NI LOS DIOSES PODRÁN CONTROLAR ESTOS NUEVOS TIEMPOS. Por el Licenciado Frank Braña Fernández.
NI LOS DIOSES PODRÁN CONTROLAR ESTOS NUEVOS TIEMPOS.
Por el Licenciado Frank Braña Fernández.
Bogotá. Colombia.- El 2020 que sin dudas marcara un hito en la historia reciente de la humanidad; acaba de entrar en su segunda mitad; tal vez sea incluso el comienzo del cambio de época pues sin duda y al mismo tiempo sin percatarnos hemos ido dejando atrás un momento histórico y nos encontramos al inicio de otro distinto marcado por una de las mayores pandemias que han afectado la existencia del ser humano.
La actualidad conlleva a un nuevo acomodo significativo de fuerzas políticas signado por una transformación real de la estructura actual y de los patrones sociales que en algún momento asumimos como parte de la inmutabilidad de los diferentes sistemas imperantes; y es justo este desequilibrio económico, político, social y de existencia el que coloca al mundo en su momento de mayor peligro. La segunda mitad del presente año y los inicios del 2021 influirá de sobremanera en el curso de la geopolítica para los próximos 50 o 100 años.
En lo económico el Banco Mundial pronostica una contracción del 5,2 % en el producto interno bruto mundial en 2020, lo que constituye la recesión mundial más profunda que se ha experimentado en décadas que aunque no afectará por igual si se reflejará con fuerza en regiones como Europa y Asia Central donde se estima que la economía se contraerá un 4,7 % y que prácticamente todos los países entrarán en recesión; América Latina y el Caribe que ante los embates de la pandemia y la corrupción desplomara la económica un 7,2 % en 2020; mientras en Oriente Medio y Norte de África la contracción llegara al 4,2 % a raíz de la pandemia y sus efectos sobre el mercado del petróleo.
Como consecuencia de la entrada en crisis de las democracias liberales y los gobiernos autocráticos, las viejas políticas y políticos han dejado de ser creíble dándose en muchos lugares la posibilidad de estallidos sociales y que nuevas fuerzas puedan acceder al poder en lo que pudiera convertirse en una revolución político social sin precedentes (entiéndase revolución en su significado más amplio de cambios y transformación)
Será sin dudas América Latina la que más sufra y donde se acentúen los cambios; Cuba, envuelta en su mayor crisis económica desde la década de los 90 del pasado siglo, sigue apostando por la exportación de servicios de salud; en condiciones desfavorables y humillantes para los médicos; y a la labor política ideológica de barricada, pero la isla caribeña que importa alrededor dos tercios de los alimentos a un costo de unos USD 2 000 millones anuales, además de suministros agrícolas claves como fertilizantes, maquinaria y alimentos para animales, sigue reduciendo drásticamente importaciones lo que se suma a una menor ayuda de Venezuela como consecuencia de su propia crisis económica y trata de implantar una “revolución verde” que hasta hoy es inoperante, a las puertas de un Congreso del Partido Comunista, el único legal, en el abril del 2021 que pudiera ser el principio del fin pues los históricos dirigentes que han mantenido con mano de hierro al país ya no podrán seguir y los que accederán cada día gozan de menos arraigo e incluso desacuerdos internos se filtran desde palacio.
México; se perdió en sueños y las diferentes miradas no dan buenos augurios, el Fondo Monetario Internacional y JP Morgan Chase pronostican una contracción de PIB del 10,5% mientras el Banco de México habla de una contracción para este año de entre el 4,6% hasta el 8,8%; la violencia ya llega a la propia capital algo nunca antes visto mientras el narcotráfico sigue ganando espacio y el gobierno entre los que peor luce en el enfrentamiento a la pandemia.
Argentina con una caída económica en consonancia con la región impactará su PBI con un negativo 7,3% y la incertidumbre y poca credibilidad en lo fundamental por la reestructuración de la deuda en moneda extranjera, así como no endeudarse para financiar un impulso fiscal, sigue en duda la aplicación de la justicia con los casos AMIA y Nisman mientras por momentos da la impresión de un país con dos presidentes.
Venezuela, que se aleja minuto a minuto del raciocinio, al igual que Nicaragua, solo resistirán aferrados a lo que les exija su mentor caribeño para hundirse juntos.
Vientos que no dejarán de acariciar cada rincón, esperanzas, miedos y disoluciones. Generaciones que vuelven a vivir el protagonismo teniendo en sus manos el curso de la historia.
En fin cada nación con varias incertidumbres. La vieja Europa demasiado ocupada en sobrevivir no alcanza a darle una mirada política a sus antiguas tierras y como una gota más pesará el resultado de las elecciones de noviembre en Estados Unidos, la nueva Rusia de Putin o el imperio de Xi Jinping moverán los hilos, tensarán las cuerdas pero los nuevos tiempos son incontrolables aún para los mismos dioses.