LA SALUD EN LA CUBA SOCIALISTA, EL OTRO LADO DE LA MONEDA Segunda parte. Por el Dr. Alberto Roteta Dorado.
Las cifras de mortalidad infantil y las de esperanza de vida son tan solo una cara de la moneda. ¿Acaso se conoce la contrapartida de estas cifras que tanto admiran en el mundo? Tal vez se conozca poco que Cuba tiene uno de los más altos índices de suicidios en el mundo, o que está entre las naciones del orbe con mayores índices de embarazo en la adolescencia, así como con un lugar elevadísimo de acuerdo a la cantidad de abortos que cada día son realizados, o de sus altos índices de alcoholismo, y el incremento marcado de enfermedades transmisibles como el dengue, el zika, y la aparición de otras inexistentes por décadas como el cólera, o la tuberculosis, que se ha mantenido de manera casi silente, pero siempre acechando a ciertos grupos poblacionales de alto riesgo.
Una revisión -más allá de la frialdad de las cifras- de algunos de los indicadores de salud podrá darnos la medida de un sistema de salud deteriorado a pesar de los resultados de estos dos parámetros que ha asumido Infobae para referirse al estado de salud de la isla caribeña.
Esperanza de vida en Cuba vs. Atención al adulto mayor.
Cuba se ha convertido en el país más envejecido de América según datos oficiales. Algo que sorprendió, pues se produjo una aceleración en relación con los datos previstos según especialistas, los que al ahondar en el fenómeno tuvieron la predicción de que ocurriría a partir del año 2025. Se estima que para este año el 32,1% de los habitantes de la isla será mayor de 60 años.
El reporte de Infobae, tomado al propio tiempo de la Organización Mundial de la Salud, detalla la excelente esperanza de vida en Cuba; sin embargo en el año 2015, se reportaron 99,694 defunciones, 3,364 más que en el 2014, a expensas fundamentalmente de fallecidos de 65 años y más de edad, lo que demuestra un notable incremento de muertes en personas de la tercera edad, grupo poblacional que goza de prioridades extremas en numerosos países y, como es sabido, en Cuba permanecen abandonados y los muestran bajo el disfraz de los llamados círculos de abuelos en los que rutinariamente se les permite la realización de algunos ejercicios físicos, algo que les beneficia; pero no es determinante si se compara con las carencias de alimentos, suplementos vitamínicos, y ayuda social y psicológica que tanto demanda este grupo poblacional.
FOTO ARRIBA: A pesar de la cifra de esperanza de vida que informa Cuba, se sabe que miles de ancianos en la isla están sin protección alguna y carentes de las condiciones mínimas para su subsistencia. Foto tomada de Internet.
Pero dejando a un lado las cifras y las estadísticas que muchas veces agobian al lector, volvamos a esas necesidades a las que hice referencia, y cuestionémonos si en realidad los ancianos de la isla tienen satisfechas no solo las necesidades espirituales, sino las mínimas prioridades de alimentación y de protección. No se trata solo de administrar una vacuna contra la gripe -algo que sin duda es importante-, sino de ahondar en la calidad de la alimentación de un sector tan vulnerable como lo es el de la llamada tercera edad, grupo totalmente desprotegido en una nación que, sin embargo, reporta una asombrosa esperanza de vida.
Resulta muy contradictorio que un país donde la inmensa mayoría de su población anciana no tiene la posibilidad de realizar los necesarios intercambios de alimentos al día -desayuno, almuerzo, cena y meriendas-, así como la disposición de alimentos con la calidad mínima para su nutrición -leche y otros productos derivados, proteínas de origen animal como carnes y pescado, frutas, cereales enriquecidos con vitaminas, legumbres, etc.- muestre una esperanza de vida realmente de excelencia.
Por otra parte Cuba cuenta con un sistema de pensiones insostenible, lo que unido al pésimo estado de su economía y al previsible impacto en los servicios sociales producto del envejecimiento poblacional, va en detrimento de los miembros de la tercera edad.
Las pensiones a jubilados oscilan alrededor de los 240 pesos cubanos -por debajo de los 10 dólares-, lo que, sin duda, resulta algo simbólico que solo les podrá satisfacer para los tres o cuatro primeros días del mes. Téngase en cuenta además, que si bien es cierto que reciben asistencia médica gratuita, -sin entrar en detalles acerca de la calidad de dicha atención-, los gastos que deben asumir por la compra de sus medicamentos resultan insostenibles.
Con el avance de la edad hay una mayor exposición a numerosos factores de riesgo y las posibilidades de la aparición de múltiples patologías -la mayoría crónicas- son igualmente mayores. De modo que en un mismo anciano puede padecer de varias patologías que para poder controlar requiere de varios medicamentos. Enfermedades como la diabetes, la hipertensión, los trastornos del corazón, entre otras, constituyen patologías de lujo ante el elevado costo de sus tratamientos, y en el caso del anciano se da el fenómeno de la coexistencia de varias enfermedades, cada una con sus medicamentos, algo que el gobierno cubano no les garantiza de manera gratuita, o al menos con ciertas modificaciones de su costo teniendo en cuenta el pésimo salario que reciben como pensionados.
