Palabras de Agustín López Canino tras fallecimiento de su hermana Ada Maria López Canino. Por Agustin López Canino en Facebook el 15 de diciembre de 2017
Hago extensivas mis gracias y en nombre de su familia a todo los que han compartido el dolor de la desaparición física de mi hermana Ada Maria Lopez Canino.
Fue especial, mas allá de una hermana, era una gran mujer, mejor madre, fiel esposa y excelente cristiana, gran patriota. Me superó en todo lo concerniente a la condición humana, mi valor ante el de ella era ínfimo, arriesgó mucho mas que yo en toda esta lucha, sin ambiciones concupiscente. Puso en peligro no solo su vida, la de sus familia sus pequeñas hijas jimaguas, que veían como era arrestada violentamente frente a su casa y delante de sus ojos, su humildad innata la obligaba a este riesgo por la libertad y el derecho por condición humana que nos da Dios sobre esta tierra creada por el.
Mi hermana no murió, la asesinó la dictadura castrocomunista, en cada arresto violento donde fue golpeado su cuerpo incluyendo la cabeza, en cada arresto colocándole las esposas a destrozarles las manos, en cada noche detrás de las rejas sin sus medicamentos, en cada acoso frente a su casa, todo esto le quitaba la vida porque a cualquier ser humano se la quita. El trauma o edema suturar, derrame de sangre entre el cráneo y la duramadre, una de las membranas que protege el cerebro, la mas vascularizada de las tres, en mas del 95 por ciento de los casos el trauma ocurre por golpes de los que ella sufrió varios, uno de los doctores residentes que la intervino me informó que el apreciaba que el golpe debió ser reciente y en los últimos arrestos ella no fue golpeada, pero unos días después al conversar con otro doctor profesor y de experiencia me explicó que el golpe podría haber sido hasta doce o catorce meses antes, eso era difícil de determinar.
Todos tenemos muchas dudas, no las tuviésemos si el régimen y sus lacayos no saliera a golpear a los pacifistas cuando intentan salir a la calle a reclamar sus derechos y los del pueblo que por condición humana les pertenecen, el día que eso suceda no quedaran dudas cuando muera cualquier activista o pensador diferente, el día también en que la medicina o el sistema de salud no esté sometido al imperio de la política y a la servidumbre obligatoria al régimen, el día en general que sean respetado los Derechos Humanos que nos da Dios sobre esta tierra. Creo que todos cubanos de dentro y de fuera y también no cubanos debemos luchar por esto.
Para las instituciones cristianas que dicen no reclamar pues Dios pide alejarse de la política, les aseguro que esto ya no es ni siquiera un problema político, sino humano y un cristiano debe estar en contra de las injusticias aunque se desplomen los cielos, así lo hizo mi hermana. El único consuelo que tengo es que Dios sabe lo que hizo y la acoge en su ceno y nos ayudará a sobreponernos a este inmenso dolor que nos ahoga las palabras.
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