EL SILENCIO DE LOS INOCENTES. Por el Licenciado Frank Braña Fernández.
Bogotá. Colombia.- El exilio; mucho más que el hecho de encontrarse una persona lejos del lugar natural de nacimiento debido a la expatriación voluntaria o forzada mientras que alguna circunstancia, generalmente por motivos políticos, deniega explícitamente el permiso para regresar por amenazas de cárcel, muerte o perjuicio de su integridad moral; es la mayor condena que pesa sobre cualquier ser humano.
Varias y diversas son las causas que conllevan abandonar la madre patria, pero en común, siempre una daga amenaza con su filo a los atrevidos que partieron e indiscutiblemente se fomenta el silencio de los inocentes que se mezcla con la aceptación de los responsables.
Sin embargo existe un límite, todo se comienza a transformar cuando la necedad trata de sostener lo que ya no existe; y Cuba no es la excepción.
Lo que fuera en sus tiempos un país con marcha indetenible al desarrollo, demostrado entre otros con La Habana como la primera ciudad del mundo en contar con telefonía con discado directo sin necesidad de operadora, el segundo país del mundo que inauguró una emisora radial, en 1922; y en 1958 el segundo del mundo también con televisión a color; mientras que en 1951 fue el primer país del planeta en tener aire acondicionado central en un hotel, el Riviera; hoy se desvanece por una de sus mayores y ya irreversible crisis económica.
En lo político e ideológico su decadencia transita de un internacionalismo proletario a un mercantilismo de servicios de salud, mientras se aferra a un modelo arcaico y sin aceptación.
Pero lo triste es continuar mintiendo a sabiendas de la verdad; hace unos días durante una transmisión de la televisión estatal cubana el presidente cubano Miguel Díaz-Canel indicaba: “eso hay que verlo con la gastronomía. Había varios lugares del país que tenían jugueras, donde tú ibas a comprar jugo ¿Cuándo vamos a tener guarapo en este país? Productor de caña y no hay guarapo que debería ser el líquido más común en Cuba”; planteó que “el limón es la base de todo”; así como el fomento de la producción de masa de pizza y comida pre elaborada para la población que tiene microondas.
No es un secreto para los que dirigen en la isla que las unidades gastronómicas, panaderías y tiendas de alimentos de la empresa de comercio son mantenidas por sus administradores y trabajadores que de sus bolsillos pagan hasta el detergente para mantener la higiene y son dueños de muchos de los equipos y medios de trabajo; no como dueños de medios de producción, sino como forma de poder laborar y subsistir; un país donde hoy no hay producción agrícola por problemas estructurales y sistémicos; donde la escasez contrasta con hechos como la anunciada exportación de la producción de limones al extranjero que anunciara el diario Granma el pasado 29 de enero.
El ataque y desprecio continúa a los compatriotas que viven fuera de Cuba aun cuando apuestan a las remesas como el oxígeno para la subsistencia.
El asunto no es un comentario o el contexto de una reunión, los errores son armas que terminan disparándose contra el que las emplea.
Muchos nos conocemos y compartimos la misma mesa, intercambiamos, charlamos cuando todo parecía que cambiaba; los invito a dialogar, pensar y volver a soñar; aunque sé que de seguro vendrán por mí como leones; no importa, el silencio de los inocentes debe convertirse en las voces todos.
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