Del lobo la cabeza, en el pelo no tiene los colmillos Por Agustín López Canino Facebook 12 de julio de 2017
Durante el mandato del presidente Barak Obama, la oposición cubana al sistema de gobierno castrocomunista dentro y fuera del país se debilito. Corrientes de pensadores reformadores de cierta forma del socialismo apostaron y aceptaron las nuevas condiciones impuestas por el gran país del Norte. De dentro y fuera de Cuba algunos líderes políticos que no creo que sea por ingenuos o faltos de cultura política, sino por la incapacidad de mover las grandes masas sociales que nunca la oposición ha sido capaz de mover, sea por torpeza o circunstancias (porque el valor no ha faltado), aseguradas por el regio control de la dictadura en manos directamente de los hermanos Castros, apegándose al mandato del presidente Estadounidense con tendencias a legalizar la dictadura como un gobierno democrático y electo, han ido sometiéndose directamente a los caprichos he imposiciones del Castrocomunismo resumidos en la famosa frase del fallecido comandante: Dentro de la revolución todo, fuera de la revolución nada. Estos supuestos líderes, alegando que el sistema gubernamental electoral castrense tiene grietas que pueden ser aprovechadas, dedican su tiempo y cantidades de recursos materiales y humanos a participar en las elecciones controladas en todos los sentidos por el gobierno a sabiendas que las posibilidades de por este medio democratizar el país en vistas a una república son bien escasas, pues en caso de ser elegidos actuarían en un marco dentro de la política gubernamental y bien adverso a alcanzar soluciones de los graves problemas sociales que impiden el progreso de la nación, si es que aun Cuba se le puede conceder la categoría de nación. El proceso en que un elegido llegara a formar parte del gobierno que es quien realmente determina la política del país conformado por la Asamblea a Nacional y el Consejo de Estado quien la aprueba definitivamente, tardaría otros 60 años para ocupar uno de estos escaños, eso, sin contar con las mutaciones muy comunes en la dictadura para seguir con el control absoluto del poder por encima de la ley inclusive. Esto quedó demostrado cuando Osvaldo Paya el líder cristiano del proyecto liberación mediante el proyecto Varela, actuando dentro de la institucionalidad y la constitución consiguió la cantidad de firmas necesarias para conducir a Cuba hacia un plebiscito. El hecho es la realidad que la institucionalidad y la ley están determinadas por la política de gobierno totalitario.
Yo me pregunto, en caso de que un delegado de pensamiento diferente fuera elegido que podría hacer por ejemplo contra la corrupción que el mismo gobierno permite a sabiendas de su existencia?, ¿podría actuar contra ella que es uno de los obstáculos más poderosos que se interpone en el desarrollo y el progreso de cualquier nación?, ¿que medidas tomaría en el caso de la empresa privada que se nutre de esa corrupción y desorganización social, inmoral por demas?, ¿la enfrentaría directamente o condicionaría desde ese bajo escaño la sociedad para debilitarla?. ¿Atacaría directamente a esos empresarios que violan aun las leyes vigentes corrompiendo a todos los mecanismos de control y disciplina social?, ¿se preocuparía por los cientos o miles de jóvenes que producto de la ineficiencia del gobierno se han convertido en presa de inescrupulosos emprendedores privados sin darle garantías sociales donde se contemple cualquier tipo de imprevisto independientemente de la voluntad del trabajador, como accidentes, enfermedad u otros, o después de ser elegidos optarían por la comodidad y el oportunismo acumulado y enraizado, además de generalizado ya por el proceso revolucionario?. ¿Cuantos mandatos se necesitarían para que estos delegados tuvieran la posibilidad de influir siquiera en estos retos que requieren de soluciones inmediatas?, o creen que podrán hacer como en Venezuela y llegar a tener una asamblea nacional tendiente al respeto por la democracia y el derecho a la libertad, algo completamente ingenuo y absurdo ya que después del 1959 Fidel Castro y su Partido Comunista se adueñaron del poder y uniendo los tres poderes en uno desposeyeron a la nación de todo medio posible para la democratización. Además, queda demostrado a través de este mismo país sudamericano que ni aun teniendo una asamblea favorable a la democracia el régimen obedece las leyes de libertad y respeto por los derechos del ciudadano.
