De circos mediáticos, el más cercano. Por Juan Gonzalez Febles.
Lawton, La Habana, (PD)- Los medios de prensa y todo el monstruoso entramado propagandístico del régimen castrista se concentra en atacar los pronunciamientos del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, el pasado 16 de junio en el teatro Manuel Artime en Miami.
Sobre esto, la pregunta que habría que formular es: ¿En qué ha cambiado el criminal comportamiento del régimen militar totalitario castrista después del 17 de diciembre de 2014, cuando el entonces presidente Obama anunció sus planes para normalizar las relaciones diplomáticas con tal tiranía? ¿Por qué el actual Gobierno norteamericano debe seguir con la realización de negocios con la élite militar que controla la economía y la vida en Cuba?
En Cuba, las fuerzas armadas y los represores asalariados del Ministerio del Interior son y han sido regularmente, los principales beneficiados de la relación con EE.UU. y el resto del mundo, mientras se ocupan de reprimir a quienes defienden los derechos humanos o las libertades en el país. Son responsables directos de fusilamientos, maltratos, torturas, golpizas y todo el entramado de violaciones de derechos y libertades en Cuba desde 1959.
La nueva relación USA-Cuba debe exigir al régimen castrista el cese de la represión, la libertad de los presos políticos y las libertades económicas. Estas últimas relaciones deberán estar dirigidas para disfrute pleno de todos y no solo para militares, represores y delatores.
Sobre esto, una comparsa vil y abyecta de intelectuales y artistas, casi la misma que firmó en su momento manifiestos en apoyo a fusilamientos de civiles, instrumentados por la claque pretoriana armada castrista, se integra al circo mediático que en Cuba y fuera de ella condena la respuesta dada por el presidente Trump a las concesiones hechas por la anterior administración del ex presidente Barak Obama.
Hoy, estos despreciables cipayos arman algazaras y escándalos en respuesta a los más recientes pronunciamientos hechos por el presidente estadounidense, dirigidos contra la claque pretoriana que reprime, encarcela y mata. Entre estos viles, se cuentan Silvio Rodríguez, Alicia Alonso y otros autorizados a detentar dinero, estudios de grabación, viajes, representatividades, mansiones en zonas congeladas, automóviles flamantes y otras canonjías, a las que solo tienen acceso los miembros de la familia real Castro.
Así, han organizado un circo mediático del peor gusto en que participan elementos representativos de la nociva izquierda carnívora internacional que siempre ha apoyado, desde hace casi sesenta años, que en Cuba se reprima, se encarcele, se golpee y se mate.
La respuesta de la gente humilde de a pie no ha sido la esperada por el régimen castrista. Para muchos, el Señor Presidente Donald Trump es un ‘buen tipo’ que se reúne con mujeres, disidentes e incluso negros. Se comenta que a quien único perjudicó fue a ‘esta gente’, una forma coloquial en que es llamada por el pueblo de a pie, Cuba adentro, la claque gobernante y sus servidores policiacos, militares, paramilitares y civiles.
El senador Marcos Rubio, despunta como el próximo lobo feroz.
Para quienes no están al tanto, bueno es recordar la forma irrespetuosa que los medios de prensa al servicio del régimen castrista han usado para referirse a la congresista cubano-americana Ileana Ros Lehtinen, quien era llamada indistintamente, “la loba feroz”.
A despecho de esto, para el pueblo de a pie, “el tipo es buena gente” (Marcos Rubio) y la Sra. Lehtinen ni es loba ni es feroz.
Jóvenes féminas Cuba adentro, afirman que Rubio, más que político, parece un artista de cine. Desde lo poco que por acá han tenido acceso, la interacción que vieron por la tele y otras vías alternativas entre el senador y disidentes como Antúnez, Moya, etc., han hecho afirmar y han sentado con solidez que no es racista. Y si por casualidad, los votos femeninos desde Cuba contaran, tendría unanimidad entre mujeres de entre dieciocho y cincuenta años. Mis respetos y le felicito, senador.
Para concluir, digamos que en Cuba se ha destapado un nuevo circo mediático en que no se habla para nada de la corrupción y las prebendas que disfrutan los “perjudicados” por el Sr. Presidente Donald Trump. No se dice como el monopolio Gaesa y el resto del entramado militar explotan al pueblo y disfrutan de privilegios y prebendas inimaginables desde el falso y retorcido discurso oficial. No se dice que los oligopolios militares venden con un 200% de gravamen por encima del precio de adquisición, productos de primera necesidad en sus “tiendas recaudadoras de divisas”.
No se comentan los yates y mansiones que disfrutan, poseen y adquieren los miembros del clan Castro. Pero nada más hay que decir: se trata solamente de un circo mediático y de los anti-periódicos que lo llevan adelante. Nada más.
Publicado en /Primavera Digital de Cuba/.
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