CUANDO LOS DIOSES SE QUEDAN SIN TRABAJO. /Tercera Parte/. Por el Dr. Alberto Roteta Dorado.
Opinión del director de Cubanálisis, Dr. Eugenio Yáñez:
Me parece un trabajo muy bueno y que logra describir perfectamente la figura del farsante Rafael Correa, que es algo que me interesaba mucho. Hace varias semanas escuché a un boliviano que había sido ministro del gobierno antes de Evo Morales diciendo que Lenín Moreno hablaba pero que no había hecho nada concreto. Yo no estuve de acuerdo con lo que decía, pero no me interesaba entrar a discutir en ese momento. Ahora con este trabajo tuyo queda claro todo el intento obstruccionista de Correa, y se ve que Moreno ha ido avanzando todo lo que puede, en un país tan peculiar que se confunden gobierno, instituciones y partidos políticos.
Te repito, me parece un trabajo excelente y de mucho valor. Te lo agradezco mucho. Muchas felicidades.
Dr. Eugenio Yáñez. Escritor y analista político. Autor de catorce libros publicados en Estados Unidos de América.
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Santa Cruz de Tenerife, España-. Influenciar en los procesos judiciales contra Jorge Glas, vicepresidente suspendido de sus funciones, y otros funcionarios del gobierno correísta.
Hay cosas mayores que inciden directamente sobre la figura del exmandatario ecuatoriano y que lo hacen extremadamente vulnerable respecto a serias implicaciones con la justicia. De poder demostrarse ciertos hechos nada podrá salvar a Correa de sus vínculos directos, o al menos indirectos, con el caso Odebrecht y con la mayor petrolera de la nación andina. Rafael Correa podría ir a la cárcel junto a algunos de los más cercanos colaboradores de su gobierno que actualmente han sido sentenciados. Tal vez fue este el motivo de mayor peso que hiciera retornar a Correa desde Bélgica a Ecuador, y la supuesta convención de Alianza PAIS solo un pretexto premeditado alevosamente para justificar su inesperada llegada, amén de que la exploración del ambiente político del país desde cerca solo sería un elemento, más que secundario, insignificante.
Rafael Correa tiene que estar inmerso en un estado de pánico; aunque se refugia muy bien en su prepotencia y en sus aires de un eterno triunfo que resulta patológico, porque en los últimos meses solo ha tenido reveses y derrotas. Este temor que el exmandatario ecuatoriano ha estado escondiendo está determinado por, al menos, tres elementos capitales: 1) Sus posibles implicaciones en el escándalo Odebrecht y la petrolera Petroecuador, toda vez que su vicepresidente ha sido sentenciado a la pena máxima posible por elementos que lo vinculan al primero de estos hechos. 2) La pérdida de un protagonismo que mantuvo durante los diez años de su mandato. 3) Ceder el control y el mando de una nación de la que se creyó dueño, con lo que su liderazgo llegaría de manera definitiva a su final.
Implicaciones en el escándalo Odebrecht y la petrolera Petroecuador.
Resulta inadmisible que el presidente del país estuviera ajeno a todo el acontecer del área estratégica, sector en el que han tenido lugar los más grandes y graves problemas y que han llevado a Jorge Glas y otros funcionarios del gobierno correísta a serias implicaciones relacionadas con sobornos y participación ilícita en el caso Odebrecht, amén de las irregularidades con el escandaloso caso de Petroecuador, la más importante empresa petrolera del país.
Esto no solo es mi opinión, sino que el propio acusador principal de Jorge Glas, el destacado catedrático y político ecuatoriano César Montúfar, líder del Movimiento Concertación Nacional Democrática, sostiene que el expresidente Rafael Correa es el responsable político y penal de los delitos cometidos a través de la asociación ilícita. Según Montúfar, la Constitución establece que un funcionario público no solo es responsable por lo que hace sino por lo que deja de hacer. “No puede ser posible que no estuviera enterado de lo que sucedió”. De igual forma ha defendido la idea de que el grave delito que implica a Glas no se hubiera dado si Correa no hubiese participado desde la creación de los sectores estratégicos y la asignación de Glas. Montúfar asevera que la sentencia es legal y hace un llamado a la Fiscalía para que inicie otros procesos por peculado, cohecho, lavado de activos, defraudación tributaria, testaferrismo y tráfico de influencias.
