China, Corea del Norte, Estados Unidos y Cuba. Por Jorge Hernández Fonseca.
Partiendo de la hipótesis realista de que China ha insistido por años ante Corea del Norte para que ésta adopte la economía de mercado en su economía y de que los dirigentes norcoreanos, desconfiados, no aceptaban semejante paso hasta no tener seguridades norteamericanas y sudcoreanas de estabilidad política. Se entiende así la carrera armamentista sofisticada de los coreanos del norte para poder sentarse ante la mesa de negociaciones nada menos que con el presidente de EUA y así cambiar su arsenal nuclear por estabilidad para su régimen político.
Se desprende de lo anterior que la estrategia final de China ante Corea del Norte para llevarlo a la economía de mercado ha sido un éxito total, sumando a los norcoreanos en el esquema socialista-capitalista que el jefe comunista chino se ha dado en encabezar mundialmente. Siendo así, no es difícil entender las razones por la cuales este jefe comunista chino envió a la Habana a su homólogo vietnamita, para que, por la hermandad existente con los comunistas cubanos, propusiera a la isla ir a la economía de mercado junto a sus homólogos comunistas.
Se puede conjeturar que los comunistas cubanos estarían considerando muy seriamente aceptar semejante propuesta por varias razones: primero, algunas garantías, no sólo de capital, como también de tipo político llevaría en su cartera el líder vietnamita en su viaje a la Habana, probablemente conversado previamente entre los chinos y los norteamericanos, habidas cuentas que el líder chino quisiera salvar al régimen cubano, dando garantías similares a las dadas a EUA en el caso de Corea del Norte. Segundo, Raúl Castro hubiera querido hacer reformas hacia el modelo chino, pero su hermano Fidel se lo impidió en vida. Ahora sin Fidel y aprovechando el nuevo gobernante desechable es más fácil aplicar esta fórmula, tabú en Cuba.
Así las cosas, sólo falta saber de la real voluntad norteamericana de "ver con buenos ojos" un cambio de ese tipo en la isla, sin la derrota total de los comunistas cubanos. Hay argumentos en ambos sentidos. En favor de permitir sólo cambios en la economía y no en la política, el hecho de que EUA teme un vacío de poder en el gobierno comunista cubano por dos razones fuertes: una estampida balsera desde la isla a EUA producto de cualquier inestabilidad y segundo, porque un gobierno débil en la isla daría paso al narcotráfico, como en México. En favor de exigir cambios radicales en la isla, el compromiso de Trump con el exilio cubano.
La gran interrogante en este punto sería: ¿los opositores cubanos todavía estamos a tiempo de posicionarnos ante los EUA como una verdadera opción de poder en la isla, fuerte lo suficiente como para dar garantías a los norteamericanos de evitar la tan temida estampida balsera, por un lado, y por otro, evitar la entrada del narcotráfico centroamericano en el territorio de la isla?
Habría dos escenarios, como mínimo: Que la oposición política cubana continúe fragmentada y con facciones enfrentadas, en cuyo caso habría que ver cual solución aplicaría EUA, muy probablemente negociar con los comunistas cubanos un estatus conveniente de ciertas libertades y respeto a los Derechos Humanos. Y un segundo escenario, que la oposición cubana adopte un modelo organizativo que ofrezca garantías a EUA de establecer un gobierno fuerte en la isla, pero con democracia y estabilidad. Así, la "bola" está en nuestro campo.
Jorge Hernández Fonseca. cubalibredigital@gmail.com
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