UNPACU CONFIRMA LAS ACUSACIONES EN EL CONGRESO DE LOS EEUU AL RÉGIMEN CUBANO POR ESCLAVITUD UNPACU
A raíz de la propuesta de resolución del Congreso de los EEUU por esclavitud del Régimen de Cuba…
Santiago de Cuba, 10 de enero de 2019.
La UNPACU respalda y apoya las acusaciones de “esclavitud” que el Congreso de los Estados Unidos vierte hoy sobre el régimen de Cuba en la exportación de trabajadores en condiciones infrahumanas a terceros países. Bien explicado y fiel a la verdad. La realidad, sin embargo, es más atroz y generalizada aún..
El senador demócrata Bob Menéndez y el republicano Marco Rubio indicaron que “esta forma de trabajo forzoso no debe pasar desapercibida por la comunidad internacional. Debemos enfrentarnos al esquema de esclavitud moderno del régimen y apoyar a los médicos que buscan justicia después de servir en estas llamadas misiones médicas internacionales“, en una entrevista para Diario de Cuba.
En países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Brasil antes del triunfo de Jair Bolsonaro, Haití y otros más de 100 estados, como declara el propio régimen cubano, los dirigentes de turno, con plena consciencia del delito o indolencia absoluta en la protección de los derechos de los profesionales cubanos, los han contratado para estas misiones que se han desarrollado en régimen de esclavitud, y han constituido un pesado yugo para miles de cubanos durante años.
El gobierno cubano se vanagloria de que más de 800 mil cubanos han pasado por este martirio y muestran imágenes de decenas de ellos, miembros del partido comunista, ¨felices¨, con la intención de encubrir el verdadero rostro del infame negocio del que obtienen dinero y favores políticos.
A continuación una tabla que muestra el salario de los trabajadores cubanos y el importe cobrado por Cuba en la “misión” de Brasil “Mais Médicos” (extraído del estudio de los autos del Tribunal de Cuentas de Brasil.)
Pagos de Cuba a sus Trabajadores
Los médicos cubanos cobraban el 10,5% del total de 4.276,25 dólares al mes que pagaba Brasil por ellos, 450 dólares en mano (400 ellos y 50 su familia), y otros 550 dólares que Cuba retenía por 3 años hasta que tuvieran que volver a Cuba, atando con una variable más la vuelta de su mano de obra esclava.
Pero además, como en la trata de la prostitución forzada, a los profesionales les extraen los pasaportes al pasar la aduana, les impiden legalizar sus títulos universitarios, les prohíben establecer relaciones sociales y sentimentales, les mantienen hacinados en condiciones degradantes, son amenazados cada día.
Nos solidarizamos con la valiente médica cubana que, al declarar que se quedaba en Brasil, tuvo esta respuesta por parte del agente de la Seguridad del Estado cubano camuflado de “consultor” de la Organización Panamericana de Salud de Brasil, cuyo máximo dirigente, Joaquín Molina, es otro cubano muy relacionado con el aparato de poder en Cuba. “La tortura quedará en casa, como siempre” -pensarían-. Pero a Leoncio Fuentes Correa, “consultor camuflado de la OPS”, se le grabó toda la conversación con la médica:
“¿Se va a quedar aquí? Piénselo bien, sólo le sugiero eso. Y a fin de cuentas si te asientas aquí sabes que no vas a entrar más, no vas a entrar por 8 años a Cuba, por 8 años. Y Ud. tiene familia en Cuba. Tiene su familia. Y si desgraciadamente -que ojalá no ocurriera- le pasara algo a alguno de su familia, Ud. no va a poder entrar al país. ¡Sea justo, o sea injusto! Pero es un sacrificio muy grande, pues te estás dejando de la familia, que es lo más importante que tiene un ser humano. Tú tienes la evaluación, y yo, si el día del vuelo no te montas en vuelo, yo te reporto como un abandono de puesto y tú, ya, cuando yo haga la ficha, tu dentro de 8 años tu no te puedes ir. ¡Eso está claro!”