Por su parte el jurista León Roldós coincide con el líder de Concertación Nacional Democrática en el tema de la responsabilidad, afirmando que el único superior a Glas era Correa, por lo que no podía haber recibido órdenes de otro que no fuera él. “La decisión política fue de Correa, ahora que eso pagó peaje, honorarios, eso es otro problema, pero la disposición es de Correa”, según ha reportado Zapata Mora en El Universo.
Finalmente Montúfar afirmó el jueves 14 de diciembre: “Yo creo que Rafael Correa tiene que concentrarse en responder al país (por los escándalos de corrupción ocurridos en su Gobierno). Si en realidad actuó con decencia debería regresar para responder ante la justicia”.
Desde Bélgica Correa solo ha asumido una actitud defensiva. Sus constantes notas a través de Twitter así lo demuestran. Para el exmandatario, Jorge Glas es inocente y solo se trata de un encierro político planeado por ciertos sectores de la oposición con la finalidad de sacar al vicepresidente del gobierno y dejar libre un ambicionado puesto. Jorge Glas representa uno de los pilares del correísmo que fuera promovido por Correa para los comicios pasados, y quien ocupara el mismo cargo de vicepresidente durante la segunda etapa del mandato de Correa, justamente la etapa caracterizada por el mayor despotismo, corrupción, represión y grandes irregularidades en el control de los recursos económicos del país, lo que ha sido reconocido por el actual presidente y hecho público recientemente.
Moreno ha dicho al diario español ABC que se siente: "Igual que el pueblo ecuatoriano, espeluznado, porque nuestras presunciones fueron rebasadas por los hechos", refiriéndose a los diversos casos de corrupción suscitados en el gobierno anterior y que involucran a altos dirigentes y funcionarios, incluidos el vicepresidente, ya sentenciado, y el contralor, quien se encuentra prófugo de la justicia.
Glas ha sido el hombre leal del correísmo, y con el viraje radical de la política de Moreno se convirtió en un obstáculo que, cual rezago del absurdo de la Revolución Ciudadana promovida por Correa, se aferraba a un estilo antidemocrático y totalitario propio de la etapa correísta. No obstante, no hubo tiempo para que Lenín Moreno pudiera constatar de cerca la sumisa actitud de Glas con relación a su mentor.
A solo unas semanas del inicio del nuevo mandato presidencial comenzaron las acusaciones contra Jorge Glas en el escándalo Odebrecht e inmediatamente el presidente Lenín Moreno lo suspendió de sus funciones mediante el decreto ejecutivo 100. Así Jorge Glas quedó definitivamente suspendido de sus funciones en el Consejo Productivo, en el Consejo Consultivo Productivo y Tributario, y en el Comité de la Reconstrucción, lo que le había sido asignado una vez que comenzara el nuevo mandatario.
El grave conflicto político surgió en medio de la gran crisis económica que atraviesa Ecuador. El Partido Izquierda Democrática presentó un contundente comunicado al presidente Moreno en el que se pronunciaron sobre las revelaciones de audios filtrados en el caso Odebrecht, en el que se hace referencia al vicepresidente Jorge Glas durante una conversación, supuestamente entre el excontralor Carlos Pólit, también acusado, y el alto ejecutivo internacional de la constructora, José Conceição dos Santos Filho.
Wilma Andrade Muñoz, Presidenta Nacional de Izquierda Democrática, hacia el final del oficio enviado al presidente Moreno expresó: “Señor presidente, por el respeto que se merece el país y los ecuatorianos, es el momento que usted le retire la confianza y pida la renuncia del señor Jorge Glas a la vicepresidencia de la República del Ecuador, única forma de demostrar que no se ampara ni solapa la corrupción, de no hacerlo terminará contaminándole”.
