NO PENSEMOS EN EL PROBLEMA, SEAMOS LA SOLUCIÓN. Por el licenciado Frank Braña Fernández.
Bogotá. Colombia.- Las últimas semanas han sido realmente muy movidas en nuestra gran casa, el planeta tierra. Varias noticias han dado cuenta de la proximidad de meteoritos que se acercan y que, de impactarnos, provocarían un gran cataclismo; pero sin duda el que mayor preocupación nos deja es el meteorito 2007 FT3.
Esta roca espacial de 1100 pies de diámetro con una velocidad de 45000 millas por hora, fue descubierta hace una década por el sistema de alerta temprana de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA). El 3 de octubre del 2019 será una de las 165 veces que pasará cerca de la Tierra. Si se estrellase contra nuestro planeta la explosión sería 150000 veces más grande que la ocasionada por la bomba nuclear lanzada en Hiroshima, Japón, durante la Segunda Guerra Mundial.
En su parafrenia de grandeza el hombre continúa gastando considerables sumas para volver a visitar la Luna y conquistar al planeta Marte. Nuevas armas se prueban a diario por los países que representan los polos del poder geopolítico mostrando músculos a los adversarios.
Ni el meteorito nos alcanzará, pues la posibilidad es de una entre 11 millones, ni las potencias nucleares se disparan porque no están dispuestas a perderlo todo en un segundo. Sin embargo, ¿quién se ocupa de nuestro planeta y de los que vivimos en él?
El Amazonas arde. En esta área que representa entre el 17% y el 21% del agua dulce del planeta viven cerca de 400 grupos indígenas, y más de 40.000 especies de plantas y 6.000 especies de animales; pero nos debatimos en las redes sobre si son los océanos o este territorio es quien aporta la mayor cantidad de oxígeno y los gobiernos poco o nada se ocupan de la emergencia.
La crisis migratoria venezolana se agrava y el otrora rico país de América es sinónimo de hambre, miseria y dictadura, con su pueblo tratando de escapar de la triste realidad del socialismo. Mientras ni la izquierda reflexiona y se define, ni la derecha acaba de buscar soluciones. En Argentina, país de diversidad y riqueza humana y natural sin límites, dos fuerzas antagónicas desangran económicamente a su pueblo sin perspectivas inmediatas. África también se quema, se pierden sus bosques y sus riquezas, pero solo nos acordamos para comparar con la Amazonia. Otros gobiernos que se dicen socialistas regulan, marginan y privan de sus derechos a sus propios ciudadanos sin el menor respeto; y el otrora gigante Hong Kong trata a golpes de paraguas de ser soberano. Sin dudas se acabara el planeta, llegará el fin pero de la mano de nosotros mismos.
Muchos amigos me dicen que son apolíticos o que esto o aquello es lo mejor; incluso llegan a condicionar la “amistad” con que calle o no hable de mi Cuba bella, mi patria pequeña pues la América siempre será mi patria grande. Hoy más que nunca se hace necesario un cambio, una propuesta que mueva conciencias y transforme las ideologías totalitarias que desde la izquierda o la derecha nos conducen a calles sin salida.
Cuando no vemos el final del camino, no solo necesitamos la fe y la esperanza, sino también la acción.
|