Suicidio. Cuba en el segundo puesto en Latinoamérica.
Si bien es cierto que en Cuba existe una excelente tasa de mortalidad infantil, la contrapartida de esta cifra demuestra que no se puede estar haciendo declaraciones de un sistema de salud de excelencia en una nación que ocupa el lugar 32 entre los países con mayor tasa de suicidio en el mundo, y el segundo lugar en índice de suicidios -llamados agresiones autoinfligidas intencionalmente- del continente americano, siendo solo superada por Uruguay, fenómeno que en Cuba es mucho más frecuente en provincias como La Habana, Holguín, Matanzas, Villa Clara y Santiago de Cuba; y donde lamentablemente este mal ocupa el tercer lugar como causa de muerte en adolescentes, solo superado por los accidentes y los tumores malignos, algo que hace solo una década ocupaba el décimo lugar y hasta llegó a observarse una tendencia a su disminución.
Hace más de una década Cuba ocupó el lugar cimero al mostrar la mayor tasa de suicidios en todo el hemisferio y una de las mayores del mundo. De acuerdo con las estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud, Cuba tuvo una tasa de suicidios de 18.1 por cada 100,000 habitantes en el período 2000-2005, lejos del segundo lugar ocupado por Uruguay con 15.9, y muy por encima de países como Perú con 2.3 y Guatemala con 1.9; pero lo más preocupante de este informe es que el fenómeno afecta con mayor impacto a los grupos de edades entre los 24 y los 45 años de edad.
FOTO ARRIBA: Una excelente tasa de mortalidad infantil y una buena esperanza de vida que resultan contrastantes con el segundo lugar que ocupa Cuba en índice de suicidios en el continente. Foto tomada de Internet.
Durante la década de los ochenta, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hungría, país en ese entonces socialista, lideraba la lista de estados con mayor tasa de suicidio del mundo. Con la apertura de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se descubrió que ese país tenía tasas de suicidio similares a las de Hungría. Al promediar los datos de suicidio entre 1985 y 2015, se descubre que 12 de los 20 países con mayor tasa de suicidio fueron o son socialistas, incluso, países africanos que en otro momento tuvieron orientación socialista, de ahí que no nos debe sorprender la alarmante cifra que muestra Cuba, donde se impuso un régimen totalitarista que ha frenado las libertades individuales de sus pobladores y frustrado sus vidas para siempre.
Durante la transición democrática de los países de la Europa Oriental, algunos países experimentarían un crecimiento en los reportes de suicidios. Sin embargo, pocos años después de la reestructuración democrática y de mercado en países como Estonia, Hungría y Letonia, las tasas de suicidio descenderían de forma drástica.
Estos datos -todos muy confiables y con segundas revisiones y rectificaciones por parte del autor de este escrito- nos demuestran lo contradictorio de los indicadores de salud que muestra el gobierno cubano. No mueren los niños y su población cada vez envejece más; sin embargo se suicidan en el transcurso de sus vidas, en edades en plenitud de sus capacidades y lamentablemente durante la adolescencia y la juventud.
Una población muy deprimida.
Por otra parte, estudios recientes publicados en febrero del presente año señalan a Cuba como una de las naciones de mayor nivel de depresión de América Latina, con un 5.5% de su población en esta condición, siendo superada solo por Brasil con un 5.8%, y seguida por Paraguay con 5,2 %, mientras que en índices de ansiedad ocupa el sexto lugar con un total de 675,037 ciudadanos, lo que representa el 6,1 % de su población.
Habría que ahondar en el estudio de lo que ya es un fenómeno social, y cuestionarse entonces por qué la población cubana está tan deprimida y con altos niveles de suicidios si "goza de una mortalidad infantil propia de los países más desarrollados del planeta"... Investigaciones muy serias que han servido como trabajos de culminación de la especialidad o de maestrías en psicología y psiquiatría insisten en las frustraciones a las que se enfrentan quienes se deprimen y suicidan o intentan suicidase. Pero, ¿cuál es el móvil de la frustración? Es justo entonces donde esas necesidades espirituales que aprendí de los marxistas juegan un papel decisivo. Hay ya varias generaciones que admiten que sus vidas se perdieron inmersas en la escasez, la pobreza, el descontento, la incertidumbre, la desesperanza y la inseguridad.
Un sistema social ineficaz con un obsoleto modelo económico jamás ha podido satisfacer no solo esas necesidades espirituales del hombre, sino tampoco las mínimas prioridades de carácter esencial de su alimentación, una atención profesional multidisciplinaria de excelencia, la existencia de medicamentos de calidad y de primer orden disponibles siempre, entre otras necesidades tan indispensables como el calzado, la ropa, los útiles de aseo personal, etc.
(Continuará)...
Click aquí para que vea la 3ra Parte.
albertorot65@gmail.com
Publicado originalmente en Cubanálisis.
|