Por su parte, Guillermo Lasso y el Bloque del movimiento partidista CREO, representantes de la derecha, solicitaron al presidente la renuncia de Jorge Glas a la vicepresidencia. Moreno se mantuvo dos días guardando silencio sobre el caso, pero el jueves 3 de agosto, determinó suspenderlo de sus funciones.
Mientras, la Fiscalía General abrió el mismo día una indagación tras haber recibido un informe de Contraloría General del Estado con indicios de responsabilidad penal dentro del proceso de contratación del Consorcio DGC (conformado por Dygoil y Gente Oil Development Ecuador LLC) para la explotación petrolera en el campo Singue, en la localidad de Sucumbíos.
El fiscal general precisó que Glas era uno de los indagados por un potencial delito de peculado. Contraloría determinó que entre 2013 y 2016 el Estado pagó a estas contratistas privadas $137,5 millones por la extracción de 4,9 millones de barriles, con tarifa de $33,50 por barril. No obstante, la Contraloría detectó que la tarifa debió ser menor ($32,45) considerando que el número de barriles extraídos fue 244,7% más de lo que se preveía podía obtenerse en 20 años. La mayor producción debió alertar a las autoridades a renegociar la tarifa. Esto no ocurrió y por ello se considera que ha habido un perjuicio al fisco de $5,2 millones.
En los primeros días de agosto de 2017 el diario O'Globo publicó una información en la que José Conceição Filho, exdirector de Odebrecht en Ecuador, pagó por lo menos 14,1 millones de dólares en sobornos entre 2012 y 2016 al vicepresidente Jorge Glas. El exfuncionario de Odebrecht afirmó en su declaración que hizo con Glas y con Ricardo Rivera -a quien identificó como su intermediario- lo mismo que hizo con el excontrolador Carlos Pólit: grabó conversaciones con ambos, para producir una prueba que corroborara sus relatos. Se asegura que en uno de los encuentros, en la propia oficina de la Vicepresidencia, Glas pidió dinero para su campaña electoral.
En el décimo cuarto día de la audiencia de juzgamiento, la Fiscalía General del Estado pidió al Tribunal Penal que los acusados por el supuesto delito de asociación ilícita en el caso Odebrecht cumplan con la reparación integral al Estado por un monto de 33'396.160,32 dólares.
Carlos Baca Mancheno, Fiscal General de la República de Ecuador, pidió para Jorge Glas y su tío Ricardo Rivera, como autores del delito, la pena máxima de seis años aplicada al delito de asociación ilícita. De igual forma el fiscal señaló que la reparación económica al estado por parte de ambos debería ser de 14'100.000 dólares. El miércoles 13 de diciembre Jorge Glas fue sentenciado a la máxima pena posible de seis años por delito de asociación ilícita en el caso de sobornos de la constructora Odebrecht.
A pocos minutos de conocerse la sentencia de Glas, Correa ha reafirmado que su exvicepresidente es inocente y que se trata de “un intento de apoderarse de la vicepresidencia y de otras funciones del estado” que se lleva a efecto ejerciendo grandes presiones a jueces y fiscales por alguien que está “embriagado de poder” (refiriéndose despectivamente a Lenín Moreno). El exmandatario, quien se encontraba en Panamá, aunque el motivo de su estancia en ese país es desconocido aún, afirmó: “seguramente ahora vendrán por mí”.