En otros casos, empresas como Curaçao Dry Dock Company, tuvieron sentencias que, por usar mano de obra esclava cubana con el objetivo de que Cuba pagase las deudas con la citada compañía de la única manera que Cuba puede, ya acumulan hoy día más de 100 millones de dólares en condenas de principal e intereses por indemnizaciones a sólo algunas pocas víctimas que arriesgando su vida lograron escapar de una de las prácticas que representan una de las mayores atrocidades del mundo occidental, pero que vive el pueblo de Cuba cada día.
Y Pedro Sánchez, ¿qué dice Pedro Sánchez de esto? Mientras, por cierto, Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno español, viajaba para pasar el rato con Miguel Díaz-Canel para demostrarle a Europa que el régimen cubano “merece una oportunidad” al tiempo que hacía “trading” con la mercancía elaborada con la sangre y el dolor de todo un pueblo y daba orden a su partido para que votase en contra en Europa, de una condena en la Cámara Europea a Cuba, por la violación flagrante de Derechos Humanos. Sánchez viajó a una plantación de esclavos, departió con el capataz en la casa principal, mientras millones de personas sufren violaciones a sus derechos y libertades fundamentales. El Jefe del Gobierno español no quiso reunirse con los defensores de los derechos de esos millones de esclavos modernos.
Exilio forzado por 8 años Miles de médicos y otros profesionales cubanos tienen prohibido durante 8 años entrar a Cuba a ver sus familias (hijos menores, mujeres, maridos, padres, amigos…) por el mero hecho de haber solicitado asilo en otros países con la intención de disfrutar de la libertad y las oportunidades que les niegan en su patria cautiva.. Con su esfuerzo en el exilio, estos profesionales “desertores” mantienen a sus familiares mediante el envío de divisas a la Isla. Dineros que terminan en las arcas del Estado explotador. Las remesas familiares representan ingresos netos superiores al del turismo.
Por si esto resultara poco castigo, baste leer el artículo 135 del Código Penal de Cuba en el que las penas por no volver a Cuba tras terminar una de las llamadas “misiones” de colaboración es penado con hasta 8 años de cárcel. O baste leer que el que “realice actos tendentes a salir” de la isla tiene penas de 3 años de cárcel o, si malogra cualquier bien material en el intento (“fuerza en las cosas”) tiene una pena de 8 años de cárcel (Articulo 216 del Código Penal).
Esta es la tragedia de Cuba, un país esclavizado dentro de sus fronteras, y fuera de ellas. Un país con millones de familias separadas, donde más de la mitad de su población vive en la miseria más absoluta y la otra sobrevive a duras penas gracias a los familiares emigrantes que les remiten el dinero necesario para sobrevivir. Un país donde el salario medio es de poco más de 20 dólares al mes y el litro de leche embotellada cuesta más de dos dólares. Un país donde más de 100.000 presos languidecen en las cárceles por delitos como la peligrosidad social pre-delictiva (“especial proclividad en que se halla una persona para cometer delitos, demostrada por la conducta que observa en contradicción manifiesta con las normas de la moral socialista”, artículo 72 del Código Penal de Cuba) penada con cárcel hasta 4 años (artículos 76 al 84 del Código Penal de Cuba), y que se usa para detener a críticos, descontentos, y opositores al régimen. Los más de 100 presos políticos de la oposición en Cuba son, por número, un número anecdótico de presos si los comparamos con los miles que tienen esa condena por peligrosidad en Cuba. Nadie sabe sus nombres, nadie sabe dónde están, nadie sabe de ellos, sólo podemos estimarlos por recuentos en las prisiones donde nosotros hemos estado, esos que aún somos pocos pero sí crecientes opositores en un país de pobres en el que para hacer oposición has de asumir perder el trabajo y dejar de comer, asumir ir a la cárcel y estar por supuesto sometido a las más variadas torturas.
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