Que ganamos en el fondo con la aceptación de unas elecciones en una sociedad donde el hombre por el miedo, la dependencia casi total del Estado para su subsistencia y enajenado para comprender la responsabilidad social que representa una elección, por demás corrupto y prostituido de conciencia, carente de valores, mutilado de voluntad, ausente del conocimiento y responsabilidad para concebir el civismo practico; elija su representante en el gobierno. No es llevar al hombre a unas elecciones libres, sino crear condiciones para capacitar al hombre en la libertad y libre para elegir, de lo contrario se cometerá el mismo fraude del populismo.
Lo primero que hay que cambiar para elegir es la ley electoral, la constitución. Está demostrado y ahora Venezuela lo corrobora; los regímenes totalitarios y las dictaduras no cesan, se desintegran o en última instancia obedecen la justicia sino se les presiona, sino se activa un movimiento de la sociedad civil capaz de exterminarlas, sino se invaden las calles de protesta pacífica donde la lucha no violenta ocupe los primeros lugares, sino se vuelve a derrumbar el muro de Berlín.
¿Que consecuencia puede traer la aceptación de elecciones en este contexto de privaciones cívicas?
Primero, se demuestra ante la comunidad internacional que el sistema electoral de Cuba es libre, que de hecho se puede decir que lo es, pues a nadie lo llevan a la cárcel ni le colocan una pistola en el pecho amenazándolo de muerte para obligarlo a botar. Además, se demuestra que el pueblo no ha cambiado el gobierno porque no lo desea, porque tiene la posibilidad de hacerlo mediante las elecciones y en esa demostración, ya sea con intenciones directas de servir al castrocomunismo o indirectas, pero sirviendo igual, se han enfrascado muchos movimientos en América que se decían o califican como contrarios al socialismo o el castrocomunismo y ayudan en todo este andamiaje de politiqueria.
En Cuba no existe la institucionalidad debido a que ninguna institución es elegida por el pueblo, la constitución; columna vertebral para la justicia en las naciones esta impuesta por el gobierno y resume la falta de democracia en uno de sus artículos, que impone al Partido Comunista como único legalizado y con derecho absoluto para gobernar la nación. Todo esto parece elecciones de esclavos para representar esclavos dentro de una sociedad esclavista donde un solo dueño determina lo aceptable o no, lo admisible o no, lo lógico o no, lo concebible para la existencia social o no.
Por otra parte mediante esta aceptación quedan las puertas abiertas para le infiltración gubernamental a la sociedad civil , a desplazar como logro Obama tras su aparente y demagógico discurso, (bello por demás), de supuesto empoderamiento del pueblo en el restablecimiento de las relaciones, desplazar los que verdaderamente se oponen a la estupidez política del régimen que ha conducido a la nación a la miseria, es muy fácil para el gobierno sustituir a los delegados por supuestos pensadores diferentes que sirvan a los intereses del poder.
Es un momento muy propicio para alcanzar la libertad. La nueva presidencia de los EEUU no está dispuesta a seguir favoreciendo y fortaleciendo legalmente la dictadura castrense, confundir al pueblo, para mí, con absurdas y quiméricas suposiciones, de alcanzar la libertad mediante elecciones programadas por el gobierno y también llevar a parte de la oposición a esta confusión es casi una traición a toda la nación y más a aquellos que demostrando un incalculable valor se han enfrentado al castrocomunismo. Creo que en Cuba hay muchos líderes que si se les ofrece un escaño en la Asamblea Nacional dejarían de manifestar tendencias opositoras y pasarían a formar parte de los reformadores. Yo, por si acaso, soy un contrarrevolucionario de la revolución de Fidel Castro y no acepto reformación del socialismo o del comunismo y como digo siempre, no me conformo con ese absurdo dicho, del lobo un pelo, busco la cabeza, donde están los colmillos que devoran y destrozan las ovejas, esto literalmente, por supuesto nunca le arrancaría la cabeza ni a un animal.
|