La pérdida de un protagonismo que mantuvo durante los diez años de su mandato
La posición política de Correa le sirvió para hacerse de una fortuna y de una posición privilegiada -actualmente continúa con una seguridad particular que el gobierno ecuatoriano garantiza y paga. Esto no quedó limitado al terreno político; en el orden académico le permitió posesionarse de casi una veintena de doctorados honoris causa en diversas partes del mundo, algo que quedará siempre en la duda acerca de si los obtuvo realmente por sus méritos profesionales o a través de sus gestiones utilizando su influencia y ese poder de convencimiento que le facilitó “echarse en el bolsillo” a personalidades de las más altas esferas de la política y de la intelectualidad mundial.
En relación con la pérdida de su protagonismo es lógico que el exmandatario al dejar de ser la máxima figura política de la nación andina pierda espacios relacionados con su labor como “economista experto”, y que deje de aparecer como conferencista invitado por multitudes de universidades de cualquier parte del mundo, intervenciones que aprovechaba para difundir sus propuestas de Revolución Ciudadana bajo la óptica de lo que él vendió como si fuera un socialismo de nuevo tipo, independientemente que dejara a su patria inmersa en una insuperable crisis económica y con una deuda que se aproxima a los 60.000 millones de dólares.
Rafael Correa tiene el poder de envolver -aunque tal vez no el de convencer definitivamente- a sus interlocutores mediante cifras irreales y utópicos datos que se dedicó a mostrar ante el mundo como realidades de una nación que se desmoronaba en la pobreza. De esta forma fue aplaudido, entrevistado, condecorado, y hasta en cierta medida venerado por auditorios de cierto nivel intelectual y de alguna cultura política, aunque parezca increíble; de ahí la idea de envolver y atrapar a través de un mágico discurso que siendo sosegado en sus comienzos alcanzaba estados de exaltación en los momentos de clímax, guardando su otro yo para las rabietas entre los ecuatorianos que lo contradecían y se oponían a sus absurdas ideas.
Desde su rol de conferencista, estadista y economista trató de propagar las doctrinas que vendía como socialistas. Aferrado a la propuesta de Chávez -quien a su vez asumiera aspectos teóricos que Dieterich le enseñara- y bajo la hipnosis de un guevarismo a medias quiso difundir el gran mal por el continente, aunque sin éxito alguno. Recordemos que la izquierda de Latinoamérica tuvo ciertos bríos de victoria pasajera durante la etapa correspondiente a los primeros años de su mandato, para luego caer en abismales profundidades de las que no ha podido resurgir, y dudo que pueda experimentar un mínimo renacer, dadas las circunstancias sociopolíticas actuales en un contexto regional y continental muy desfavorecedor para su demagogia.
Esta estancia del exmandatario en su país ha sido una muestra de lo que va quedando de su protagonismo. Desde su primer día, el 25 de noviembre en Guayaquil, una de las ciudades más importantes de Ecuador, en el balcón de la sede de Alianza PAIS (AP), pocos fueron los que llegaron de verde -el color simbólico del movimiento- y con carteles a darle la bienvenida.
Al día siguiente, en Cuenca, el lugar escogido para el recibimiento fue distinto a épocas de campaña: ya no fue la tradicional zona del centro histórico por donde pasaban sus caravanas; en su lugar se le ofrecía la pequeña Plaza El Rollo, y aun así no logró llenarla. En su paso por Manabí reclamó públicamente porque el canal Oromar no le dio una hora de entrevista y se negó a aceptar los catorce minutos que el canal da a todo entrevistado. Pasó de radio en radio y desde Quito habló con la CNN que le recordó al aire que él había dicho que no vieran esta cadena televisiva. En Ibarra la aglomeración en la plazoleta Francisco Calderón fue contrarrestada por sus detractores a gritos de “preso, Correa, preso” y cantándole “Rata de dos patas”.
Pérdida del control y del mando de Ecuador Rafael Correa no ha sido capaz de interiorizar la idea de que su tiempo ha pasado: ya no es el presidente del país, tampoco es el primer mandatario del Partido Alianza PAIS, aunque lo declaran como presidente vitalicio del movimiento siguiendo la normativa comunista de la permanencia en el poder y del continuismo político. Como ya he dicho en otros escritos el exmandatario de Ecuador es solo una sombra, y una sombra no cuenta para nada; pero como sombra que es sigue molestando e importunando con sus absurdas opiniones fuera de contexto y siempre en contraposición al curso que van tomando las cosas en Ecuador desde que dejó su cargo el pasado mayo.
