Los cubanos, un pueblo sin tierra. Por el licenciado Rolando Gallardo.
Imagen bíblica: Los tiempos de volver del pueblo de José.
Quito. Ecuador.- Los faraones sometieron a la esclavitud y al culto de dioses ajenos al pueblo de Jacob. Pero Dios les había prometido una tierra a sus ancestros y después de la ayuda divina, Moisés les liberó y les llevó, con ingentes sacrificios, a la patria. Nuestra tierra nos la prometió José, el Apóstol, pero convertimos nuestra isla en tierra de faraones, nos fuimos a tierras bondadosas para no tener que hacer culto a dioses ajenos. No hicieron falta plagas para que Faraón permitiera los Éxodos de Camarioca, Mariel y otros.
No vemos el día del retorno a casa, a la tierra de nuestros ancestros, nuestros hijos nacen en tierras de hielo y selva y guardan en sus corazones el anhelo del padre viejo de poner sobre su tumba toda su tierra cubana.
Dios ha abierto el mar y los aires para que escapemos de lo que consideramos injusto. Ahora esperamos el milagro de ver abiertos cielos y océanos para retornar nuestros huesos y amores a casa. Ponemos la familia primero como dicta incluso la ley de los faraones:
ARTÍCULO 81. Toda persona tiene derecho a fundar una familia. El Estado reconoce y protege a las familias, cualquiera sea su forma de organización, como célula fundamental de la sociedad y crea las condiciones para garantizar que se favorezca integralmente (…)
Quién mejor que nosotros, el pueblo de José, para representar y exigir nuestro derecho inalienable a Cuba. No habrá resolución de la ONU que exija nuestro derecho al retorno. Nuestro linaje y raíces profundas nos dan título de propiedad eterna sobre la mayor de las Antillas.
La dignidad plena del hombre parte del respeto al sentimiento más primario de los seres humanos, el amor a la familia. Esa ha de ser ley primera de la República, la familia ha de estar por encima de todo capricho partidista.
¿Qué quiere el pueblo de José? Los 10 mandatorios
Que sean devueltos nuestros derechos naturales al retorno a la Patria, sin trabas ni permisos.
Todos los cubanos, sin importar la fecha de salida de Cuba, recuperarán su residencia, que es inherente a su ciudadanía.
No más deportaciones de cubanos, nadie tiene derecho de expulsar a un cubano de Cuba por haber culminado unilateralmente un contrato, pensar diferente o haber permanecido determinados tiempos fuera de la Patria.
Sean eliminados los 24 meses de permanencia límite fuera de Cuba, que nos priva del derecho a residir en nuestro país. Todo cubano tiene el derecho de estar fuera de Cuba el tiempo que desee, sin que este obstaculice el retorno y permanencia en casa.
Nuestros pasaportes estarán vigentes hasta 6 meses previos a su caducidad como establecen normas internacionales, no debe el gobierno de turno sacar más dinero de que ya vale el documento. Deben ser eliminadas las prórrogas en su forma actual y la renovación del pasaporte ha de ser un trámite simple y no una limitación para el ciudadano.
Todo ciudadano cubano tendrá derecho a la herencia sin importar el tiempo de permanencia fuera de Cuba.
El acceso a la salud y la educación, es un derecho de todo ciudadano. El gobierno cubano debe recordar que nuestras remesas son parte de la manutención de los servicios públicos, un cubano en el exterior sigue aportando al Estado cubano, tanto o más como nuestros hermanos que permanecen en la isla. Un ciudadano cubano no debe pagar atención médica en Cuba, ni se le debe limitar el acceso a la educación desde los grados elementales hasta maestrías y doctorados.
Será penada cualquier lesiva a la dignidad humana, el gobierno cubano, en su condición de administrador temporal del Estado cubano evitará todo ataque contra nacionales por su residencia en el exterior e ideas políticas.
No somos excubanos, ni traidores a la patria.
La repatriación es un derecho que permite el retorno a la patria de los bienes que ha generado el ciudadano cubano en su permanencia en el exterior. No es un permiso compasivo que se arroga el derecho el gobierno a dar. Es un derecho el retorno en cualquier momento y por el tiempo que desee permanecer el ciudadano. No será el gobierno quien determine cuanto es el tiempo prudencial que debe una familia estar junta en el disfrute de sus bienes y su país.
Los malos gobiernos pasan, los dictadores mueren, las constituciones se cambian, pero la Patria, la tierra de nuestros padres, el aire con salitre, las palmas altas, los amores del barrio, el dominó con los viejos y el café del vecino, eso no pasa. Recuperemos a Cuba para todos, pongamos a todos los cubanos dentro de la estrella solitaria. Los cinco dedos de la mano son hermanos y todos son diferentes, hagamos a Cuba la tierra donde podamos convivir los cubanos sin distinción.
Ojalá pase…muy pronto
elmurij@gmail.com
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