Sobre Lázaro Miguel Gutiérrez Bacallao lo que nos hace ver similitud en lo sucedido al personaje de el actor Tom Hanks en el film: "La Terminal". Por Marta M. Requeiro Dueñas.
Lázaro Miguel Gutiérrez Bacallao:
Llevaba dieciséis años sin ver a mi hermana cuando viajé con mi familia a Ecuador en el 2015, a visitarla. Sabía que ella estaba en ese momento en una relación con un muchacho cubano de Pinar del Río que acababa de conocer, carpintero de oficio, trabajador incansable, noble, y judoca de afición, según me había contado. Solo quedaba constatar por mí misma qué tipo de persona era realmente aquel sujeto.
Después de la algarabía que se produjo producto de la alegría del reencuentro, el que no tengo palabras para describir. Aún en la embriaguez del efusivo recibimiento, mi hermana nos dice: “Miren, éste es Lázaro”. Y dio un paso adelante un hombre de baja estatura (creo que un poco más bajo que ella, o quizás de la misma altura), quien de manera tímida nos extendió su mano derecha, al momento que esbozaba una ladeada sonrisa.
Los días que pasamos en familia fueron inolvidables, como todos los que se pasan bajo la influencia del amor filial. Tuvimos la oportunidad de conocer y corroborar que lo que mi hermana me había hablado de prometido era cierto. Si bien superaba los cuarenta su carácter jovial le daba apariencia de adolescente.
Ahora, hace solo dos días, el 26 de octubre, mi hijo menor me manda un mensaje por WhatsApp preguntándome si no había visto lo que había posteado Lazarito en su muro de Facebook. Y, sinceramente, no había visto esa pequeña filmación que de manera desesperada hacía éste, ya estimado amigo, clamando por ayuda. Después de conocer su situación no pude quedar de brazos cruzados.
Me contacté con la Sra. Carmen J. Giménez, abogada experta en derechos humanos que aboga incansablemente por los inmigrantes y tiene su página de Facebook para éstos menesteres, “USA Immigrants Power”, quien no dudó en contactarlo vía messenger. La Entrevista que la señora Giménez le hizo de inmediato a mi compatriotas, se transmitió en vivo por la página de Facebook de dicha organización a las 15.02, de ese mismo día 26, viernes. Ya en la tarde, a las 18 hora, el canal Telemundo 51 de la televisión abierta de los Estados Unidos, que transmite desde Miami, daba a conocer la noticia.
Personas de diversas categorías y rangos de poder lo han contactado, pero hasta ahora no ha pasado nada, quizás porque es fin de semana y habrá que esperar al lunes a ver qué pasa.
El caso de Lázaro Miguel Gutiérrez no es usual. Salió de Ecuador hacia México y en este país fronterizo con Estados Unidos detectaron irregularidad en sus documentos al momento de hacer aduana. Al preguntarle que de dónde era, él respondió que era cubano; por tal motivo lo enviaron a Cuba. Al llegar al aeropuerto José Martí de La Habana, no le permitieron la entrada al territorio nacional porque el Sr. Gutiérrez ya llevaba más de dos años fuera del país.
Como yendo hacia Cuba, procedente del Distrito Federal, abordó un vuelo que hizo escala en Bogotá, al llegar a la capital cubana lo enviaron de regreso al Aeropuerto Internacional El Dorado, de la capital colombiana. De ese evento, a la fecha, han pasado quince días (hoy 28 se cumplen), y aún esta atrapado en la amplia sala de espera por no tener un documento que le permita hacer aduana y salir, al menos, a territorio colombiano, lo que nos hace ver similitud en lo sucedido al personaje de el actor Tom Hanks en el film: La Terminal.
Este ser humano, cuya aspiración al salir de Ecuador fue llegar a los Estados Unidos a reunirse con su actual novia, ahora está en un limbo legal porque Cuba no lo acepta, no lo reconoce como ciudadano, y tampoco puede moverse de dónde está por no tener documentos que lo avalen.
Cuando uno ve a alguien pasando un mal momento siente las ganas imperiosas de ayudar. La empatía lo embarga y siente en carne propia el susto producto de desconocer lo que se avecina. El frío, la incomodidad del mal dormir en las sillas de la sala de espera o en el suelo, por decir lo menos, pasa a ser un tema preocupante. Más, si a esa persona se le conoce.
Por mucho que la línea aérea Avianca, a la que pertenece el avión que lo trajo de Cuba, esté haciendo una labor humanitaria, brindándole a Lázaro desayuno, almuerzo, comida y permitiéndole ducharse, por muy buen corazón que haya tenido un guardia de seguridad del aeropuerto para proporcionarle cobijas con que combatir el frío del salón de espera durante las noches, y se logre acomodar con facilidad en cualquier rincón. Éste cubano, que se haya a merced de la hospitalidad de todo con el que se topa, merece encontrar una salida digna a su conflicto, como derecho al fin de todo ser humano.
Click en este enlace para que vea la entrevista que le hizo Carmen J Giménez de USA Immigrants Power.
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