Para alguien que se acostumbró a hacer cumplir de manera estricta solo su voluntad, y aislar y perseguir a todo aquel que se opusiera a sus órdenes, debe resultar muy difícil poder enfrentar una realidad bien distante de su postura actual, alejado del país que dominó por diez años, de aquellos que le veneraron y le rindieron tributo, y apartado de aquel tenso ambiente político desencadenado por sus arbitrariedades y sus continuos exabruptos, en el que personalidades como él encuentran su razón de ser y la plenitud de su realización.
Como ya no sabe qué hacer para destruir a Lenín Moreno y recuperar ese protagonismo que se desmorona poco a poco, y ante sus ansias insaciables por el poder, Correa ha tenido la osadía de presentar una denuncia ante la Organización de Estados Americanos, OEA, expresando que en su país existe una alteración del orden constitucional, con lo que acusa a Lenín Moreno por haberse adelantado a la respuesta del CNE, algo que no es una violación, por cuanto, dicha instancia disponía de veinte días para decidir si aceptaba o no la consulta y sus siete preguntas; pero una vez superado el tiempo establecido (la propuesta fue entregada desde el dos de octubre) para pronunciarse el mandatario procedió debidamente enviando dos decretos ejecutivos para que la autoridad electoral convoque a la consulta popular y referendo. No obstante, Correa aspira a la posibilidad de presentar una denuncia internacional, al identificar una violación de la Convención Americana y del artículo 20 de la Carta Democrática.
La determinación de Moreno se da bajo el argumento legal de que la Corte Constitucional (CC) excedió el término establecido en la ley, por lo que se entiende que el dictamen fue favorable. Y es esto justamente lo que ha utilizado Rafael Correa para atacar una vez más al actual presidente de Ecuador, quien cuenta para el SÍ de su consulta popular con el apoyo de más de 180 alcaldes y con una representación de los sectores más importantes de la oposición ecuatoriana, incluyendo a su propio contrincante en las pasadas elecciones, el político y empresario Guillermo Lasso.
Una explicación necesaria a modo de Epílogo
He estado haciendo referencia a una consulta popular que en breve se realizará en Ecuador, y que según las investigaciones de Cedatos, la intención de voto por el Sí para las siete preguntas se ubica en un 70%, con lo que podrá quedar eliminada la posibilidad de que líderes que han ocupado cargos directivos como presidentes, vicepresidentes y otros puestos del gobierno, incluidas las alcaldías a nivel municipal y parroquial vuelvan a optar por un nuevo período de mandato. El presidente Lenín Moreno ha dicho que “la soberanía del país reside en el pueblo, en la voluntad del pueblo”, y asumiendo sus palabras como una sentencia ha propuesto una serie de siete preguntas que abarcan los siguientes temas:
- 1. Castigo político para los corruptos, con su inhabilitación para participar en la vida política del país, y con la pérdida de sus bienes. Punto que cuenta con el apoyo popular, según estimaciones de Cedatos, del 77,2%.
- 2. Cese del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, lo que significa que los siete actuales miembros del consejo cesen de inmediato y que los nuevos integrantes sean elegidos a través de votación universal y no designados directamente, aspecto que actualmente cuenta con una estimación del 71,1% para ser aceptado en la consulta.
- 3. Eliminar la reelección indefinida, con lo que se pretende la recuperación del mandato de la Constitución de Montecristi, dejando sin efecto la reelección indefinida aprobada mediante enmienda por la Asamblea Nacional el 3 de diciembre de 2015, lo que cuenta con el apoyo del 66.8%, siendo el tema más polémico, junto al aspecto del cese del Consejo de Participación Ciudadana.
