco lo es) estar viendo canales provenientes de televisoras extranjeras, aunque estos estuvieran libremente por el aire. Así que una vez adquirido el artefacto había que buscar donde esconderlo para que no se viera desde la calle y además orientarlo de forma que recibiera la señal.
Se nos ocurrió que colocarlo dentro de un tanque en el techo sería lo ideal, pues producto de la escasez de agua ya habíamos instalado dos y un tercero no llamaría la atención. Después solo había que cuidarse de los "chivatos".
Sí, teníamos un vídeo (como le decimos en Cuba al aparato de reproducir casetes de películas) pero otro drama era conseguir éstas.
Ahora la tecnología tiene algo muy novedoso que es la televisión digital por cable. Justo Moreno García, Director General de la Empresa Radiocuba; dijo al periódico Granma en febrero de este año, que la provincia La Habana tiene el servicio en toda su geografía y el resto de las provincias, como mínimo, en sus respectivas capitales; que en total el 60 % del territorio nacional disfruta de ella. Y sí, puede que así sea, pero la mayoría de esas instalaciones efectuadas están destinadas a satisfacer la demanda turística.
Otra cosa que frena la expansión de esta tecnología al resto del país y a los hogares es la insuficiente disponibilidad de insumos, en su mayoría provenientes de China, para cubrir la demanda. El funcionario plantea que, por otra parte, han aumentado la cantidad de canales disponibles, pero es sabido que el abanico de alternativas para ver y disfrutar que tiene la población es irrisoria, además de que el déficit energético afecta la obtención de un servicio estable, cosa que no pasa tampoco en las áreas turísticas.
luis_balboa02@yahoo.es
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