- 4. Derogación de la ley de Plusvalía, la ley orgánica para evitar la especulación sobre el valor de las tierras y fijación de tributos. Dicha ley, según Moreno, tiene efectos negativos en el empleo y la economía, y la propuesta ha sido apoyada en la encuesta de Cedatos con el 65%.
- 5. Reducción de la zona de explotación de los recursos naturales con el incremento de la zona intangible en al menos 50.000 hectáreas, y reducir el área de explotación petrolera autorizada por la Asamblea Nacional en el Parque Nacional Yasuní, pregunta con el 70.4% de aceptación.
- 6. Restricción de la minería metálica en áreas protegidas y ciudades, respaldada por el 65.8%.
- 7. No prescripción de delitos sexuales en contra de niños y adolescentes. Con el apoyo del 80,6% de los encuestados por Cedatos.
Los que desconocen la real situación social y política de Ecuador, y de manera particular, el acontecer durante la década correísta en ese sentido, no podrán comprender el por qué una consulta popular ha podido originar un conflicto de tal magnitud como para conducir a una separación definitiva del actual presidente de Rafael Correa y a una agudización extrema de la crisis del Partido Alianza PAIS.
La esencia de toda la polémica está determinada porque todos los temas que propone Moreno entran en franca contradicción con las directrices que había formulado anteriormente Correa, muchas de las cuales fueron motivo de enormes conflictos internos, y hasta de situaciones bien tensas a partir de protestas y manifestaciones por parte de ciertos grupos étnicos que se vieron afectados con algunas de sus medidas; por ejemplo, las propuestas quinta y sexta que hace Moreno benefician a las poblaciones indígenas que se vieron invadidas a partir de una excesiva explotación de sus recursos, lo que violaba las leyes constitucionales del país y las medidas de protección medioambiental de las comunidades autóctonas regionales. Los tópicos primero, segundo y tercero dan un rotundo viraje a la política establecida por el caprichoso exmandatario que modificó la Carta Magna, conocida como la Constitución de Montecristi, mediante enmiendas en 2015, con lo que se establecía la posibilidad de reelección indefinida -lo que más ha molestado a Correa, quien padece del gran síndrome de la perpetuidad en el poder-, así como con el poder de nombrar a directivos para miembros del Consejo de Participación Ciudadana y de Control Social.
Según Moreno: “La reelección indefinida nunca estuvo en la constitución de Montecristi” (…) “Debilita la democracia y muchas veces resta a la gestión pública”. (…) “Todo se pone en función de la perpetuación de una persona, no del futuro del país, ni de un proyecto”.
Suficiente como para poder comprender que con dicha consulta, de ser aceptada por la mayoría de los ecuatorianos -como parece ser hasta ahora, según las primeras estimaciones de la citada encuestadora- cambiaría rotundamente los esquemas de la Revolución Ciudadana propuestos por Rafael Correa durante la década “socialista” en Ecuador, y esto constituye una ofensa para el exmandatario, que creyó que el correísmo se mantendría a pesar de su aparente salida de la política del país.
La desacreditación de Lenín Moreno, unido a los intentos de Correa por destituirlo del liderazgo de Alianza PAIS, y su posible influencia -algo que al parecer no logró dada la pérdida de su aceptación y de prestigio- en el proceso judicial emprendido contra su vicepresidente y varios de sus más cercanos colaboradores, es el verdadero motivo por el que el “Mashi” estuvo de prisa en Ecuador.
Cualquier otro elemento que aparente justificar su presencia carece de valor al lado de estos elementos, los que, sin duda, constituyen verdaderos ejes determinantes que pudieran comprometer seriamente su futuro y pasar a la historia continental como otro de los líderes regionales, junto a Dilma Rousseff, Lula Da Silva y Cristina Fernández de Kirchner, que engrosarían la lista de los corruptos comprobados y sentenciados de América Latina.
(Final)
Lea desde la 1ra. Parte.
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